Actualmente, están registradas en la Superintendencia 16.408 organizaciones de la economía popular y solidaria (EPS). Lo cual representa un crecimiento de cuatro veces en número, durante los últimos diez años. Estas organizaciones sostienen al sector productivo en las localidades. Por ejemplo, durante la pandemia del COVID-19, fueron esenciales para mantener la actividad económica y brindar apoyo a las comunidades.

Así lo explica el economista Rubén Flores, decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Nuestro decano analiza los datos de la Superintendencia de EPS. Señala que las organizaciones de la EPS no son solo financieras. Posiblemente una de las figuras más reconocidas de la economía popular es la cooperativa de ahorro y crédito. Sin embargo, los ámbitos de acción de las asociaciones son más amplios. Pueden abarcar diferentes sectores productivos como el agrícola y el de servicios, por ejemplo, una asociación de productores de leche en Chimborazo.

La economista Nina León, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), señala que no se pueden perder los principios de la EPS en el análisis. Entre los cuales están la búsqueda del bien común y la distribución equitativa de los excedentes. También, la prelación del trabajo sobre el capital y el comercio justo. 

En ese sentido, los socios de cada organización deben comprender que sus objetivos, desafíos y las ganancias son comunes que obtengan. La asociatividad les permite competir en mejores condiciones en el mercado. Citemos un caso: es más fácil que una asociación de productores lecheros enfrente al mercado que lo hagan los productores idependientemente.  

Esa fue la primera clave para sostener a los productores en la crisis. Por otro lado, el área financiera de la EPS dirigió el crédito y recursos para la producción en este sector. Este no era cubierto por la banca privada.

Ahora, veámoslo con datos. Actualmente, 16.408 organizaciones que agrupan a 547.696 socios se enmarcan en la economía popular y solidaria, según datos de la SEPS. Esto representa un crecimiento del 181% en el número de organizaciones los últimos diez años. El sector asociativo es el más representativo, abarcando el 83% del total, seguido por el cooperativo con el 16%. 

Las áreas agropecuaria, de limpieza y mantenimiento, y transporte agrupan el mayor número de organizaciones. Las mismas se encuentran, mayoritariamente, en la Costa.  

Sobre el sector financiero de la EPS, 2023 cerró con el registro de 428 cooperativas de ahorro y crédito y cuatro mutualistas. La Sierra es la región con mayor número, principalmente en Pichincha, Tungurahua y Chimborazo. Adicionalmente, estas organizaciones manejan cerca de un tercio de los activos del país.  

El crecimiento de las organizaciones ha sido del 181 entre 2014 y 2024.  
Fuente: SEPS (2014-2024). 

El cooperativismo, un sector muy amplio  

Justamente, porque el sector de la EPS es muy amplio, el seguimiento y regulación se convierte en una tarea compleja. Para empezar, los datos mencionados evidencian una desarticulación entre los servicios del sector financiero y los otros servicios de la EPS.  ¿Por qué? 

El economista Flores señala que una de las principales necesidades que cubren las cooperativas financieras es la del crédito productivo en cada localidad. Esto debido a que es un sector que, tradicionalmente, la banca comercial no abarcaba. No obstante, se observa la concentración de las organizaciones de la EPS vinculadas principalmente con el agro en la Costa; mientras que las organizaciones relacionadas al ámbito financiero están centradas en la Sierra. Esta disparidad implica que el financiamiento no llegue directamente a las áreas productivas donde se necesite. 

Por su parte, la economista León agrega que esto se podría cambiar con política pública. Pero al ser el cooperativismo un sector tan amplio, no existen los elementos para estandarizar esa articulación. No basta con que exista una articulación per se, sino que tiene que obedecer a los contextos locales. 

«Una cooperativa en Salinas es útil para los pequeños productores de leche y de queso en su territorio. Le sacas a la cooperativa de Salinas y ya no tiene sentido. Entonces, si quieres pensar en el desarrollo local, tienes que articular esos servicios en territorio”, señala la economista. 

Otro desafío que enfrenta el sector es el seguimiento a sus estructuras organizacionales. La SEPS centra su actividad en el control financiero de las cooperativas, pero no en el seguimiento de sus actividades. 

Por ello, explican los economistas, que el proceso de liquidación de una cooperativa puede tardar hasta ocho años; en el sector financiero este proceso es más común. Con corte a marzo de 2024, existían 405 cooperativas de ahorro y crédito activas, mientras que 509 estaban extintas.  

Entonces, ¿cómo fortalecer la EPS? 

  • El cooperativismo como un factor cultural:  

Este tipo de organización beneficia a sus miembros pues se crea de manera igualitaria, promoviendo el bien común sobre los intereses del mercado. Sin embargo, es importante que las organizaciones mantengan estos principios solidarios durante todo su funcionamiento.

  • Política pública que acompañe el desarrollo del sector:  

Por un lado, la política pública debe definir caminos para la articulación entre el sector real y el financiero. Además, el economista Flores sugiere que es necesaria una política de incentivos. Pone como ejemplo la aplicada Ley de Compras Públicas que privilegiaba la contratación de organizaciones del EPS.  

La política pública también tiene que estar dirigida al fortalecimiento de capacidades y formación. Los socios de las cooperativas deben tener claro porqué y para qué asociarse y cuáles son los procesos de asociatividad.

Un poco de historia

Para explicar el desarrollo de la economía popular, el economista Flores se remonta a la Asamblea Constituyente de 2008. Entonces incluyó el artículo 283 referente al modelo económico que reconoce y fomenta el país. Este artículo en la Constitución devino en la emisión de normativa y la creación de una superintendencia para el control del sector. 

“Art. 283.- El sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza (…) El sistema económico se integrará por las formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás que la Constitución determine (…)”. 

En 2011, con la emisión de la Ley de Economía Popular y Solidaria se reconoció al cooperativismo como su figura representativa. Para los economistas, esto permitió la visibilidad de este sector. También le dotó de una estructura para la formalización de su funcionamiento, incluyendo el seguimiento de las organizaciones que la conforman. 

A partir de entonces, las organizaciones vinculadas con la EPS tienen una expansión tanto territorial como numérica.

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