En 1949, Ecuador avanzaba hacia la modernidad. Las ciudades crecían, los paisajes se transformaban y, aunque el dólar y el internet eran impensables, el cambio era innegable. En medio de este avance, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) abrió la carrera de Economía, con el objetivo de formar profesionales que impulsarían el desarrollo del país. 

La carrera Economía cumple 76 años en 2025 y los celebró en el marco de la Junta de Facultad realizada el 4 de febrero de 2025. En este contexto, Rubén Flores compartió el informe de su gestión como decano y resaltó la importancia del trabajo conjunto para consolidar el proceso de integración de la Facultad de Economía y Gestión Empresarial.

Por ello, se presentó el panel Convergencia y transformación: el nuevo horizonte de la economía y gestión empresarial. En este evento,  alumni de distintas generaciones reflexionaron sobre la importancia de seguir transformándose para responder a las necesidades de la sociedad y, al mismo tiempo, ser agentes de cambio en ella. Los exalumnos recibieron un reconocimiento especial por su impacto positivo en la economía y desarrollo social.

El panel: repensar la economía

En el panel participaron reconocidos economistas que han y siguen dejando huella en el desarrollo del país:  

De izq. a der: Fidel Jaramillo, Abelardo Pachano, Fernando Ponce S.J., Ana Sanmartía, Ariana Escobar, Verónica Artola y Rubén Flores.
De izq. a der: Fidel Jaramillo, Abelardo Pachano, Fernando Ponce S.J., Ana Sanmartía, Ariana Escobar, Verónica Artola y Rubén Flores.
  • Ariana Pillajo, estudiante de la PUCE, eligió esta institución por su enfoque en la formación integral. Para ella, la universidad no solo prepara profesionales altamente capacitados, sino también líderes con valores de servicio, justicia y sostenibilidad. Eso los convierte en economistas comprometidos con la transformación social. 

Economía: un camino de transformación  

Abelardo Pachano reflexionó sobre la evolución de la economía como una disciplina en constante transformación, vinculada a los cambios del mundo y a la necesidad de adaptación. La economía, aunque joven, ha pasado por intensos procesos de prueba y aprendizaje, donde algunas teorías han perdurado y otras han sido descartadas.  

La economía no es una ciencia inmutable, es un campo en constante movimiento, de creación y prueba. Quien no valora los cambios del mundo está condenado a vivir solo de los recuerdos”, comentó Abelardo. 

Para el experto, la evolución del pensamiento económico ha permitido mejorar la calidad de vida de millones de personas, reduciendo la pobreza y ampliando las oportunidades. Sin embargo, enfatiza que las universidades tienen la responsabilidad de formar profesionales con valores, alejados del dogmatismo y comprometidos con el desarrollo sostenible. 

De cisnes negros y rinocerontes grises 

En su ponencia, Fidel ilustró la importancia de gestionar riesgos mediante las metáforas de los cisnes negros y los rinocerontes grises. Los primeros representan eventos raros e impredecibles, pero de impacto profundo, como la pandemia de COVID-19. En contraste, los rinocerontes grises simbolizan amenazas constantes que, aunque visibles, suelen ser ignoradas, como la pobreza. Ambos conceptos reflejan la urgencia de una economía capaz de adaptarse y responder con agilidad a los desafíos del presente. 

“La transformación en la economía no es una opción, sino una necesidad para mantenerse relevante en un entorno de constante cambio”, afirmó Fidel. Subrayó que la excelencia no puede limitarse a la formación tradicional, sino que debe enfocarse en la innovación tecnológica y la anticipación de necesidades.  

En el evento, también se compartió un resumen de la gestión de la Facultad de Economía en 2024.
En el evento, también se compartió un resumen de la gestión de la Facultad de Economía en 2024.

En un mundo de recursos limitados y necesidades crecientes, la clave está en maximizar el valor con una visión sostenible. Además, insistió en que la transformación económica debe trascender al debate público y empresarial, consolidando a las organizaciones como actores comprometidos con el desarrollo y el bienestar social. 

Interdisciplinariedad e integración del conocimiento 

La economía no puede analizarse de manera aislada, ya que está intrínsecamente ligada a factores sociales, ambientales, políticos y tecnológicos. Ignorar estas interconexiones limita la capacidad de responder a crisis y oportunidades de manera efectiva.  

Para Ana Sanmartín, la transformación de la economía es una exigencia que demanda la integración con otros saberes y áreas de conocimiento. Además, destacó que esa interdisciplinariedad no se limite al estudio teórico, sino que se pueda hacer práctico con la pedagogía basada en la resolución de problemas y casos reales. 

«El mundo ya no está dividido entre econometristas, financistas, ambientalistas o expertos en políticas públicas. Ahora, necesitamos profesionales que entiendan las intersecciones entre estos campos. La economía no solo debe estudiarse, debe integrarse con otras disciplinas y usarse como una herramienta para resolver los desafíos más urgentes», explicó Ana Sanmartín. 

Desde el 10 de febrero, la carrera de Economía formará parte de la Facultad de Economía y Gestión Empresarial. Con más de medio siglo de trayectoria, esta carrera sigue evolucionando para responder a las demandas de una sociedad en constante cambio. Su enfoque innovador busca formar profesionales con las habilidades, el humanismo y el pensamiento crítico necesarios para enfrentar los desafíos económicos actuales. 

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