Ana Cristina Albuja y Mauricio Villamar no solo comparten una vida juntos, sino también un profundo compromiso con aliviar el sufrimiento humano. Médicos por vocación y pareja por elección, estos alumni de Medicina de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) son más para servir mejor.

“El mundo necesita ayuda y soporte. Somos afortunados de tener lo que tenemos. Debemos compartir y devolver eso a los demás”, explica Mauricio.

Todo inició en la PUCE

Esta no es la historia de cualquier matrimonio.  A Mauricio y Ana Cristina el amor por la medicina los llevó a las aulas de la PUCE, aulas en las que se llenaron de espíritu humanista y se conocieron.

“La PUCE nos dio mucho para nuestra carrera profesional y formarnos como seres humanos. Nos enseñaron a ser líderes y a practicar el espíritu humanista. Además, su fuerte componente de internacionalización nos abrió puertas”, cuenta Ana Cristina.

Ser más para servir mejor

Desde sus años universitarios, esta pareja participó de misiones para realizar cirugías reconstructivas gratuitas a personas de escasos recursos, a través del grupo Hands Across The World. Los dos jóvenes eran apoyo logístico y de servicio de traducción.

“Iniciamos este voluntariado cuando éramos estudiantes. Ahora seguimos involucrados, aunque no es directamente nuestro campo de especialización, porque los dos somos neurólogos. No obstante, seguimos ayudando a este grupo que lleva 25 años yendo a Ecuador para realizar cirugías en Latacunga y El Coca”, explica Mauricio.

En 2016, un devastador terremoto de magnitud 7,8 sacudió Ecuador, Ana Cristina y Mauricio, junto con su hijo de dos años, habían estado en la zona del epicentro apenas dos días antes. Conmovidos por la tragedia, crearon una campaña de recaudación de fondos en Go Fund Me, que reunió más de USD 64.000. Estos fondos se destinaron a ayudar a las víctimas a través de la Cruz Roja y la Arquidiócesis de Quito.

Así también, los esposos Villamar junto con otros profesionales médicos de la Universidad de Kentucky, participaron en una Misión Neurológica en Ecuador. Durante esa misión, atendieron a 204 pacientes neurológicos. Esta atención especializada fue invaluable para las personas en la Amazonía ecuatoriana, donde la falta de neurólogos es una realidad.

Ana Cristina y Mauricio junto a sus colegas médicos. Foto: cortesía esposos Villamar.

El camino profesional

Tras graduarse y hacer prácticas médicas en las provincias amazónicas de Ecuador por un año, esta pareja viajó a Estados Unidos, gracias a una beca en un programa de investigación que ganó Mauricio en Boston. Mientras él hacía este programa, Ana Cristina aplicaba para realizar su especialización en el país norteamericano. Así en 2011, iniciaron su vida profesional y como pareja en Estados Unidos.

Mauricio es neurólogo y Ana Cristina neuróloga pediátrica. Son médicos, investigadores y docentes. Sus carreras profesionales han estado llenas de retos y de éxitos.

Ana Cristina Albuja

Esta doctora quiteña completó su residencia en pediatría y neuropediatría en la Universidad de Kentucky.  Tiene interés particular en el estudio de la epilepsia, las migrañas, la educación del paciente y la atención a poblaciones desfavorecidas.

Su trabajo de investigación está orientado a mejorar la calidad de vida de aquellos que padecen estas afecciones. También está enfocada en aumentar la conciencia pública sobre ellas.

Ha recibido varios premios y honores, entre ellos fue elegida dos veces como una de las mejores doctoras de Rhode Island.

Mauricio Villamar

Graduado de la PUCE con honores. Completó su beca de investigación en estimulación cerebral no invasiva en el Spaulding Rehabilitation Hospital, parte de la Escuela de Medicina de Harvard.

Se especializó en neurología y realizó su residencia en la Universidad de Kentucky. Ha obtenido varios reconocimientos, premios y subvenciones para sus investigaciones. Además, fue incluido en el Alpha Omega Alpha, la sociedad de honor médica de Estados Unidos.

Sus intereses clínicos y de investigación incluyen neurología hospitalaria, epilepsia, electroencefalografía. Así como, educación médica y el mejoramiento de procesos hospitalarios.

Es miembro de la American Clinical Neurophysiology Society, la American Academy of Neurology, The Neurohospitalist Society y la American Epilepsy Society.

Transformando vidas

Esta pareja de médicos ecuatorianos actualmente trabajan como profesores asistentes de neurología en la Warren Alpert Medical School, de la Universidad de Brown.  Viven en Rhode Island junto a sus dos hijos y esperan al tercero.

Ana Cristina y Mauricio son ejemplos sobresalientes de médicos que no solo brindan atención médica excepcional, sino que también demuestran un profundo compromiso con la comunidad y la investigación que tiene el potencial de cambiar vidas.

 “La PUCE también nos dio pensamiento crítico que nos permite centrarnos en el entorno social de la persona. Esto es algo que determina el estado de salud y tiene mucho impacto sobre el bienestar del paciente”, finaliza Ana Cristina.

Ellos son parte de los más de 70.000 graduados de la PUCE que dejan huella como profesionales y como seres humanos. Así, transforman vidas y, por ende, el mundo.

Ana Cristina y Mauricio con sus dos hijos. Foto: cortesía esposos Villamar.

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