¿Qué significa tomar un café? Una taza de café es el pretexto para conversar, reír, llorar, una experiencia de socialización de cientos de años de tradición. En el caso de Coffee Cup, es la oportunidad de dar trabajo a madres solteras y apoyar a otros emprendimientos.

«Nosotros tratamos de que nuestras colaboradoras sean madres solteras, con el fin de ayudar a ese segmento de población vulnerable. Estas son personas a las que, generalmente, se les complica ingresar al mercado laboral». Así explica Daniel Navarrete, graduado de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y socio fundador de Coffee Cup.

Coffee Cup es una cafetería universitaria con sentido social que apoya a segmentos vulnerables de la población.

Conoce a Coffee Cup

Esta cafetería nació en 2016 como un emprendimiento de Daniel Navarrete y su primo Sebastián Navarrete. En ese entones, Daniel era estudiante de la carrera Multilingüe en negocios y relaciones internacionales de la PUCE. Un carrito, a manera de estación móvil fue su primer espacio de venta.

«Esta idea nació de mi familia con mi primo que es mi socio. Con él hemos viajado mucho y nos dimos cuenta de la importancia de la cultura del café en el mundo, la que quisimos replicar», cuenta este joven de 27 años.

Tras esa primera incursión, Daniel decidió hacer esa idea más técnica y la propuso como su tema de tesis. Trabajo en el que investigó varios modelos de negocios. El resultado fue un café para universitarios con calidad, pero a precios accesibles para ese segmento de mercado.

«En Ecuador, uno de los nichos son las universidades tanto por su ritmo de trabajo como de estudio,» comenta Daniel.

Su trayectoria

Así, Coffee Cup genera productos pensando en su público objetivo, los universitarios. Además, se acopla a los gustos y capacidad económica de los jóvenes.

«Todos nuestros productos son pensados en el presupuesto estudiantil. La idea es evitar la elección entre tomarse un café o usar el dinero para las copias o el pasaje», añade este emprendedor.

A un año de su creación, en 2017, Coffee Cup inauguró su primer local fijo. Esto fue posible a través de un convenio con la Federación de Estudiantes de la PUCE (Feuce). Así, la PUCE le abría las puertas a este emprendimiento.

«La Feuce tenía un proyecto de emprendimientos. Así, con una inversión conjunta, abrimos nuestra estación en la PUCE«, añade Daniel.

Al finalizar 2022, Coffee Cup tiene dos locales en la PUCE y uno en la Avenida Edmundo Carvajal, al norte de Quito, donde sigue su icónico carrito. Un cochecito ecológico que se puede contratar para eventos.

La pandemia y el nuevo comienzo

Antes de la pandemia, en 2019, este emprendimiento tenía dos locales más, en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE). Sin embargo, el cese de las actividades físicas en las universidades interrumpió sus planes de crecimiento. Así se vieron forzados a cerrar los locales de estas dos universidades por no poder pagar al personal ni los alquileres.

En marzo de 2022, decidieron abrir otra vez sus puertas. Esto tras dos años que los locales en la PUCE estuvieron cerrados y se produjo la quiebra de Coffee Cup

Hoy están recuperándose y tratando de regresar a las épocas en las que generaban ganancias. La meta es expandirse y llegar con sus productos a otras universidades de Quito y del país.

¿Cómo nació su filosofía de empleabilidad?

Coffee Cup empezó con el apoyo de la familia de Daniel y Sebastián. Así en este emprendimiento trabajan su tía, su abuelita y su prima, Katherine Jiménez, jefe de Recursos Humanos de este negocio.

La historia de Katherine, también graduada de la PUCE y madre desde los 15 años, hizo que este emprendimiento se oriente a la responsabilidad social. Así, tienen como filosofía emplear a madres solteras. El trabajo en Coffee Cup es a medio tiempo y en horarios flexibles. De esta forma, las madres pueden trabajar, cuidar de sus hijos e incluso seguir preparándose.

La relación de la PUCE y Coffee Cup

Para Daniel, la PUCE ha sido parte importante de este emprendimiento que ya tiene siete años en el mercado. Además de la formación académica recibida en su carrera, la filosofía ignaciana y el humanismo que ofrece la educación jesuita ha sido el motor de este emprendimiento.

«Desde el colegio he recibido educación jesuita. La PUCE me ha hecho seguir en la misma línea de ser más, para servir mejor. Esta filosofía de vida, se refleja en Coffee Cup«, explica Daniel.

La PUCE ayudó a que este emprendimiento crezca. Facilitó los primeros espacios para organizar esta cafetería y, en época de pandemia, permitió que sigan ocupándolos sin cobrar arriendo.

Con la misma filosofía de apoyo, las ganancias que genera esta cafetería también sirven para apoyar a otros proyectos de los estudiantes de Ciencias de la Educación y de la Asociación Escuela de Administración y Auditoria, lugares donde puedes encontrar esta cafetería.

«Tenemos un sentido social. De todas las ventas, se da una parte a los proyectos de los estudiantes. Es una forma retribuir el apoyo que nosotros recibimos«, añade este graduado de la PUCE.

Daniel es parte de los más de 70.000 graduados de la PUCE que dejan huella. Como se menciona en la cuenta Instagram de Coffee Cup; «Una taza de café no cambiará el mundo, pero es un gran comienzo».

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