Hablar del nuevo modelo educativo es referirse a la transformación. La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) se embarcó en este proceso desde 2015 y continúa con valentía en este camino. Así lo señalaron las autoridades de la universidad.
El evento de presentación del nuevo modelo educativo se realizó el 26 de junio de 2024, en el Auditorio Mayor de la PUCE Matriz. A la presentación asistieron más de 600 personas entre autoridades, decanos, docentes y otros miembros de la comunidad educativa. Asimismo, acudieron personalidades como Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, SDB, Arzobispo de Quito, Primado del Ecuador y Gran Canciller de la PUCE, y los prorrectores de las sedes.
Además, en el acto se realizó la posesión de los dos nuevos vicerrectores. Su designación tendrá una duración de cinco años:
- El doctor Andrés Mideros Mora, de Docencia y Estudiantes.
- El doctor Juan Pablo Salgado, de Investigación, Vinculación e Innovación.
El rector, Dr. Fernando Ponce S.J. y los nuevos vicerrectores recorrieron los puntos más significativos del modelo educativo que propone la PUCE. Este ofrece oportunidades para mejorar la educación superior, fomentando la colaboración interdisciplinaria, la creatividad y la resolución de problemas en un entorno globalizado.
La transformación, un reto continuo
La transformación de la universidad es un proceso que se institucionalizó desde hace diez años. Se hizo con el rediseño curricular entre 2014 y 2026, según el rector Ponce.
Sin embargo, desde inicios de la universidad, la necesidad de innovación se correspondió a los retos de cada momento histórico.
“Tenemos una disyuntiva: la universidad padece los efectos de estos cambios societales o los gobierna con inteligencia y audacia. Evitar estos cambios no es posible. Soy de los que creen que, si del cielo nos caen limones, hay que ponerse a hacer limonada. Esto en lugar de quejarnos porque no nos llueven naranjas o relojes Rolex”, señaló el Dr. Ponce.
Asimismo, se explicó que el nuevo modelo educativo ahora se enfocará en la innovación en la práctica, más que en el concepto. Esto al ser un proceso con un recorrido de aproximadamente una década.
Modelo educativo centrado en el estudiante
El centro de la educación en la universidad es el estudiante. El nuevo modelo educativo busca el desarrollo de un proyecto de vida, más allá de la profesionalización. Este desarrollo se sustenta en los principios del humanismo cristiano, la pedagogía ignaciana y la integración del saber. En este sentido, el objetivo es desarrollar competencias para la vida sintetizados en el saber conocer, hacer y ser.
Por otro lado, la transformación se ha enfocado en la docencia, la investigación y la vinculación con la comunidad. Una estrategia clave en este modelo educativo es propiciar un ambiente de aprendizaje y ofrecer un proceso de acompañamiento continuo. Esto ocurre desde el ingreso del estudiante hasta después de su graduación. Durante su estancia, los docentes proporcionan mentorías y tutorías, mientras que el personal administrativo adopta un enfoque de servicio desde el primer día.
«Fomentamos una educación que integra saberes y prácticas transformadoras, permitiendo que cada persona sea protagonista de su aprendizaje y crecimiento. Al igual que una planta crece con los cuidados adecuados, nosotros nos encargamos de abonar y cuidar el modelo educativo. La universidad, formada por personas conscientes de que la misma vida anima este planeta, nos hace partícipes de una dignidad compartida”. Señaló así el doctor Juan Pablo Salgado.
De igual forma, el vicerrector de Investigación, Vinculación e Innovación comentó que trabajará en la investigación desde una correspondencia con el contexto. Es decir, que el conocimiento, la investigación y la profesionalización estén vinculados con la sociedad. Además, que sean pertinentes a los contextos actuales y respondan a los desafíos contemporáneos.
Ser más que un profesional
Mientras que el vicerrector Andrés Mideros enfatizó en el objetivo del modelo educativo. El cual consiste en formar al ser humano no solo en conocimientos, sino en valores para que pueda transformar la sociedad.
También señaló la importancia de comprender este proyecto con carácter nacional, donde todas las sedes son protagonistas. Este último punto procura que exista una descentralización del acceso al conocimiento. Esto significa que todos los estudiantes de la PUCE reciban la misma educación de calidad en cualquier punto del país.
“Para formar personas íntegras, el aprendizaje y la enseñanza deben transformarse continuamente. Ser relevantes para la realidad, reducir las desigualdades, garantizar derechos
,, detener la degradación ambiental y democratizar la tecnología. El aprendizaje y la enseñanza deben construir una cultura de paz y eliminar todas las formas de violencia”, señaló el vicerrector de Docentes y Estudiantes.
En ese sentido, el modelo educativo propone seis competencias transversales en todo el proceso educativo. Explicó que cada estudiante buscará aprender a ser:
- Humanista en su proyecto vital. Defender la dignidad humana y la naturaleza como nuestra Casa Común.
- Comprometido con los ámbitos social, político y ambiental. Reflexionar y participar activamente.
- Crítico y analítico. Generar opinión y considerar diversas perspectivas en el análisis.
- Competente para crear, innovar y emprender. Fomenta la creatividad y el espíritu propositivo.
- Comunicador asertivo. Lograr un diálogo abierto y transparente.
- Motivado para ser más. Tener pasión por lo que se hace.
En lugar de huir de la incertidumbre, la universidad asume los retos con miras a la construcción de un mundo mejor. La PUCE seguirá dejando huella con este nuevo modelo educativo, con una educación que transforma.
“No solo somos agentes de transformación; somos transformación. Siempre lo hemos sido, desde nuestra fundación y lo continuaremos siendo para realizar a cabalidad nuestra misión”, señaló el rector.
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