De niño, Martín Mora tenía la agenda ocupada. Clubes de natación, tenis, andinismo, ajedrez, pintura, origami, robótica y música estaban en su lista de actividades. El joven de 22 años cursa el cuarto semestre en la Facultad de Medicina de la PUCE y no es la única carrera que sigue.

Desde el preescolar, una maestra recomendó que le realizaran evaluaciones psicoeducativas para conocer por qué se aburría tan rápido en las clases. Martín tiene superdotación intelectual profunda, según la Escala de Inteligencia Wechsler para Adultos (WAIS).

Esa es una prueba estandarizada, que mide cociente intelectual, comprensión verbal, razonamiento perceptivo, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento, entre otros ítems.

Las altas capacidades o superdotación requieren ser identificadas, ya que también son una necesidad educativa especial, según especialistas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos señalan que entre el 2 y 5% de estudiantes en cada aula puede tener una necesidad educativa.

Martín cursa Medicina en la PUCE, pero además sigue Psicología, Leyes y Relaciones Internacionales, en otras tres universidades. Estudia alemán y habla ocho idiomas más.  Toca violín y algo de guitarra, entre otros instrumentos.

Martín Mora sueña con trabajar en la OMS algún día. Agradece a sus docentes de Medicina de la PUCE.
Martín Mora sueña con trabajar en la OMS algún día. Agradece a sus docentes de Medicina de la PUCE.

El apoyo de la Dirección de Bienestar Estudiantil

La PUCE asumió como un reto las necesidades específicas de apoyo que requiere Martín, explicó la magíster Gabriela Cornejo, directora de Bienestar Estudiantil (DBE). Esto como parte del acompañamiento integral, con enfoque inclusivo, que ofrece la universidad.

La Directora de Bienestar Estudiantil contó que gracias al trabajo coordinado entre las facultades y el área de apoyo psicoeducativo se ejecutan adaptaciones curriculares para este y otros alumnos. Todos los casos se analizan de forma particular; se revisan los informes de evaluaciones psicoeducativas, psicológicas y, en ocasiones, incluso neurológicas para poder realizar las adaptaciones basados en un análisis profesional.

Continuamente uno de los profesionales de la DBE se reúne con el estudiante para conocer como se encuentra el estudiante. En conjunto analizan las destrezas, actitudes, debilidades y necesidades, como parte del seguimiento. Eso a Martín Mora le parece una buena estrategia, por lo que agradece a la PUCE.

Antes de cada semestre, la Dirección de Bienestar Estudiantil ofrece una capacitación a los docentes que tendrán en su clase a los alumnos con necesidades específicas de apoyo. Martín dice que ha encontrado mucho respaldo; no recibe menos ni más materia que sus compañeros, pero los profesores buscan ofrecerle retos de aprendizaje.

Fiorella Bosso, estudiante de la Facultad de Jurisprudencia, es amiga de Martín, desde que eran compañeros en el Colegio Atenas, de Ambato.

“Como broma, cuando nos vemos le digo superdotado”, cuenta Fiorella entre risas. También que Martín nunca les contó que tenía altas capacidades, aunque en la época colegial se enteraron de que era “súper pilas, por eso se graduó antes que nosotros”.

Martín Mora con su amiga Fiorella Bosso.
Martín Mora con su amiga Fiorella Bosso.

Fiorella está contenta porque Martín, en la PUCE, sigue una carrera que implica servir a la gente. En una red social no oficial, en la que interactúan estudiantes, alguien empezó a hablar sobre él, en principio criticándole por no haber dado un examen.

Él aclaró, en esta entrevista, que incluso rindió la prueba dos semanas antes que el resto de sus compañeros. Bienestar Estudiantil confirmó que al ser Medicina una carrera, en la que se pone en juego la vida de las personas, se consideró importante que no se salte la parte práctica. Los docentes únicamente hacen ajustes a la metodología.

En la red social, el estudiante se mostró amigable e incluso bromista. Un chico compartió una nota de prensa sobre las altas capacidades de Martín. Y al final, se habló de #MoraLovers. Su amiga cree que lo manejó con inteligencia emocional.

En su tiempo libre, Martín prepara pasteles de vanguardia, con toques de cocina molecular, como parte de su emprendimiento denominado Punto Caramelo. Además festeja los cumpleaños en el Orfanato de Ambato y en el Hogar de la Divina Misericordia para enfermos de cáncer.

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