A menos de 15 días de las próximas elecciones seccionales, el clima electoral se siente en Ecuador. La publicidad de los candidatos a alcalde inunda los medios de comunicación y las redes sociales.
El 5 de febrero de 2023, los ecuatorianos acudirán a las urnas para elegir nuevas autoridades locales. En estas elecciones seccionales, se elegirán alcaldes, prefectos, concejales urbanos, rurales y vocales de juntas parroquiales.
La doctora María José Calderón, docente de la Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), nos explica qué se debe tomar en cuenta para elegir a un buen candidato.
La docente, tiene un doctorado en Ciencia Política y es especializada en Comunicación Política.
¿Qué debería tener un candidato ideal?
Para empezar, hay que considerar que cualquier persona que quisiera dirigir una ciudad de forma coherente debe conocerla. Tiene que comprender que no puede ofrecer cosas que no puede cumplir. Además, recordar que tiene que regirse a una serie de reglamentos, normas y estatutos de la ciudad. Si bien es cierto, algunos caducos, como el mismo Cootad, que limita las acciones del fuero cantonal. En el caso particular de Quito se debe tomar en cuenta su normativa especial, la Ley de Régimen del Distrito Metropolitano de Quito.
En el caso particular de Quito, por ejemplo, al ser un distrito metropolitano, tiene ciertos problemas, que, si se analiza, no se han visto reflejados en ninguna de las ofertas de campaña.
Podría decir, tristemente, que muchos ofrecen cosas que inclusive rayan en la ilegalidad. Por ejemplo, ofertas que no son ni siquiera competencia de la Alcaldía, como modelos de seguridad nacional.
¿Qué problemas de la ciudad no se han visto reflejados en los planes de campaña de los candidatos a alcalde?
Por ejemplo, Quito tiene un sector público gigantesco y muchos de los trámites se centralizan en esta ciudad, pues no se gestionan desconcentradamente. Eso genera una serie de problemas cotidianos: caos, esmog, violencia y robos, por ejemplo.
Deberíamos analizar una propuesta, que en lugar de hacer vías de acceso o seguir construyendo autopistas gigantescas, analice una normativa que cambie el uso del suelo. Una propuesta que entienda que existen periferias, zonas que se están volviendo cinturones de miseria por la migración interna del país.
La ciudad debería ofrecer otras cosas y otros atractivos. La gente debería intentar venir a Quito por lo que es y la belleza que ofrece, en lugar de escapar. Esto genera suburbios y ciudades satélites que no disponen de todos los servicios y se produce más caos en cuanto al tráfico.
Entonces, ¿cómo hacer una ciudad para vivir? Lo primero podría ser cambiar el Reglamento y Estatuto de Quito, desconcentrar los servicios, sobre todo los públicos.
Además de que el candidato a alcalde conozca la ciudad, ¿qué debemos analizar?
Otra cosa que deberíamos pensar los electores es en propuestas inclusivas. Es decir, que respeten los derechos de todos, igualdad de derechos entre hombres y mujeres, sobre todo laborales. Necesitamos solucionar cuestiones que son fundamentales para hacer de la ciudad, un espacio más vivible.
Propuestas en la que los barrios puedan acceder a salud, educación, servicios pagados por los impuestos de los propios ciudadanos.
En conclusión, para elegir busquemos propuestas, aquellas realmente sensatas, que sí tengan un fin.
Por otro lado, el candidato debe tener conocimientos técnicos en administración. Tiene que conocer exactamente a quién poner en los lugares precisos y dejarse guiar por gente que también sepa. No todo el mundo es urbanista, de hecho, ninguno de los candidatos a alcalde, en el caso de Quito, es urbanista. Lo ideal, es que se rodeé de gente que conozca muchísimo de ciudades.
Finalmente, es importante que trabaje con la academia, para generar espacios de diálogo.
Resumiendo, el candidato debería tener una buena propuesta, rodearse de gente que conozca y que sepa trabajar con la academia y con otros sectores de la sociedad.
¿Qué se debe tomar en cuenta en las campañas electorales?
En las elecciones para alcalde a nivel global, más bien se buscan satisfacer demandas más concretas, a diferencia de las elecciones presidenciales. En estas últimas, se entiende de forma distinta la realidad y, sobre todo, de ver el futuro, se vinculan las emociones a un futuro idealizado.
Es decir, la gente dice: «Yo no tengo luz, no tengo agua, la calle está destruida, etc.», y trata de vincular eso con lo que un candidato le ofrece.
Así, se puede analizar localmente un barrio y ver sus necesidades y sus características. El candidato puede modelar su discurso específico para ese sector. Lo que, por ejemplo, hace acertadamente el candidato que aparentemente consta como primero en las encuestas.
Porque, además, si lo piensan, va a ser una elección que se gane con un voto, o los candidatos que consigan el 20%, quizá. Basta con que un barrio vote por alguien mayoritariamente, ni siquiera todos y el resto anule. Ese es un porcentaje excesivamente pobre y claro, la legitimidad de la elección se pone entredicho.
Es una elección que no tiene el sustento necesario para hacer ningún tipo de gestión. Eso es un grave problema, para la democracia, pero también para la gestión del candidato.
Hemos tenido pésimos resultados de mensajes que más bien han generado decepción de los candidatos. La parte más grave es que ninguno tiene una propuesta. Esto, también se vio en los debates, en los que primó el ataque. En ese espacio se evidenció un desconocimiento importante de las normas locales y nacionales sobre las atribuciones de cada estamento.
¿Qué analiza el electorado joven?
Creo que muchos candidatos han hecho un intento por ganarse ese electorado a través de las redes sociales como TikTok. Todos tienen mayor producción. Existen candidatos que tienen producciones impresionantes, pero que tampoco salen de su persona política, del personaje político. Entonces, esto es un problema. Otros candidatos han intentado ser divertidos y no lo han logrado.
Hay un fenómeno interesante y triste. Cuando hablamos, por ejemplo, de elecciones, hablamos también de ideología que es sustentada en partidos políticos. Por ejemplo, hay un candidato que antes era liberal y hoy es socialista y los jóvenes no le dan importancia a eso. Lo que les pareció chistoso es que él haya abierto una cuenta de Only Fans y se presenta sin camisa.
Podemos decir que son cuestiones casi extremas y risibles, pero, impactan en la cotidianidad de quienes viven pendientes de su teléfono.
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