¿Qué es lo último que tus hijos ven antes de dormir? Si la respuesta es el celular, es probable que sufran de vamping. Un hábito marcado por el uso excesivo de aparatos electrónicos como el teléfono, la tablet o las consolas de videojuego justo antes de dormir. Expertos afirman que este fenómeno podría traer graves consecuencias en la salud física y mental de los menores, ¿cómo evitarlo?
Una práctica en aumento
Vamping es un término que proviene de las palabras en inglés vampire (vampiro) y texting (envío de mensajes). Según la psicóloga clínica Paulina Barahona, docente de la Facultad de Psicología, la expresión se utiliza desde 2016. Sin embargo, con el avance de la tecnología, se ha convertido en un tema preocupante.
“Este comportamiento es similar a un vampiro que roba el descanso y la energía vital. La práctica es preocupante porque interrumpe el sueño adecuado. Los adolescentes que lo practican suelen experimentar problemas de fatiga, atención, concentración, memoria y aprendizaje. Lo que puede llevar a dificultades en el colegio y a afectar su desarrollo social”, expresó la psicóloga clínica.
¿Qué pasa en el cerebro?
Para el doctor Diego Mera, docente de la Facultad de Medicina, los problemas tienen mucho que ver con los trastornos del ritmo circadiano. Cuando alteramos el ciclo del sueño, por ejemplo, la melatonina, hormona que ayuda a regular el sueño, es una de las afectadas.
“Cuando las células que se encuentran en las retinas no reciben luz, el cerebro segrega melatonina para ayudar a conciliar el sueño. Sin embargo, si se exponen a cualquier tipo de luz, el cerebro disminuye la secreción de esta hormona. Esto dificulta el inicio y mantenimiento del sueño”, explicó el doctor Mera.
Así, al exponerse a la luz de las pantallas de los dispositivos, el cerebro entiende que no ha llegado la noche y que no es momento de dormir. Esto, según el doctor, a largo plazo, produce situaciones de depresión, ansiedad, obesidad e incluso problemas cervicales y musculares.
Pero ¿por qué los jóvenes se sumergen en el vamping?
La Mrt. Claudia Bravo, coordinadora de la carrera de Educación Inicial de la PUCE, comenta que el atractivo de las redes sociales, los juegos y otras formas de entretenimiento en línea, contribuyen a este comportamiento.
“El motivo por el cual los jóvenes pasan horas en sus teléfonos durante la noche se relaciona con la gratificación instantánea. El constante flujo de estímulos, como obtener likes, avanzar niveles o conectarse con amigos, genera una sensación de bienestar y recompensa. Esto los impulsa a seguir utilizando sus dispositivos. Sin embargo, es indispensable que los padres sepan que existen horas y tiempo de uso de estas pantallas”, dijo la docente Bravo.
Consejos prácticos para abordar el problema del vamping
Estas horas varían según la edad. La American Academy of Pediatrics menciona que los tiempos diarios recomendados frente a las pantallas en menores son los siguientes:
- De 0 a 2 años: Nada de pantallas.
- De 2 a 5 años: Entre media y una hora al día.
- De 7 a 12 años: una hora con un adulto delante. Nunca en horas de comidas.
- De 12 a 15 años: Una hora y media. Mucho cuidado con las redes sociales.
- Más de 16 años: Dos horas. Los dormitorios no deben tener pantallas.
La psicóloga clínica Barahona asegura que es fundamental que los padres establezcan límites para evitar que el vamping escale a una nomofobia, es decir el miedo a estar sin el teléfono celular.
“Muchos padres no son conscientes de la cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas durante la noche. Los chicos suelen decir a sus cuidadores que van a dormir y, bajo las sabanas siguen con su celular”. Aseguró así la psicóloga clínica.
Reglas y límites
Para la experta, establecer límites es indispensable. Hay que apagar los celulares a una hora específica y dejarlos fuera de la habitación durante la noche. Esto es fundamental para promover hábitos de sueño saludables en la familia. Además, es importante promover actividades alternativas antes de acostarse, como la lectura o la escucha de música relajante.
Adicionalmente, la psicóloga señala que este fenómeno no solo afecta a adolescentes. También los adultos pueden estar inmersos en estas prácticas.
“A veces, son los padres quienes no pueden dejar el celular. Los menores replican estas conductas y empiezan los conflictos. Es necesario que los padres sean los primeros en enseñar con el ejemplo”, finalizó la psicóloga Barahona.
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Excelente la información. Muy bien explicado.
Oportuna información para una sociedad que normaliza todo y evita tomar correcciones a tiempo. Ojalá que, como padres de familia pongamos enfaisi en las recomendaciones dadas.