Curioso, reflexivo, meticuloso e indagador, así es David Romero Estévez, un científico quiteño de 36 años. Ha centrado sus investigaciones en comprender cómo ciertos metales peligrosos afectan el ambiente y la comida y su impacto en la salud.

Su aporte a la ciencia lo llevó a recibir la condecoración Eugenio Espejo. Se trata de un reconocimiento del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, que honra a personalidades destacadas en las ciencias biológicas y naturales.

Su historia

La trayectoria de David está marcada por un profundo compromiso con la ciencia y la investigación. Entre risas, recuerda cómo llegó a convertir la casa de sus padres en un laboratorio secreto. Lo influenció su abuelo, un arqueólogo y químico, cuyo trabajo en metalurgia prehispánica aún resuena en un artículo que David escribió con su madre.

“Crecí en una familia ligada a las ciencias. Mi madre es química y mi padre, médico. Cuando ellos trabajaban, me quedaba con mi abuelo. Junto a él, hacía experimentos y, desde pequeño, me interesé por la química. Es emocionante saber que mi madre y yo terminamos una de las investigaciones que mi abuelo inició”, expresó David.

De un anhelo a una profesión  

Con una pasión arraigada en la química, David se sumergió en la academia. Decidió estudiar en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Allí, forjó su amor por la ciencia y su desempeño dio los primeros frutos.

Antes de graduarme, se me presentó la oportunidad de trabajar en la PUCE. Comencé como alumno, luego realicé mis pasantías, seguidas de mi tesis de pregrado. Al finalizar, me ofrecieron un puesto y así empecé como auxiliar de laboratorio. Con el tiempo, ascendí a analista. Luego, me convocaron para liderar el Centro de Estudios Aplicados en Química (CESAQ) de la PUCE”, agregó David.

Su trabajo

Durante su trayectoria, realizó una maestría en Seguridad y Prevención de Riesgos del Trabajo. Su tesis se centró en la seguridad basada en el comportamiento humano en entornos de laboratorios. Una propuesta que busca fomentar la seguridad en todas las áreas de estudio, especialmente, en campos riesgosos como la química, la biología, la medicina y la ingeniería.

Sus investigaciones se basan en métodos de análisis de contaminantes, de forma particular, en productos de consumo local y nacional. Junto con su equipo consolidado de CESAQ, ha llevado a cabo estudios exhaustivos sobre productos como:

  • bananos,
  • cacao,
  • tomates,
  • lechugas,
  • moluscos bivalvos y
  • peces.

“Estos estudios han sido fundamentales para comprender y abordar la exposición humana a sustancias nocivas”, comentó David.

Además, ha explorado la vertiente nutricional, investigando antioxidantes, vitaminas y el contenido nutritivo en diversos compuestos alimenticios. Uno de sus estudios más destacados cuestionó el mito de la superioridad nutricional de los cultivos orgánicos frente a los convencionales. Los resultados, revelaron que, a pesar de las diferencias en los métodos de cultivo, en términos nutricionales ambos son equivalentes.

Desarrollo de políticas públicas

Pero eso no es todo. Más allá de las investigaciones David ha tenido un impacto directo en la elaboración de normativas nacionales.

Durante años, participó activamente en comités del Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN). Su contribución ha ayudado a la definición de estándares para productos como el cacao, las pinturas, el agua potable, las frutas y hortalizas, entre otros.

Foto: David junto al equipo de CESAQ.

En 2013, integró el Comité de Pinturas. Según el experto, en ese momento, Ecuador carecía de una metodología estandarizada para analizar el contenido de plomo en las pinturas. Un tema crítico debido a los altos niveles de esta sustancia tóxica en productos arquitectónicos y juguetes.

Acciones

Frente a esto, David y su equipo impulsaron regulaciones para establecer límites máximos permisibles. De esta forma, se obligó a los fabricantes a ajustar sus procesos para cumplir con estas normativas.

“Llevo 15 años trabajando en la PUCE. Aprecio esta institución que me ha enseñado a amar y servir. Veo mi esfuerzo reflejado en el deseo de que mis investigaciones no sean, simplemente, un conjunto de publicaciones o una búsqueda de fama. Aspiro a que mis investigaciones ayuden a regularizar aspectos críticos como la presencia de contaminantes, orientando el foco hacia áreas que beneficien a la sociedad”, expresó David.

Un químico que trasciende fronteras

Con becas y colaboraciones internacionales, como su entrenamiento en Francia con el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), David ha llevado su trabajo más allá de Ecuador. Incluso, analizando la contaminación en las momias de la ciudad sagrada de Caral en Perú.

Gracias a su trayectoria y aporte a la ciencia, David Romero recibió la condecoración Eugenio Espejo. El 6 de diciembre de 2023, fue homenajeado por el doctor Pabel Muñoz, alcalde de Quito.

“Esto no es solo para mí, sino para todo el laboratorio de CESAQ. Estoy feliz, quiero seguir innovando y llevando la investigación siempre un paso adelante”, expresó David Romero.

Dejar huella

Más allá de las publicaciones y reconocimientos, David encuentra satisfacción participando y liderando el desarrollo experimental de las tesis de sus estudiantes.  Deja su huella a través de su mentoría y el deseo de verlos triunfar y alcanzar sus metas.

La historia de David Romero no es solo la de un científico comprometido. Es la historia de alguien que vive y respira la pasión por la ciencia. Así, guiando a otros mediante el conocimiento y la investigación, deja su huella en el mundo académico y científico. Desde la ciencia, él es un ejemplo de ser más para servir mejor.

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