Cuando viajas por las costas de Ecuador seguro te encuentras en tu camino con unas llamativas palmeras con frutos grandes y esféricos que alberga en su interior a la nuez de tagua, una semilla endémica de la costas ecuatorianas. La tagua es utilizada para la elaboración de botones en la alta costura, construcción de techos, exfoliante natural, alimento humano, envases naturales y para la producción de artesanía.

La tagua, también llamada cade o marfil vegetal, es el nombre que se da a la palmera y a las semillas de la especie  Phytelephas aequatorialis. En Ecuador, la tagua se encuentra desde el nivel del mar hasta los 1.500 metros de altura en las estribaciones andinas occidentales.  La provincia de Manabí es el lugar de mayor producción y valoración económica de este recurso por las comunidades campesinas.

Sin embargo, la tagua es una palmera no cultivada,  de lento crecimiento que puede tardar entre ocho a 10 años en generar frutos y cuyas poblaciones originales han sido reducidas por la transformación de los bosques en cultivos.  

En este contexto, las nuevas demandas por la tagua podrían verse afectadas en un futuro por una escasa disponibilidad de la misma, amenazando la sobrevivencia de las poblaciones existentes de esta materia prima. Por lo cual es necesario el desarrollo de un modelo de conservación, manejo y producción sostenible del marfil vegetal.

Proyecto Hot Palm, manejo sostenible de la tagua

Con este antecedente, y debido al potencial innovativo y comercial de la tagua, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) desarrollan el Proyecto Hot Palm.

Este proyecto estudia las múltiples dimensiones del manejo sostenible de la tagua, incluyendo la comprensión de su polinización, genética, bioeconomía, bioquímica y la ethnoecología.

Debido a la deforestación y degradación de los bosques del litoral ecuatoriano y los sistemas de explotación no sostenibles de este recurso: “Las poblaciones de tagua han disminuido drásticamente durante el último siglo; lo que la convierte hoy en día en una especie amenazada. Sin embargo, es importante recordar que históricamente, el aprovechamiento y exportación de la tagua ha generado riqueza y empleo a los campesinos del Litoral ecuatoriano», afirma el doctor Rommel Montúfar, coordinador del proyecto en Ecuador y docente de la PUCE.

El objetivo de este proyecto es generar conocimiento científico que sirva para la construcción de una política pública que fomente la conservación y el manejo sostenible este recurso forestal y las dinámicas humanas que interactúan con el recurso tagua. Durante el primer año del proyecto HOT PALM,  se han iniciado los estudios de la polinización, bioquímica floral y ecología de insectos asociados a la tagua.

Comprender el funcionamiento de la polinización en la tagua constituye el primer paso para esbozar un manejo de las poblaciones naturales. Para este año, se implementarán los estudios ethnoecológicos, bioeconomía y sociales de esta semilla.

“Casi el 90% de las plantas con flores dependen de la polinización, lo que hace de este proceso un servicio ecosistémico vital para la humanidad”, se explica en la página web del proyecto.

La tagua y su potencial

Según Pro Ecuador, el Gobierno ha emprendido en los últimos años un proceso para potenciar la exportación de tagua como un modelo de biocomercio, actividad que genera ingresos al país por alrededor de 15 millones de dólares anuales.

La tagua ecuatoriana, considerada por el mercado como la de mejor calidad, llega a países como China, Hong Kong, Singapur, Turquía, Italia y España en forma de animelas (botón prefabricado) para la en la elaboración de botones de alta costura. Firmas como Dolce & Gabbana, Carolina Herrera, Dior, Gucci, Prada y Armani utilizan en sus prendas botones de tagua ecuatoriana.

Uno de los usos relativamente recientes de la tagua a nivel internacional es para la industria cosmética, que en forma de polvo se lo utiliza como exfoliante.

Finalmente, en el mercado nacional, pero particularmente en Manabí, se la utiliza para la elaboración de artesanías y bisutería; sus hojas como materia prima para techos de casas; sus frutos como ingrediente en la gastronomía local, así como, una fuente de aceite vegetal de alta calidad. Adicionalmente, la tagua genera  múltiples servicios ecosistémicos como en la polinización de cultivos, retención de humedad, en identidad cultural de los pueblo del litoral, entre otros.

Otros datos

El Proyecto Hot Palm es una actividad investigativa desarrollada dentro del contexto del Laboratorio Mixto Internacional Bio Inca, plataforma de investigación internacional e interdisciplinar  que reúne a más de 50 especialistas en biología, ecología, genética, ciencias sociales, bioeconomía, bioinformática, ethnobiología, ciencias de la sostenibilidad, y agricultura provenientes de Ecuador (PUCE), Colombia (Universidad de los Andes) y Francia (IRD).

El proyecto Hot Palm  trabaja directamente con los actores locales del manejo de la tagua, comunidades rurales dedicadas a la cosecha de tagua, empresa privada, ONGs y la academia.

La PUCE lidera el desarrollo de las ciencias biológicas en el Ecuador. Enfoca sus esfuerzos en conocer la biodiversidad, pero también analiza aspectos evolutivos, moleculares y de uso de nuestros recursos biológicos.

Fotos: Cortesía Rommel Montúfar

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