No tener tatuajes es uno de los 22 requisitos para ingresar a la Policía Nacional del Ecuador. El nuevo Reglamento de Reclutamiento entrará en vigencia en febrero de 2024 para servidores policiales, directivos y tropas. El objetivo es evitar la posible infiltración de criminales en la institución.

Esta medida ha desatado un debate en redes sociales sobre identidad, discriminación y la función de las instituciones en la sociedad moderna. ¿Los tatuajes son un indicador de violencia?

La antropóloga María Piedad Vera, docente de la Facultad de Ciencias Humanas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) señala que la falta de claridad en la prohibición de tatuajes, ya sea total o solo para aquellos visibles, podría no cumplir con los objetivos esperados por la institución policial.

“La prohibición de tatuajes puede interpretarse como una forma de imponer una identidad corporal específica, en este caso, no a través de una marca, sino por la ausencia de ella. Es similar a las prácticas de las bandas criminales, que imponen marcas o tatuajes distintivos a sus miembros”, señaló la antropóloga Vera.

La Policía argumenta que esta restricción busca garantizar la infiltración de criminales. Sin embargo, se cuestiona si realmente cumple su propósito o, por el contrario, perpetúa prejuicios sociales y exclusiones injustas.

La socióloga Alejandra Delgado, docente y directora de Vinculación con la Colectividadenfatiza la importancia de no establecer una relación directa entre tatuajes y criminalidad. Asimismo, advierte sobre el riesgo de estigmatización y discriminación hacia quienes los tienen.

Es arriesgado creer que, al prohibir los tatuajes, se erradica la posibilidad de infiltraciones. Es crucial examinar experiencias pasadas, como la política de tatuajes en El Salvador, que no resultó efectiva, para comprender mejor esta dinámica”. Así mencionó la socióloga Delgado.

Además, las expertas aseguran que la imposición de una identidad corporal puede ser problemática. Esto limita la libertad individual de expresión y elección personal sobre el propio cuerpo. También, puede generar estigmatización y discriminación hacia aquellos que tienen tatuajes, asociándolos automáticamente con ciertos estereotipos negativos.

“Al imponer una norma: la de no poseer tatuajes, se está estableciendo un estándar de aceptabilidad basado en criterios superficiales. Esto puede ignorar las habilidades, competencias y características personales, más relevantes para el desempeño de una función específica”, dijo la antropóloga Vera.

Igualmente, la antropóloga precisó que estas limitaciones deben considerarse en conjunto con otras normativas de reclutamiento presentes en las instituciones policiales.

Un factor que generó debate es una encuesta realizada por la Policía Nacional a 20.000 personas. En ella, más de 5.000 encuestados expresaron desconfianza hacia un policía con tatuajes. Sin embargo, la socióloga Delgado plantea que esta desconfianza también debería analizarse frente al sentimiento general hacia la institución policial.

“Es esencial abordar el problema desde una amplia perspectiva. Donde se reconozcan las diversas causas que contribuyen a la percepción social de los tatuajes y su relación con la criminalidad. Limitarse a una causa refuerza estereotipos y simplifica la complejidad del tema”, agregó la socióloga.

Al implementar esta regulación, también es necesario preguntarse si los encargados de hacer cumplir estas restricciones están capacitados para interpretar los tatuajes adecuadamente.

 “No todos los diseños son indicativos de una afiliación criminal. Es necesario analizarlos en relación con otros tatuajes y marcas corporales de la persona”, expresó la antropóloga.

Para la antropóloga, los tatuajes no deben verse aisladamente. Deben analizarse como parte de una narrativa más amplia que se escribe en el cuerpo de la persona. Hay que considerar también otros símbolos o marcas que puedan estar presentes, como nombres de organizaciones criminales o imágenes relacionadas con la delincuencia.

“Para esto se necesita preparación. La evaluación de los tatuajes debe ser parte de un proceso más amplio y objetivo. Además, se debe considerar el contexto cultural del individuo. Se requiere saber y comprender cómo se leen los símbolos en los tatuajes”, dijo la antropóloga.

La antropóloga María Piedad Vera menciona que la historia de los que los tatuajes podrían ser tan antiguos como la humanidad, sin duda, su origen está en las pintura corporal no permanente. Así, por ejemplo, los tatuajes son parte de los adornos corporales de las culturas prehispánicas.

“Estas prácticas de modificación corporal estaban estrechamente ligadas al estatus social. En todo el planeta, en diversas culturas antiguas, los tatuajes han sido una forma significativa de modificación del cuerpo; han reflejado identidades sociales, étnicas, género y edad”, expresó la antropóloga.

Según la experta, el cuerpo es el medio primario de expresión y representación de identidad personal y colectiva. Por eso, los tatuajes se convierten en una manifestación tangible de quiénes somos y cómo nos relacionamos con el entorno.

La historia de los tatuajes es diversa y abarca distintas sociedades, con interpretaciones variadas incluso dentro del mundo occidental. Inicialmente, los tatuajes estuvieron asociados a grupos marginados, como marineros o individuos encarcelados. Esto marcó el comienzo de los estudios sobre su significado en la sociedad occidental.

La socióloga Alejandra Delgado asegura que los tatuajes tienen significados diversos y personales. Pueden ser una forma de expresión artística, de conmemorar eventos en la vida o, incluso, tener significados espirituales o culturales profundos.

“Es crucial no estigmatizar a todas las personas con tatuajes basándose en estereotipos. Para muchos, los tatuajes son simplemente una forma de expresarse y de celebrar su individualidad”, agregó la doctora Alejandra Delgado.

La discusión sobre los tatuajes y su relación con la identidad, la discriminación y la confianza pública en las instituciones resalta la necesidad de políticas inclusivas y comprensión cultural.

Más allá de la prohibición de los tatuajes, se requiere un enfoque más amplio y reflexivo. Es necesario reconocer la diversidad y promover el respeto por la individualidad de cada persona.

Ecuador: ¿hay salida a la situación de violencia?

Los desafíos económicos de Ecuador en 2024

Los desafíos que Daniel Noboa enfrenta en Ecuador

Share This