El experto responde

Galo Sánchez

MBA en Dirección de Empresas, Coordinador de la carrera de Finanzas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE)

¿Te has fijado cuánto dinero gastas al mes? ¿Sabes cuál es tu capacidad de endeudamiento o de ahorro? Para contestar estas preguntas, debes hacer un presupuesto, pero ¿por qué es importante tener un presupuesto personal?

Según un estudio del Banco Central del Ecuador, nueve de cada 10 ecuatorianos no tienen educación financiera. Eso da como resultado que como país no tengamos un buen control de nuestras finanzas y que muchos usuarios de la banca tengan deudas que no pueden pagar.

En este contexto, el MBA Galo Sánchez, docente de la Facultad de Ciencias Administrativas y Contables de la PUCE, responde  a esta inquietud.

¿Por qué es importante tener un presupuesto personal?

La pregunta debería ser: ¿Por qué no? Arranquemos por uno de los grandes problemas que tiene nuestra sociedad: no tenemos educación financiera. Nos han enseñado de todo: a sumar, restar y dividir. Pero en ninguna etapa educativa de la formación de cualquier persona en el Ecuador se ha incorporado la educación financiera.

Ese es el principal error. Cuánto cambiarían las cosas si a nuestros niños desde Prebásica le entregaríamos un cepito y les enseñaríamos lo importante que es ahorrar, para conseguir lo que ellos deseen. 

Ahí radica la importancia de tener un presupuesto. Esta práctica permite medir y saber que existe un tope de gastos. Así como saber que el dinero es un tema importante y entre mejor se lo administre se puede gastar en gustos y, sobre todo, en mejorar el estilo de vida.

Conociendo tus ingresos deberías organizar los gastos en necesarios, gustos y ahorros.  Ahorrar es una recomendación que  ofrecen  todos los textos académicos, no académicos y  los expertos. 

¿Cómo debería distribuirse el ingreso en el presupuesto ideal?

Hay varios criterios sobre el tema. Algunos expertos consideran que el presupuesto ideal debería ser 50% para gastos necesarios, 40% para gastos de consumo o gustos y el 10% para el ahorro. Los expertos más conservadores aseguran que la proporción debe ser 40%, 40%, 20% en el mismo orden mencionado.

Esta, sin duda, es una buena alternativa si se tiene un incremento en los ingresos. Pues, generalmente, no suben los gastos necesarios y ese dinero extra suele ser destinado a gastos de consumo.

¿Por qué es importante ahorrar parte del presupuesto? 

Si con la pandemia no aprendimos que hay que tener dinero ahorrado, no aprendimos nada. El primer ahorro que se debería hacer es el de emergencia. Además, esta práctica nos permite hacer inversiones o tener gastos en gustos.

El porcentaje de ahorro dependerá de los objetivos, pero, al menos, debería destinarse el 10% de los ingresos.

¿Qué es mejor: ahorrar o invertir?

Para poder invertir primero hay que ahorrar, esa es la lógica. Para invertir y evitar el riesgo de perder, es preferible primero ahorrar, validar el proyecto, la inversión, inclusive ganar experiencia en la idea que se quiera invertir. Si con esos conocimientos, además del ahorro, pierdo, no pongo en perjuicio mi vida, mi situación económica ni mi familia.

¿Es bueno adquirir deudas? 

No es bueno ni malo.  Sin embargo, tener una línea de crédito es una gran ventaja. El buró de crédito, te permite tener una calificación para adquirir préstamos para compras grandes o inversiones.

En este contexto, es importante generar datos con los diferentes créditos que uno tenga en la vida. La calificación en el buró de crédito se genera por la puntualidad en la que se pagan las deudas más no por el monto. Por lo tanto, si en el futuro se desea acceder a préstamos de montos grandes, es importante formar su historial de créditos con deudas pequeñas.

¿Existen deudas malas y deudas buenas?

Normalmente, las personas piensan que hay deudas malas. En mi criterio, no hay deudas malas ni buenas. Lo que existe son objetivos buenos u objetivos malos. 

La deuda es una deuda al final del día, que en algún momento tendrás que pagar. La institución financiera te da el crédito para que tú gastes en lo que creas conveniente, pero eres tú el que decide.

Las deudas deberían ser para mejorar la calidad de vida (objetivo bueno). A mi criterio, no deberías endeudarte para una fiesta (objetivo malo), por ejemplo.

Si tu objetivo es tener la mejor fiesta de bautizo de tu hijo y para esto te endeudas por cuatro años, alerta, porque es un objetivo malo.  Si quieres tener la gran fiesta, ten la gran fiesta, lo que te recomiendo es que ahorres primero. Si lo haces con dinero que tienes, no hay ningún problema, es una decisión que tú tomaste y es un gusto que te diste. ¡Listo, se acabó! Lo que sí estaría mal es endeudarse por años para pagarla en algo que no te da perspectivas de crecimiento. 

Y, ¿por qué se da esta práctica?

Eso es lo que hay que cambiar en el Ecuador. Explicaba al principio, que el problema más grande que tiene el país en este tema es que no cuenta con un programa de educación financiera en ninguna malla curricular.

Si bien las instituciones financieras por ley deben dar capacitación en esta rama, se tratan de iniciativas que ayudan, pero son muy pequeñas por ahora. Capacitar a toda la población usuaria del sistema financiero es casi imposible, si solo es responsabilidad de los bancos. Debería ser una iniciativa de educación del Estado.

En un estudio de la Superintendencia de Bancos del 2012, se determinó que el 70% de la población de la clase media del país estaba sobreendeudada por las tarjetas de crédito. La razón: no saberlas manejar, administrar ni cuidar. Debido a esto, se determinó que, desde las instituciones financieras, se empiece a capacitar a las personas en el uso de estos productos financieros.

Finalmente, ayúdenos con cinco consejos para tener unas finanzas saludables y un buen presupuesto

  1. Tenemos que hacer que nuestros consumos sean racionales. El comportamiento de la planificación financiera es muy emocional. Muchas veces la gente genera deudas por afectaciones emocionales. 
    • Tal cual como, a veces, se aconseja cuando estamos con iras: respira y cuenta hasta 10, cálmate y analiza lo que vas a hacer. Cuando tengas afectaciones emocionales, es preferible que dejes las tarjetas de crédito en casa. Porque lo más probable es que se termine gastando demasiado y después no sepas cómo pagar.
    • Para esto es bueno seguir una técnica que se llama PERC: Posponer, Eliminar, Reducir y Conservar. Al contestar si el producto o servicio que deseas adquirir se puede posponer, eliminar, reducir o conservar, sabrás si es necesario comprarlo.
  2. Se debe llevar un registro de lo que se gasta. Lo que no se apunta, no se controla. Cuando se lleva un registro de gastos, una persona puede darse cuenta en el mes en qué se le fue la mano y comenzar a controlar gastos innecesarios.
  3. Se debe tener objetivos y metas de ahorro. En el momento que la persona no tiene objetivos y metas de ahorro, lo que gana en el mes se gasta en el mes. 
  4. El ahorro no es lo que sobra. El ahorro es una decisión. La mayoría de  veces el dinero no sobra, sino tengo esto como una práctica, simplemente, nunca voy a ahorrar.
  5. Pensar en la jubilación. La jubilación es un tema de largo plazo. Entonces, no importa el monto que ahorres, el tema es comenzar a ahorrar para esta etapa de la vida cuanto antes. Considera que, desde el primer sueldo, uno ya está tarde para tener esta práctica.

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