La película de Ridley ScottNapoleón, generó varios debates entre algunos espectadores y expertos que cuestionan la fidelidad histórica de esta producción de Hollywood. El filme se encuentra en una encrucijada entre el drama cinematográfico y la precisión histórica. Pero, ¿realmente la película es un desacierto?

Napoleón

¿Autoritario, malévolo, vengativo, inteligente, romántico o apasionado? Por décadas, los cineastas han intentado retratar la historia y figura de Napoleón Bonaparte. Un líder militar y político francés, que se destacó por sus conquistas en Europa a fines del siglo XVIII y principios del XIX. Además, tuvo gran influencia en la reorganización política del continente.

El doctor Milton Luna, historiador y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), analiza esta producción. El primer paso para el doctor es reconocer que las representaciones cinematográficas ofrecen una narrativa visualmente atractiva. Por ende, pueden sacrificar la fidelidad histórica en favor del entretenimiento.

Para mí, esta fue una buena película. Porque es eso, una película de ficción. Aunque el filme sea entretenido, es fundamental comprender que es una obra cinematográfica, no una representación histórica precisa. Si alguien quería conocer la historia en casi tres horas de película, probablemente, se fue chasqueado. No debemos confundir a las películas con material histórico riguroso”, agregó el doctor Luna.

Expectativas y ficción histórica

Las películas sobre figuras como Napoleón tienden a fusionar hechos o simplificar eventos. Esto, aunque transmitan el ambiente de la época y ofrezcan una ventana a momentos cruciales.

El doctor Carlos Aulestia, decano de la Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura (FCLL), afirma que un artista buscará siempre emocionar, entretener y cautivar a las audiencias. Para él, la película de Napoleón es solo una representación histórica.

«En la adaptación de historias al cine, se suelen tomar libertades creativas: aunque arraigadas en hechos reales, se añaden elementos dramáticos; se alteran cronologías o se simplifican situaciones para atraer al público. Por tanto, las películas, aunque inspiradas en la realidad, no reflejan completamente la historia original», detalló el decano de la FCLL.

En realidad, no se puede decir con estricta rigidez “así fue Napoleón”. Esa es la esencia de la creatividad cinematográfica. Cada director tiene la libertad de interpretar a personajes históricos según su visión y propósito creativo mencionó el doctor Aulestia.

El rol del cine y la historia

No todo está perdido. Ambos expertos aseguran que el cine es un buen medio para acercarse a la historia desde distintos puntos de vista.

“Este tipo de producciones pueden despertar el interés en la historia. El material es valioso para estimular el pensamiento crítico y la enseñanza histórica. En esto, la academia juega un papel importante. Las aulas de Historia se convierten en un gran escenario para debatir y compartir sucesos sobre figuras como Napoléon”, agregó el historiador.

Así también, el doctor Luna subrayó la importancia de no quedarse con una versión de los hechos. Invita a a la comunidad a indagar, cuestionar y reflexionar sobre los eventos históricos.

Nuestro papel también es investigar

Por otra parte, el decano de la FCLL aseguró que el cine también puede ser un buen maestro para transmitir cultura y valores.

Sin duda, la fusión entre historia y cine es envolvente, pero es vital, para el espectador, discernir entre la inspiración cinematográfica y la realidad histórica. Estas películas no son del todo un desacierto. Pueden ser utilizadas como puntos de partida para un estudio más profundo y una comprensión más amplia de los eventos históricos.

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