En lo cotidiano, la exclusión también se construye desde el lenguaje y las ideas equivocadas. Ocurre cuando se usan términos inadecuados para referirse a una persona con discapacidad, cuando se habla por ella en lugar de escucharla o cuando se asume que no puede hacer ciertas cosas sin siquiera preguntarle. Pero, ¿cómo mejorar nuestras actitudes? ¿Cuál es la terminología adecuada para el abordaje de las discapacidades? ¿Cómo saber si lo que estoy haciendo es correcto u ofensivo hacia el otro?
Para responder a estas y otras interrogantes, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) presentó los avances de la investigación Actitudes hacia la discapacidad. Su objetivo fue evaluar cómo la comunidad universitaria percibe, comprende y se relaciona con las personas con discapacidad. El proyecto se presentó en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, por el grupo de investigación Psicología, Inclusión y Convivencia de la PUCE.
Videos para educar, sensibilizar y mejorar actitudes
Como parte de esta iniciativa, se socializó una serie de seis videos educativos diseñados como recursos de sensibilización y formación para promover una cultura de respeto, inclusión y accesibilidad.
Por ejemplo, uno de los videos aborda la terminología correcta sobre discapacidad a través de breves dramatizaciones que muestran expresiones comúnmente usadas, pero inadecuadas. Así propone el uso del lenguaje respetuoso e incluyente.
Entre los principales ejemplos se destacan:
- No se dice inválido ni minusválido; se dice persona con discapacidad física.
- No se dice sordomudo; se dice persona sorda.
- No se dice personas con capacidades especiales; se dice personas con necesidades específicas de apoyo.
- No se dice lenguaje de señas; se dice lengua de señas.
- No se dice no vidente ni cieguito; se dice persona con discapacidad visual.
- No se dice persona con retardo mental; se dice persona con discapacidad intelectual.
«Hablar correctamente sobre la discapacidad no es solo un asunto de palabras, sino de mirada: es elegir ver primero a la persona y no su condición, reconocer su dignidad y comprender que el lenguaje que usamos también construye el lugar que damos al otro en la sociedad», comentó Belén Valverde , integrante de esta investigación y graduada de la PUCE.
A este video se suman otros contenidos audiovisuales como:
- Comunicación en lengua de señas
- Mitos y estereotipos alrededor de la discapacidad
- Derechos y deberes desde un enfoque social
- Cómo guiar a una persona con discapacidad visual
- Accesibilidad universal
Cada video cuenta con interpretación en lengua de señas y subtítulos, garantizando así el acceso a personas sordas y a la comunidad en general. Mira aquí todo el contenido.
“Estos materiales se utilizarán como herramientas formativas en asignaturas relacionadas con salud y grupos de atención prioritaria. Así como en actividades de vinculación con la sociedad”, agregó la Mtr. Verónica Maldonado, líder del proyecto y docente de la PUCE.
Datos
La investigación aplicó un instrumento adaptado al contexto ecuatoriano, basado en un modelo desarrollado por investigadores de la Universidad de Salamanca, a 2.519 personas entre estudiantes, docentes, personal administrativo, de servicios y de seguridad de la comunidad universitaria.
Algunos resultados preliminares revelan que:
- El 25 % de las personas evaluadas tiene contacto diario con una persona con discapacidad.
- El 52,1 % mantiene una relación con algún familiar con discapacidad.
- El 12 % manifestó contacto con personas con discapacidad psicosocial, un área aún poco estudiada en el país.
- El 54,41 % de los estudiantes indicó estar bien informado sobre discapacidad, mientras que el 45,56 % reconoció tener poca información.
Estos hallazgos, según el equipo investigador, confirman la necesidad de fortalecer procesos formativos más allá del aula y construir entornos verdaderamente inclusivos.
Más allá de lo físico: derribar barreras actitudinales
Durante la presentación, el equipo de investigación enfatizó que, aunque se han realizado avances en infraestructura y accesibilidad física, uno de los mayores retos sigue siendo el cambio de actitudes.
“Es más fácil derribar barreras físicas que barreras actitudinales”, señaló Verónica, invitando a la comunidad universitaria a reflexionar sobre cómo se relaciona con las personas con discapacidad en los distintos espacios de la vida cotidiana como aulas, transporte, trabajo, relaciones sociales y acceso a la información.
Una invitación a mirar distinto
La jornada incluyó la participación de los protagonistas de los videos en un pequeño foro previo a la proyección de los materiales, generando un espacio de diálogo directo y cercano. El proyecto se presentó no solo como una investigación académica, sino como una invitación a mirar diferente, a escuchar, comprender y transformar.
Con esta iniciativa, la PUCE reafirma su compromiso con una educación humanista, e inclusiva y convoca a toda la comunidad universitaria a construir entornos donde la diversidad no sea una barrera, sino una riqueza compartida.
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