“La educación es un acto de amor, es dar vida”. Con esta frase, pronunciada durante su visita a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) en 2015, el Papa Francisco dejó una huella imborrable en la comunidad académica. Hoy esa misma comunidad se une en oración, homenaje y gratitud ante su fallecimiento. Del 22 al 25 de abril de 2025, la PUCE abrió una capilla ardiente en la Sala de Cristal del Centro Cultural. Este es un espacio abierto para toda la comunidad con el fin de recordar su legado y elevar plegarias.

El acto conmemorativo fue encabezado por el Padre Diego Guevara, S.J., quien evocó el paso del Papa por Ecuador y su cercanía con la universidad. “Nos visitó, nos saludó, compartió con nosotros su mensaje. En esta misma casa nos habló de una educación que no debe aspirar al prestigio, sino al servicio, especialmente a los más pobres y vulnerables”, señaló.

Durante la ceremonia, se habilitó también un Libro de Condolencias para quienes deseen expresar su agradecimiento o dejar un mensaje personal. Este cuaderno será enviado a Roma como símbolo del cariño y el respeto que la comunidad PUCE profesa por el pontífice.

El doctor Juan Pablo Salgado, vicerrector de Investigación, Vinculación e Innovación, destacó el papel transformador de Francisco dentro y fuera de la Iglesia. “Fue un Papa que no vino a destruir, sino a renovar. Que refrescó a la Iglesia con aire nuevo y luz nueva. Que habló desde las periferias, desde el dolor, desde la esperanza. Y que hasta el final de sus días actuó con intensidad y entrega”.

Entre los testimonios, también se recordó la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, en la que el Papa lanzó uno de sus mensajes más potentes a los jóvenes. “Cristo te quiere y te quiere vivo”, agregó la Mtr. Lucía Arias, coordinadora nacional de Bienestar Universitario. Lucía compartió cómo esas palabras marcaron su vocación y compromiso. “Sentí que su mensaje no era solo para millones, era también para mí. Y eso es lo que lo hizo único: hablaba al mundo, pero parecía hablarte al oído”.

La capilla ardiente, abierta a toda la ciudadanía, se convirtió en un punto de encuentro para creyentes, académicos, estudiantes y todos quienes reconocen en Francisco a un pastor universal, pero también a un hombre profundamente humano.

“Nos enseñó a dialogar con quienes nadie quiere dialogar, a mirar con ternura, a soñar sin miedo, incluso cuando la vida duele”, expresó Karla Mendoza, seguidora del Papa.

El Papa Francisco visitó la PUCE del 5 al 8 de julio de 2015. Durante su estadía, compartió con educadores, estudiantes y autoridades, dejando orientaciones que inspiraron la creación de asignaturas como Ecología Integral, e impulsaron reflexiones sobre sostenibilidad, fraternidad y compromiso social desde la academia.

“Nos dejó su presencia, sus palabras y, sobre todo, la potencia de sus acciones. Hoy lo despedimos con el corazón conmovido, pero también comprometido con continuar su legado”. Expresó el padre Diego.

Así, la PUCE no solo despide a un líder espiritual. Rinde tributo a un sembrador de esperanza, cuya voz —firme, clara y compasiva— seguirá resonando en cada aula, cada proyecto de vinculación y cada gesto de amor por el prójimo.

Foto: 7 de julio de 2015. El papa Francisco se reunió con estudiantes y profesores de la PUCE. ANDES/Micaela Ayala V.
Foto: 7 de julio de 2015. El papa Francisco se reunió con estudiantes y profesores de la PUCE. ANDES/Micaela Ayala V.

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