¿Sabías que las palabras de un padre pueden cambiarlo todo? No importa cuántos años pasen, la voz de nuestros padres siempre deja huella en la forma en que entendemos el mundo. Por eso, cuando llega el momento de que tus hijos elijan una carrera, lo que les digas puede ser el apoyo que necesitan. Tomar esta decisión no es fácil, aquí te traemos unos tips para este proceso.
Antes de entrar en los consejos, hay algo importante que queremos decirte: lo estás haciendo genial. Si estás leyendo esto, significa que te importa el futuro de tu hijo, y eso ya es un gran paso. Ahora, acompáñanos a descubrir cómo puedes guiarlos en este proceso tan importante.
La Mgtr. Claudia Bravo, coordinadora de la carrera de Educación Inicial en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), también está enfrentando este reto con su hija María Paz. Aunque María Paz apenas está en primero de bachillerato, las dudas y curiosidades sobre qué carrera elegir ya rondan por su mente. Entonces, Claudia ha encontrado estrategias para acompañarla de manera activa y positiva en este proceso tan importante.
Mochila de herramientas

Actualmente se establece la etapa de la adolescencia entre los 11 y 24 años. En esta etapa, la persona experimenta la formación de su personalidad, grandes cambios corporales y mentales y una explosión emocional. Es en medio de este momento cuando los jóvenes usualmente deben elegir qué carrera estudiar.
A esto se suma que el componente de su círculo de amigos es determinante y existe una aparente separación de la familia. Al menos, discursivamente, pues el joven está formando su personalidad y autonomía.
Por ello, el acercamiento de los padres, respetando los límites y formas que se acuerden, es muy importante. En la actualidad, muchos jóvenes de esas edades no tienen las herramientas necesarias para desenvolverse autónomamente.
Pensemos, por ejemplo, en que algunos chicos toman el bus por primera vez cuando ingresan a la universidad. Mientas más herramientas y posibilidades de aprendizaje les den sus padres, será mejor para su desarrollo en esta etapa.
Padres y la escucha activa
Claudia enfatiza mucho en la necesidad de escuchar y establecer una comunicación activa con los hijos. “Es importante recordar que ser abiertos con nuestros hijos puede marcar la diferencia. Compartir con ellos esos temores y desafíos que enfrentamos cuando éramos jóvenes no solo crea una conexión más cercana, sino que también les demuestra que no están solos en sus dudas”, explica.
Claudia agrega que, a diferencia de lo que se suele creer, los adolescentes sí están pensando en su futuro y en las decisiones que tienen que tomar para llegar ahí. En esa línea, es importante dedicar tiempo a entender sus inquietudes, sueños y temores. Recuerda: escuchamos, pero no juzgamos.
Observa a tu hijo
Eres una de las personas que más lo conoce. Has sido testigo de cada etapa de su crecimiento y eso te da ventaja para identificar sus preferencias y habilidades. Usar ese conocimiento para incentivarlo a fortalecer lo que ya sabe hacer y animarlo a explorar nuevas áreas puede marcar la diferencia. Esto inclusive si tu hijo no tiene del todo claro por qué debería hacerlo.
A veces, el simple hecho de motivarlos a intentarlo es suficiente para abrirles puertas que ni siquiera sabían que existían. Tu apoyo, confianza y guía serán fundamentales para que descubran su propio camino.
Orientación vocacional
El Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) de los colegios tiene una serie de acciones para orientar a los estudiantes en la elección de sus carreras. Estas van desde invitaciones a universidades para que compartan sus ofertas educativas, hasta test vocacionales.
Claudia enfatiza que en este sentido es clave la triangulación. Es decir, estar en comunicación con el personal encargado para identificar las necesidades de tu hijo. Además, universidades como la PUCE también ofrecen test vocacionales, además de una guía personalizada para que tu hijo escoja la opción que más le atraiga.
Asimismo, el open class es una gran experiencia para que, en la práctica, los chicos y sus padres identifiquen en qué consiste cada carrera. Claudia comenta que actualmente existe una mayor variedad de oferta educativa. Solo para ejemplificar, antes no existían carreras innovadoras como Ciencia de Datos o Ciberseguridad.
Bríndale información de valor
No basta con que tu hijo investigue. Puedes ser un gran apoyo para darle información de valor sobre las carreras que le interesen. Claudia sugiere analizar las mallas curriculares, porque les permitirá identificar las distintas orientaciones de las carreras.
Una de las preocupaciones principales de los jóvenes es el campo laboral. En un país como el nuestro el desempleo y subempleo son aspectos estructurales. Por ello, la incertidumbre para los recién graduados suele ser grande.
En ese punto, el rol del padre puede ser impulsarle a seguir sus pasiones y brindarles más confianza para analizar las distintas opciones. “Como padres, nuestro papel no es dar todas las respuestas, sino crear un espacio donde puedan reflexionar, expresar sus dudas y explorar opciones con confianza. Al final, se trata de ayudarlos a encontrar un camino que los haga sentir realizados y felices”, señala la docente.
Deja que tu hijo se equivoque
Llegados a este punto, que tu hijo se equivoque en la elección de su carrera es una opción. Claudia sugiere no verlo como un fracaso, pues todo lo que aprendemos, tarde o temprano, nos sirve en la vida.
El costo económico y el tiempo que pasa puede ser abrumador para los padres y los hijos. Respira e intenta ver los matices de esta experiencia. Esta es la decisión de tu hijo y nuestro rol como padres es acompañarlos con responsabilidad y amor.
“Cambiar de rumbo es parte del aprendizaje. Como padres, debemos recordar que las habilidades adquiridas, incluso en una carrera que luego se abandona, no se pierden. En algún momento de la vida serán útiles, porque todo aprendizaje suma. Por eso, no debemos considerar estos cambios como fracasos, sino como oportunidades de crecimiento.
El verdadero fracaso no es equivocarse, sino renunciar a intentarlo de nuevo. Acompañemos a nuestros hijos para que puedan ver los errores como una parte natural de la vida, una oportunidad para reflexionar y redirigir el camino. Incluso si están completamente perdidos o dudan entre opciones, estar a su lado les permitirá avanzar con confianza y sin miedo a explorar nuevas posibilidades”.
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