Las mariposas son de las criaturas más fascinantes y hermosas de la naturaleza. Su misterio, belleza y gracia han cautivado a muchos a lo largo de los años. María Fernanda Checa, bióloga y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), no es la excepción.
La doctora María Fernanda Checa se dedica al estudio de las mariposas y, desde hace siete años, las utiliza como bioindicadores del cambio climático. El cambio climático es uno de los mayores problemas que enfrenta nuestro planeta. Es fundamental encontrar maneras efectivas de monitorear sus efectos en la biodiversidad a largo plazo.
Las mariposas como bioindicadores
Para María Fernanda, las mariposas son una excelente alternativa para monitorear este fenómeno. Los lepidópteros, como también se les llama a estos insectos, son sensibles a los cambios ambientales y a las alteraciones en su hábitat.
“Vemos un cambio importante en el clima. Estamos a inicios de marzo y tenemos días de verano. Esto, en una población de mariposas, puede significar mayor mortalidad en una especie determinada”, explicó la docente de la PUCE.
Programa de monitoreo
Desde 2016, María Fernanda lidera el Programa de Monitoreo Estandarizado de Lepidópteros en el Parque Nacional Yasuní. Esta reserva es considerada uno de los ecosistemas más biodiversos del planeta.
El programa de monitoreo se ejecuta entre la PUCE, el Museo de Historia Natural de Florida y el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE). El objetivo es registrar y analizar el cambio climático a través del comportamiento de las mariposas.
Así, el MAATE aporta con su equipo de guarda parques de la zona y la PUCE facilita la capacitación técnica y el análisis del monitoreo.
“Además del objetivo directo en la conservación, veo este proyecto como un aporte directo a la comunidad en el que se descentraliza el conocimiento. Tomemos en cuenta que este es un país en el que pocas personas tienen acceso a la educación universitaria. La situación es peor en provincias como Sucumbíos y Orellana”, analizó la investigadora de la PUCE.
Para 2023, se espera extender la investigación a la reserva faunística Cuyabeno. Esto con el fin de ampliar el espacio de monitoreo.
María Fernanda Checa y su vida en la ciencia
Aunque es su pasión, para María Fernanda el ingreso al mundo de las mariposas fue casualidad. Cuando tenía 21 años, recibió una invitación de trabajo en el Yasuní, dejó sus estudios por un año y se fue al campo. La megadiversidad de Ecuador y sus cerca de 4.000 especies de mariposas la enamoraron.
“Definitivamente, la ciencia es extraordinaria. Es maravilloso darte la oportunidad de aprender cómo funciona el mundo. Conocer obras hermosas de la creación y de la evolución. Las mariposas, sobre todo, muestran eso. Ellas van perfeccionando estos mecanismos de supervivencia y de reproducción”, añade esta investigadora.
Hoy, 20 años después, es bióloga y doctora en Ecología y Entomología. En la PUCE, es coordinadora de la Maestría en Sostenibilidad y Planificación de la Conservación y curadora de la colección de Lepidóptera del Museo QCAZ.
También, es investigadora asociada del McGuire Center for Lepidoptera and Biodiversity del Museo de Historia Natural de Florida (UF – USA). Ha publicado dos libros sobre mariposas, varios artículos científicos y ha ganado cinco premios. El último que recibió fue el Austin Award for Graduate Student Excellence in Natural Science Research en 2018.
Además de su trabajo de investigación, María Fernanda es una apasionada por la conservación. Así en su libro Hadas haladas del Yasuní, su enfoque es este tema.
“Con este libro, además de presentar la belleza de las mariposas, quería alzar la voz y demostrar los problemas que tenemos en conservación”, contó esta científica.
Los retos de ser mujer
Aunque desde el principio tuvo el apoyo de sus padres, para María Fernanda estar en el mundo científico ha sido un desafío. La razón: optó por una carrera que hace más de 20 años no era común y menos para las mujeres. Su condición de mujer ha significado un reto.
“El rol de género tiene mucho más impacto de lo que creemos. Constituyen retos importantes el embarazo, la lactancia y la maternidad. El tiempo que dedicamos a estas etapas de nuestra vida tiene un efecto directo en nuestro rendimiento científico. Efecto que nos cobra factura a la hora de ascender”, explicó.
Aunque María Fernanda tuvo que parar un tiempo por su maternidad, hoy la compagina muy bien con su vida profesional. Ahora, sus salidas de campo incluyen a su pequeño, quien también ama la naturaleza. Además, agrega que el apoyo de su esposo ha sido fundamental para su carrera.
El trabajo y compromiso de María Fernanda con la conservación de la biodiversidad son un ejemplo inspirador. Así esta graduada y docente de la PUCE deja huella en sus alumnas y en el mundo.
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