¿Sabías que solo tres de cada diez personas que investigan en el mundo son mujeres? Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 13% de las mujeres estudian las denominadas carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas). ¿Cómo incentivar a las niñas en las carreras científicas?

La Mtr. Johanna Herrera, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), comparte algunas recomendaciones. Esto a propósito del 11 de febrero, Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia.

Se dice que los chicos son más de ciencias y las chicas de letras. ¿Qué hay de cierto en esto?

Es un mito. Con el avance de la neurociencia, los expertos han demostrado que los seres humanos vinimos al mundo con ciertas habilidades. Estas habilidades se van desarrollando dependiendo al estímulo que se tenga.

Foto: cortesía de Johanna Herrera.

Por eso, las habilidades encasilladas “para niñas” o “para niños” es un tema que ha sido motivo de discusión , polémica e investigación desde hace muchos años atrás y existen quiénes afirman que no hay diferencias significativas sobre todo en el ámbito verbal y espacial y quiénes dicen lo contrario. Personalmente prefiero quedarme con la idea de que todos los seres humanos somos diversos y por ende así lo son nuestras habilidades.

¿A qué se refiere con la estimulación intrauterina y cómo esto podría incidir en el fortalecimiento de niñas y niños sanos?

Consiste en comunicarse con el bebé durante el embarazo: conversar con él, cantarle y acariciarlo, por ejemplo.

A través de la estimulación intrauterina, se pretende desarrollar al máximo las capacidades del bebé. Sobre todo, mantener una estrecha comunicación con el pequeño que enriquezca la relación entre padres e hijo. Los niños y niñas que son aceptados en la etapa del embarazo generan mayor probabilidad de desarrollarse física y socialmente.

En cuanto a los referentes ¿por qué estos son importantes para una niña?

Los referentes inician desde que los bebés tienen contacto con el papá, la mamá y la comunidad cercana a la familia. Casi siempre, lo que hacen estas figuras lo replican los más pequeños.

Encontrar un ejemplo a seguir es importante para que los niños y niñas imaginen lo que quieren ser en el futuro. Por ejemplo, mi madre es médica. Recuerdo que cuando era niña, yo quería ser como ella. Usaba su bata y me vestía igual. No soy médica, pero, sin duda, fue un gran referente de mujer para mi vida.

Asimismo, la falta de referentes femeninos podría hacer que las niñas encuentren más difícil imaginarse a sí mismas en profesiones como las científicas.

¿Cómo los padres pueden motivar a las niñas en la ciencia?

Frases como: «las niñas no pueden cargar cosas pesadas» o «eso es un juego solo para varones», continúan siendo un patrón cultural. Este patrón debilita el rol de las niñas en la sociedad. Antes de motivar es necesario cambiar el diálogo que mantenemos con nuestras niñas.

Debemos pasar de: “esos juegos solo son para varones” a “tú puedes hacerlo”, “yo te apoyo”, “eres buena en esto”. Las frases motivadoras empoderan a las niñas y las hacen sentir capaces de lograr muchas cosas.

Algo que me gusta hacer con mis hijos es practicar frente al espejo. Hago que se miren y digan en voz alta: “soy lindo”, “soy inteligente”, “mi cuerpo es fuerte”. Cada vez que los niños repiten estas palabras lo creen y van por la calle diciendo soy poderoso y poderosa.

Asimismo, la forma de fomentar la vocación científica en las niñas puede ser a través de:

  • Espacios de lectura.
  • Visitas a museos de ciencia.
  • Juegos de mesa.
  • Experimentos caseros.
  • Dejar que, de acuerdo a la edad, las niñas acompañen a sus padres a sus trabajos.
  • Excursiones al aire y paseos donde los niños puedan preguntar y cuestionarse.

Desde la visión educativa, ¿cómo pueden influir los profesores en este camino hacia la ciencia?

La educación tiene un rol importante para incentivar vocaciones científicas. Por ejemplo, en educación inicial, trabajamos con materiales como masas, rompecabezas, legos, figuras y más. De esta manera, dejamos que ellos experimenten y exploren nuevas cosas.

Sin embargo, este trabajo de experimentación se rompe al entrar en la educación básica. Las materias solo cumplen una planificación curricular y se olvidan de la parte fundamental como laboratorios y salidas de campo. Este otro tipo de actividades fomentan en las niñas la necesidad de conocer más a profundidad sobre un determinado tema.

Hay que recordar que la relación entre profesor – alumno es un vínculo potencialmente inspirador. Este vínculo puede orientar, reforzar y sacar lo mejor de cada niña.

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