Ir al supermercado puede ser una experiencia abrumadora. Imagina que necesitas comprar leche: te encuentras con estantes repletos de opciones. Hay diferentes tamaños, una gran variedad de sabores y hasta distintos orígenes. Frente a tantas opciones de nutrición, surge una pregunta: ¿cuál es la más saludable y accesible?
Varios nutriólogos participaron en el lanzamiento oficial de la Fundación de Fomento de la Investigación en Nutrición, Alimentación, Actividad Física y Salud Pública (SLAN Ecuador). Todos coinciden en que, posiblemente, pocas opciones son saludables. ¿La razón? Los productos ultra procesados son enemigos de la salud, por más deliciosos que parezcan.
La SLAN Ecuador es una iniciativa que busca contribuir a la salud y bienestar de la población. Promueve y desarrolla actividades científicas y académicas libres de conflictos de interés, en las áreas de nutrición, alimentación, actividad física y salud pública. Así lo explica el Mgtr. José Andrés Ocaña, investigador del Instituto de Salud Pública (ISP) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
SLAN, capítulo Ecuador
José comenta que el capítulo Ecuador de la SLAN surgió con el liderazgo de la Universidad de Cuenca, el apoyo del ISP de la PUCE y el comité de usuarios y usuarias del mercado de alimentos. Este espacio busca respaldo de diversas organizaciones nacionales e internacionales y fomenta las conexiones y el trabajo conjunto en el país.
El encuentro, donde se presentó oficialmente el SLAN en Ecuador, se realizó en la PUCE en noviembre de 2024. Participaron las expertas internacionales Camila Corvalán, presidenta de la SLAN, y Lina Cerón, especialista en Proyectos de Incidencia de la Red PaPaz.
En este espacio convergen la academia, la sociedad civil y otras entidades internacionales. El objetivo es compartir perspectivas y experiencias sobre la alimentación saludable y sostenible en el país.
“En el sistema actual, hay actores poderosos cuyos intereses no siempre están alineados con el bienestar alimentario y la salud. Por eso, quienes compartimos una visión clara sobre la importancia de recuperar estos espacios debemos unirnos. Este es un espacio para compartir experiencias y construir juntos”, señaló Camila.
Un equipo multidisciplinario
Lina es politóloga y se dedica principalmente a la protección de las infancias en Colombia mediante el fomento de una nutrición saludable. Señala que los problemas de nutrición en la niñez repercuten a lo largo de la vida.
En esa tarea, el trabajo interdisciplinario amplía las posibilidades y le da un carácter integral. Esto debido a que los hábitos alimenticios se relacionan con aspectos políticos, económicos y culturales que atraviesan la vida cotidiana.
“Es aquí donde las universidades juegan un papel clave. Estos espacios permiten la convergencia de saberes diversos para abordar problemas complejos, como la alimentación, la sustentabilidad y el desarrollo económico. Solo a través de enfoques interdisciplinarios y colaborativos, podremos enfrentar estos retos y transformar los sistemas alimentarios actuales”, comenta la especialista colombiana.
Nutrición y bienestar
Entonces, regresando a la pregunta inicial, es difícil elegir un alimento totalmente saludable en el mercado. Nuestras decisiones están mediadas por los entornos alimentarios, es decir, un conjunto multifactorial como la publicidad, la accesibilidad y el sabor. En la universidad, por ejemplo, muchos jóvenes prefieren almorzar una salchipapa que una ensalada, por costo, sabor y costumbre.
“Hoy enfrentamos una paradoja alimentaria: mientras unos padecen hambre, otros sufren las consecuencias de la obesidad. Aunque parecen extremos opuestos, el origen es el mismo: nos alimentamos mal. Nuestras mesas están llenas de productos ultraprocesados que, irónicamente, tienen poco de alimento real. Estos han desplazado a los verdaderos alimentos, afectando nuestra salud y bienestar”, señaló la experta chilena Camila.
José plantea una reflexión importante: incluso los productos que son «naturales», no siempre son 100% saludables. Un ejemplo es la banana, que parece ser el aperitivo perfecto. Sin embargo, analizando su origen, es probable que provenga de un monocultivo masivo, cuya producción depende de pesticidas y conservantes para garantizar su venta.
¿Qué hacer para mejorar nuestra nutrición?
La respuesta no es sencilla, pero el reto está en promover una alimentación basada en productos nutritivos y sostenibles. Estos deben beneficiar tanto a las personas como al planeta.
- Como señala Lina, el primer paso es tomar conciencia sobre los alimentos que consumimos.
- José añade que también debemos reflexionar sobre su origen y su impacto ambiental. Es decir, nuestros alimentos no solo deben nutrirnos, sino también contribuir al cuidado de la Tierra.
- Otra alternativa es optar por ferias agroecológicas, donde predominan productos cultivados en pequeñas extensiones con técnicas más sostenibles y menor uso de pesticidas. Además, comprar directamente a los productores fomenta el comercio justo y fortalece la economía popular y solidaria.
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