Con su rúbrica, el doctor Fernando Ponce León, S.J., rector de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), cierra una etapa en la vida de miles de jóvenes. En cuestión de minutos, firma decenas de títulos, que se vuelven la constancia de su paso por las aulas de la universidad, que también ha marcado su camino.  La vida del rector ha girado en torno a la PUCE.

“La República del Ecuador y en su nombre y por autoridad de la Ley, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador confiere el título de magíster en Diseño Urbano y Territorial a un arquitecto, se lee en un título. A otro graduado, con ese mismo texto, le avala como artista visual. 

Entonces, por temporadas, una de sus tareas es poner esa especie de sello de graduación en el documento, que acredita años de formación y esfuerzo. La actividad se suma a otras, relacionadas con la gestión de la universidad, que acoge a más de 13.000 estudiantes, solo en Quito, la matriz.

El rector de la PUCE vive en la universidad y no solo porque sus labores son demandantes, sino porque ahí se ubica la residencia de los jesuitas. Con otros sacerdotes como él, habitualmente desayuna, almuerza y cena. Su familia es muy unida, los domingos toma café con sus hermanos. Cuando era bachiller, el sacerdocio no estaba en sus planes. Antes de cumplir 20 años, el rector estudiaba Ingeniería Electrónica en la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Lo hizo por tres años.

En esa época, se unió a grupos juveniles católicos y leía sobre temas sociales, políticos y religiosos, como la Revolución Sandinista, la Guerra Civil en El Salvador y la Teología de la Liberación.

En esa época, le tocó repetir una materia en la EPN. En su tiempo libre ingresaba a la PUCE, cuyo campus se ubica muy cerca, en el centro norte de Quito; daba vueltas y accedía a la biblioteca. Así dio con un curso sobre marxismo y cristianismo, en el Departamento de Pastoral.  

En esa línea, recuerda: “Me pareció interesante. Me preguntaba por qué las grandes banderas sociales las llevaba el marxismo y no el cristianismo, por ejemplo, la lucha por la justicia y la igualdad. Me impresionó y fui madurando una vocación religiosa y social, al mismo tiempo”. La vida del rector de la PUCE ha girado en torno a la universidad.

La vocación social, dice, viene de sus padres. Su papá trabajó por mucho tiempo en fundaciones de alfabetización de adultos y luego de eso, se jubiló en el Ministerio de Educación, fue profesor de Literatura.   

A los 16 años, el Dr. Ponce se graduó del colegio sin una opción muy clara sobre qué estudiar. Siempre fue católico practicante.

Era muy joven y deseaba conocer al llamado “obispo rojo” monseñor Leonidas Proaño. Cuando compartió con él en tres oportunidades, en su casa en Santa Cruz, en Chimborazo, le surgió el deseo de ser misionero laico en el mundo indígena.

Cambio de carrera

Con esa idea en la cabeza, Fernando Ponce convenció a sus padres de que debía dejar la Politécnica para estudiar Filosofía en la PUCE. “¿De qué va a vivir un filósofo?”, le cuestionaron, pero aceptaron. Allí conoció a los jesuitas, que lo invitaron a un retiro espiritual de tres días. Luego de un total de tres retiros, de los que participó en un año y medio, entendió que el sacerdocio era el medio para vivir su fe, comprometerse con los pobres y luchar por la igualdad.

En 1984, a los 21, Ponce ingresó al noviciado. Se despidió de sus tres hermanos, es el segundo de cuatro hijos. Sus padres recibieron con escepticismo su decisión; le dijeron que era muy inconstante, creían que abandonaría esa opción pronto. Pero, años después, comprendieron que seguía un llamado.

En total fueron 12 años de formación en Quito (en el Noviciado de Cotocollao), en Argentina, Estados Unidos y Francia. Luego de ese período se quedó en el último país, por cinco años más, obteniendo el doctorado. 

De ese modo, en 1996, a los 33 años, el doctor Fernando Ponce se ordenó como sacerdote jesuita; ya cumplió 25 años de ordenación en agosto 2021. Tiene 59 años. En su despacho, en el segundo piso del edificio administrativo, bebe café, y recuerda con alegría que, siendo estudiante de Filosofía de la PUCE, descubrió ese llamado de Dios. La vida del rector ha girado en torno a la PUCE.

Su época de docente y autoridad

En los noventa, volvió a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador como docente. Estuvo a cargo de la asignatura llamada Jesucristo y la persona, en las facultades de Medicina y Ciencias Administrativas y Contables. También dio clases en el Colegio San Felipe Neri, de Riobamba, y fue promotor vocacional para los jesuitas. 

Del 2002 al 2004, lo enviaron a Guayaquil para dirigir el Servicio Jesuita de Refugiados, en el Hogar de Cristo. Luego, fue director nacional. Y, posteriormente, volvió a la PUCE como docente y para ponerse al frente de la carrera de Filosofía, por cuatro años.

La PUCE

Desde el 2015, asumió el rectorado. La vida del rector de la PUCE ha girado en torno a la universidad. Habla de su orden religiosa, los jesuitas, más que con la pasión de un hincha por su equipo; es una suerte de hermandad, con una forma de ver la vida y con la intención de dejar su huella en el mundo.

Los sacerdotes jesuitas como el rector de la PUCE trabajan en educación, salud, con niños, con mujeres, enumera. Su lucha es por la fe y por la justicia, en un ambiente de diálogo intercultural e interreligioso y por un mundo más justo, fraterno y sostenible. 

Doctor Fernando Ponce León, S.J., rector de la PUCE.
El Dr. Fernando Ponce León, S.J., rector, siempre repite que el centro de la universidad está fuera de la universidad.

La educación es una herramienta, reitera, por eso se siente comprometido con la gestión de la PUCE. Bromista, el rector de la PUCE, Fernando Ponce, dice que es una de las personas a quienes la pandemia les dejó sin trabajo. Extraña celebrar misa en La Dolorosa. Ha retomado las de los lunes, a las 07:30, en la capilla de la PUCE.

Los pasatiempos

A manera de pasatiempos, trota a diario; ha corrido maratones y medias maratones. En las noches, le dedica tiempo a la colección de billetes, que le heredó su padre; la ha ampliado, tiene ya casi 2.000 billetes de 176 países.

Esa afición le entretiene, le lleva a investigar sobre historia y geografía, para reconocer quiénes son los personajes que aparecen en los billetes y descifrar fechas escritas en números arábigos, por ejemplo.

Sin embargo, la mayor parte del día, de 09:00 a 19:00, el rector se dedica a pensar en la transformación de la PUCE. Es miembro del Board de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas, desde su fundación en 2018. Así como de esa agrupación a nivel latinoamericano (Ausjal). Es parte del Consejo de Administración de ICAM desde hace un año, se trata de una escuela de ingeniería nacida en Francia y presente en Brasil, Camerún, República Democrática del Congo, India, Ecuador y pronto en Filipinas.

Nuestro rector, el Dr. Ponce, está concentrado en formar a estudiantes para un mundo incierto. Su reforma pone énfasis en un perfil centrado en capacidades y valores, más que en conocimientos y en interdisciplinariedad.

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Te compartimos un video, para conocer sobre una de las aficiones del rector Ponce, que heredó de su padre:

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