Cuando uno visita el campus de Nayón de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) tiene el placer de estar en uno de los pocos bosques de algarrobos que quedan en ese valle de Quito. Aprender a convivir con él, su flora y fauna es uno de los objetivos de One Health del Centro de Investigación para la Salud de América Latina (CISeAL).
One Health es uno de los 14 grupos de investigación del CISeAL. En estos espacios, se aborda desde el diagnóstico, la compresión, el tratamiento y la política pública de distintas enfermedades.
“El enfoque de One Health es analizar la salud desde una óptica global. Ver la salud humana, pero relacionada con la salud animal y el ambiente”, explica la doctora Sofía Ocaña, líder del grupo One Health.
Una salud en nuestra casa
En el marco de las actividades de One Health nace el proyecto de vinculación: Una salud en nuestra casa. Con esta iniciativa se estudian las relaciones entre la fauna y la salud comunitaria del área de San Pedro del Valle, lugar donde se encuentra el campus de Nayón.
Este proyecto tiene el objetivo de conocer el estado de salud de los animales de la zona y detectar los posibles riesgos de salud tanto para los trabajadores del campus como para los habitantes del lugar.
“Una de las formas para saber que un bosque está en buen estado es evaluando su fauna”, agrega la doctora Ocaña.
En este proyecto, que pretende vincular la ciencia con la salud de la comunidad, se está estudiando la salud de los animales de compañía de la zona y la fauna silvestre del bosque de algarrobos que se encuentra en el campus de Nayón.
Pero, ¿por qué es importante este proyecto?
El SIDA, el COVID-19 y la Viruela del mono son solo ejemplos de lo que una mala relación entre las personas, los animales y el ambiente puede causar. Hacer intervención en el ambiente con respeto nos permite guardar el equilibrio del planeta y, por ende, mantenerlo saludable.
Si bien este proyecto, analiza un espacio pequeño, la PUCE quiere conocer a través de estas investigaciones el impacto que tiene su campus en esta zona. De igual forma, cuidar la salud de sus vecinos y trabajadores, de la flora y la fauna del lugar.
Es importante recordar que tanto el COVID-19 como el SIDA se convirtieron en pandemias y alertas mundiales, aunque iniciaron en un espacio pequeño del mundo.
“Nuestros trabajadores tienen contacto con este bosque y su fauna, podrían estar en riesgo de contacto con parásitos de estos animales que podrían perjudicar su salud”, finaliza la doctora Ocaña.
Así, la PUCE sigue su filosofía de cuidar la Casa Común, a través de cada una de sus acciones, como nos pide el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’.
«Este proyecto es importante para nosotros porque con los conocimientos que aquí nos brindan, podremos manejar mejor nuestro entorno«, cuenta doña Elva Pillajo, una de las trabajadoras del campus Nayón.
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