El proyecto de restauración ecológica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) obtuvo USD 100 mil del Fondo Ambiental de Quito. Con este financiamiento se intervendrán 40 hectáreas afectadas por incendios forestales con semillas específicamente analizadas para esos espacios. ¿Y cómo lo harán? El proceso involucra una investigación profunda y el uso del dron forestal para dispersar pelotas de semillas.
Hablamos con el Mgtr. Julio César Benítez, coordinador del proyecto Restauración Ecológica, quien nos contó en qué consiste este premio y cómo busca ampliar su alcance.
Contexto: la PUCE y la sostenibilidad
Este proyecto está enmarcado en la visión de sostenibilidad de la PUCE e inspirada en la encíclica Laudato si’.
“La ecología integral es el marco que guía nuestra reflexión y le da sentido a nuestra acción más inmediata, mientras que la sostenibilidad marca nuestro camino de acción”. Así lo ha explicado en sus discursos el Padre Fernando Ponce, S.J., rector de la universidad.
En este sentido, la perspectiva de la PUCE sobre la sostenibilidad es integral. Busca que los miembros de la comunidad universitaria incluyan las acciones del cuidado de la Casa Común en sus proyectos de vida.
Actualmente, las acciones de la PUCE sobre sostenibilidad se enmarcan en varias aristas:
- Académico-pedagógico: las mallas curriculares incluyen la ecología integral como parte del plan de estudio.
- Investigación relevante: como universidad, se promueve el estudio de las crisis socioambientales para, desde la inter y transdisciplinariedad, proponer respuestas conjuntas.
- Infraestructura sostenible: a nivel nacional, la PUCE trabaja para que sus infraestructuras sean más amigables con el medio ambiente.
- Reducción de la huella de carbono: conscientes del impacto que genera la PUCE, se trabaja en acciones concretas para mitigar la contaminación a través del uso de energías alternativas, el tratamiento de residuos y el reciclaje.
- Compensación ecológica: más allá de sus campus, la universidad se plantea proyectos que “compensen” la contaminación que generamos. En este sentido, la relación con aliados estratégicos como instancias de gobierno y comunidades es clave. Aquí se incluye el proyecto Restauración Ecológica.
De un millón de árboles a la restauración ecológica
Este proyecto no surgió de la nada. Desde 2021, la PUCE lideró la iniciativa Un millón de árboles para Ecuador, una campaña nacional que superó su meta al sembrar 1,2 millones de plántulas hasta 2024. Pero la experiencia enseñó algo clave: plantar árboles no es suficiente.
“Lo que antes llamábamos reforestación ya no es suficiente para enfrentar la magnitud de la crisis ecológica”, explica Julio César. Por eso, la PUCE dio un giro conceptual y técnico hacia la restauración ecológica, una mirada integral para rehabilitar ecosistemas afectados. Esto implica trabajar no solo con árboles, sino también arbustos, hierbas, fauna asociada y, sobre todo, la participación comunitaria.
Uso del primer dron forestal del Ecuador
El dron forestal es una innovadora tecnología que combina robótica e inteligencia artificial. El objetivo es potenciar los procesos de reforestación de forma rápida y eficiente. Cuenta con la capacidad de sembrar hasta 1.500 semillas en tan solo 15 minutos.
Pero el verdadero valor está en lo que lanza: pelotas de semillas cuidadosamente desarrolladas. Cada pelota incluye semillas seleccionadas según el ecosistema, recubiertas con un sustrato que las protege de depredadores o sequías. “No todas las especies sirven, ni todas las semillas germinan igual. Cada una requiere un tratamiento específico, desde la pre-germinación hasta el tipo de sustrato que la envuelve”, detalla Julio César.
PUCE y Fondo Ambiental Quito
Con los recursos del Fondo Ambiental, la PUCE intervendrá 40 hectáreas que ubicadas en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) y que fueron gravemente afectadas por los incendios del verano de 2024. La Secretaría de Ambiente definió los terrenos que se intervendrá priorizándolos a partir de criterios técnicos.
“No hacemos acciones sueltas ni voluntaristas. Nos sumamos a los procesos institucionales ya existentes, respetando las competencias de las autoridades ambientales”, afirma Julio César. Así, el proyecto se integra a los planes públicos de restauración ecológica, potenciando los esfuerzos con ciencia y tecnología.
Comunidad, ciencia y educación
Lo más potente de este proyecto es su perspectiva integral. Esto debido a que incluye componentes educativos, investigativos y de vinculación con la comunidad. Además, dialoga con los actores claves como autoridades de distintos niveles de gobierno agentes comunitarios.
“Una restauración real solo es posible si la comunidad local está sensibilizada, capacitada y comprometida con el cuidado de los espacios intervenidos”, dice Julio César.
Por eso, el proyecto incluye talleres y procesos de certificación para miembros de la comunidad y funcionarios públicos, en técnicas de restauración ecológica con el dron forestal. Además, los estudiantes universitarios realizarán monitoreos y seguimiento, incorporando estas acciones en su formación.
Restauración ecológica y visión a futuro
El proyecto financiado por el Fondo Ambiental de Quito es solo el principio. La PUCE firmará un convenio con el Consorcio de Gobiernos Provinciales del Ecuador (CONGOPE) para replicar este modelo en cuatro provincias: Imbabura, Cotopaxi, Pastaza y Esmeraldas, con un fondo adicional.
Cada zona es distinta, con ecosistemas únicos y especies diferentes. Por eso, cada intervención requiere un proceso riguroso de investigación, validación de especies y desarrollo de nuevas pelotas de semillas adaptadas. “Nuestra visión es que cada sede PUCE se convierta en un laboratorio vivo, con su propio dron y capacidad técnica para restaurar sus ecosistemas cercanos”, adelanta el experto.
Interdisciplinariedad para restaurar la vida
Detrás del proyecto hay un equipo diverso: biólogos, ingenieros forestales, expertos en sistemas de información geográfica, comunicadores, administradores y gestores sociales. Todos aportan su conocimiento para el cuidado de la Casa Común.
La restauración ecológica es una necesidad urgente. Y la PUCE lo entiende así. Con este proyecto, la universidad demuestra que la academia puede salir del aula y dar respuesta a los problemas reales contemporáneos.
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