Seguramente has presenciado o participado en un cumpleaños donde el homenajeado es la mascota de la familia. Tal vez has visto a personas paseando perros en cochecitos o incluso a animales vestidos con trajes adorables, sin importar las condiciones climáticas. En los últimos años los perros y gatos han pasado de estar en las familias a ser una parte muy importante de ellas. Tanto, que muchas veces los dueños pierden la perspectiva y traspasan la sutil línea que separa a la mascota de ser un animal a una persona. Pero, ¿cuáles son las implicaciones de esta humanización de las mascotas?
La humanización consiste en tratar a los animales como si fueran humanos, asignándoles emociones y comportamientos similares a los humanos, mientras se les niega expresar sus conductas naturales.
Un animal humanizado
Para entender mejor esta dinámica, conversamos con la doctora Luz María Granados, coordinadora de la carrera de Veterinaria de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
Según la doctora Granados, las mascotas, muestran una notable disposición para mantener un fuerte vínculo con sus tutores, sobre todo los perros. Su capacidad para interpretar gestos humanos y su constante búsqueda por satisfacer a sus cuidadores contribuyen a fortalecer esta conexión. Sin embargo, cuando los humanos sobreinterpretan esta voluntad de apego, pueden tender a atribuir características humanas a sus animales, lo que puede tener consecuencias negativas.
“Ciertos perros están restringidos de ensuciarse, rodar en la hierba, jugar con otros perros, o incluso pisar el césped. Los perros, como animales sociales, necesitan interactuar con otros de su especie y expresar conductas propias de su naturaleza. La humanización puede llevar a la frustración, ansiedad y estrés en el animal al no poder satisfacer estas necesidades fundamentales. Esto puede manifestarse en comportamientos no deseados como ladridos excesivos, agresividad o comportamientos destructivos”, agregó la veterinaria.
El uso de ropa y perfumes para mascotas también puede tener implicaciones negativas. Aunque algunos accesorios pueden ser útiles en ciertas circunstancias, es fundamental considerar la comodidad y la salud del animal.
Las consecuencias
Pero, los peligros de humanizar a las mascotas van más allá de los problemas de comportamiento. Existen otras consecuencias como:
- Problemas de salud: Al restringir sus comportamientos naturales, como la actividad, las mascotas pueden experimentar problemas de salud como obesidad, problemas musculares o articulares, y disminución de la calidad de vida en general.
- Dificultades de socialización: al tratar a las mascotas como si fueran humanos, podemos limitar su capacidad para interactuar adecuadamente con otros animales. Esto puede dificultar su socialización y adaptación a diferentes entornos.
- Dificultades en la relación humano-mascota: Al esperar que las mascotas se comporten como humanos, podemos establecer expectativas poco realistas y generar frustración tanto para los dueños como para los animales.
Cómo evitar caer en esta práctica
Para la veterinaria, Luz María Granados encontrar el equilibrio es la clave. Los animales de compañía sí necesitan de cuidado, afecto y atención. El compartir y disfrutar de la compañía de la mascota es positivo siempre que se tenga en cuenta que somos dos especies diferentes.
No permitirles socializar con otros de su especia, pensar que precisan sesiones de SPA o colocarles ropas y zapatos, pasearlos en carritos o compartir menú son conductas que recortan su libertad.
Ella recomienda ofrecer a las mascotas actividades y juguetes que satisfagan sus necesidades naturales de juego, ejercicio y exploración. Así como proporcionar una dieta equilibrada, cuidado veterinario y atención emocional para mantener su salud y bienestar en general. También, afirma que es necesario aprender y comprender la naturaleza animal.
Deja tu huella en la PUCE
Desde el ámbito académico, la formación de veterinarios desempeña un papel fundamental en la promoción del bienestar animal y la educación de la sociedad. En la carrera de Medicina Veterinaria de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), los estudiantes aprenderán la importancia del comportamiento animal y serán capaces de interpretar las señales que indican el estado emocional y físico de sus pacientes.
Este enfoque integral en la formación de futuros veterinarios asegura que estén preparados para abordar las complejidades de cuidar y tratar a los animales, ayudando así a mitigar los riesgos de la humanización excesiva de las mascotas. Fórmate en esta carrera que prioriza el bienestar animal y la relación armoniosa entre humanos y animales. El periodo de inscripciones para septiembre 2024 está abierto.
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