La arquitecta Johana Mendoza, de 28 años, nació en Quito y lleva el diseño en las venas. Desde muy joven soñaba con cambiar la vida de las personas a través de la arquitectura. Hoy, ese sueño se materializa al formar parte de Olson Kundig, una de las firmas más prestigiosas de arquitectura a nivel mundial. La historia de esta graduada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) combina creatividad, persistencia y pasión. 

“Cuando me propongo algo, busco todas las maneras de conseguirlo”, dice Johana convencida. Graduada en la carrera de Arquitectura de la PUCE, encontró en el diseño una forma de responder a necesidades sociales del habitar, desde la forma y la funcionalidad. En su tesis de grado trabajó sobre un modelo de vivienda social integradora, accesible, replicable y, lo más importante, flexible. 

“Buscaba que se adapte a las cambiantes necesidades de habitar de la actualidad”, recuerda. Esa inquietud por la arquitectura dinámica y flexible se convirtió en el hilo conductor de su carrera. 

De las aulas de la PUCE al mundo 

Johanna Mendoza lleva su ingenio a Olson Kundig

Su paso por las aulas de la PUCE fue un constante descubrimiento. Desde los primeros días de clases le fascinó la libertad creativa que ofrecía la arquitectura. “Era un campo súper abierto, que te permite explorar tu creatividad al máximo”, cuenta. Docentes como Raúl Yépez Collantes, Carlos Baraja y Handel Guayasamín marcaron su formación y la impulsaron a pensar más allá de los planos y las maquetas. 

“Yepo, como le decíamos a Raúl Yépez, me abrió la mente. Su manera de enseñar me mostró que esta profesión tiene un abanico infinito de posibilidades para la creación”. 

Pero no todo fue fácil. La carrera de arquitectura puede ser compleja: noches sin dormir, entregas infinitas y las dudas vocacionales. “Hubo muchas veces que decía: ‘¿De verdad esto es para mí?’”, confiesa Johana. Sin embargo, su familia estuvo ahí, firme. “Mi familia siempre me apoyó. Se amanecían conmigo. Inclusive me acompañaban a ir al corte láser. Ese apoyo fue fundamental”. 

Instagram, una vitrina para Johana

Graduarse en plena pandemia no fue sencillo. En junio de 2020, el mundo laboral se había congelado. Sin embargo, Johana no se detuvo. Comenzó a publicar su trabajo en Instagram, usando herramientas como Photoshop, Procreate e Illustrator para destacar su habilidad en representación gráfica. 

“Instagram se transformó en mi portafolio. No era mi plan inicial, pero pasó. Y me abrió puertas que nunca imaginé”. 

Clientes nacionales e internacionales comenzaron a notar su talento. Colaboró con proyectos en Estados Unidos y en Medio Oriente. Pero su gran salto se dio cuando uno de sus mentores la animó a postular en Olson Kundig. Investigó sus proyectos y se enamoró de su enfoque en la arquitectura flexible. 

“Postulé en agosto de 2021, súper nerviosa. Era la primera vez que aplicaba a una firma internacional. Pero sabía que mis proyectos se alineaban con su visión. Cuando me llegó el correo de aceptación, solo lloré. No podía creerlo”, cuenta Johana. 

Olson Kundig, creatividad y experiencia 

El estudio Olson Kundig es una firma con sede en Seattle, Estados Unidos.  Es reconocido por su estilo y diseño entrelazar arquitectura, paisaje y cultura en proyectos que van desde viviendas privadas hasta museos.  

Olson Kundig crea experiencias sobre el concepto de habitar en la contemporaneidad. Uno de los aspectos que más le interesó a Johana es la perspectiva de la firma al desafiar los límites tradicionales entre interior y exterior en sus proyectos. Lo hace con mecanismos móviles expuestos, como juego de poleas y engranajes,  que aportan ingenio, funcionalidad y estética.  

Diseñar el futuro, de la mano del presente 

El programa de pasantías de Olson Kundig fue intenso. En seis meses, participó en proyectos residenciales, comerciales y de hospitalidad. Desde modelado 2D y 3D hasta presentaciones conceptuales, Johana fue una más en el equipo. “Aquí importa tu opinión, sin importar si eres pasante o senior. Te involucran en todo”, señala. 

Se mudó cerca del trabajo, vivió sola por primera vez y aprendió a gestionar su vida en otro país. “Fue como reiniciar mi vida. Me ayudó a crecer muchísimo”. 

Terminada la pasantía, vino otra sorpresa: fue contratada de forma permanente. Hoy forma parte del equipo que desarrolla proyectos desde la conceptualización. 

Johana Mendoza: Ecuador siempre en la mira 

Aunque hoy vive fuera, su corazón aún recuerda a Ecuador. “Mi sueño es volver. Todo lo que estoy aprendiendo quiero llevarlo a nuestro país. Tenemos un potencial increíble, sistemas constructivos únicos, materiales que son una joya”, afirma. 

Para Johana, la arquitectura no es solo una disciplina técnica. Es un lenguaje de cambio, una forma de mejorar vidas y de diseñar futuros posibles. Su historia inspira porque no se trata solo de talento, sino de carácter, curiosidad y convicción. “Esta profesión es infinita. Te abre la mente y te obliga a ver lo que otros no ven. Eso es lo que más me apasiona”. 

Desde los pasillos de la PUCE hasta los proyectos que ahora desarrolla, Johana deja su huella en el mundo de la arquitectura. Con una visión fresca y social persigue sus sueños y trabaja por construir un futuro mejor para todos. 

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