Durante la etapa universitaria, es común enfrentarse a varios desafíos y uno de los más frecuentes es la falta de dinero. Seguro alguna vez te has visto obligado a elegir entre comprarte una empanada o pagar el pasaje en Metro para volver a casa. Esa sensación de tener que decidir entre una cosa u otra se vuelve parte del día a día. Pero, ¿te has preguntado si podrías dejar de conformarte con una sola opción? La buena noticia es que sí es posible. Solo necesitas constancia, responsabilidad y sobre todo, una buena educación financiera.

La educación financiera en la universidad es importante para que los jóvenes aprendan a manejar su dinero de forma responsable y planificada. Como estudiantes rara vez recibimos educación sobre nuestras finanzas personales. Lo más común que escuchamos es: “ahorra”“no te endeudes” o “cuida tu dinero”. Si bien esos consejos son un buen punto de partida, no contar con estrategias concretas nos puede dejar estancados y ¡eso no queremos!

La Mtr. Karen Yandún, docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y especialista en finanzas, destaca varios pilares para organizar nuestras finanzas personales. Todo se resume en:

  • presupuesto,
  • ahorro,
  • deuda y planificación

Entenderlos es la base para equilibrar nuestra vida académica con nuestras responsabilidades financieras.

El primer paso para mejorar nuestras finanzas es saber cómo se mueve nuestro dinero. El presupuesto nos ayuda a planificar nuestros ingresos y gastos.

educación financiera
Foto: clase de Educación Financiera. Carrera de Finanzas.
  • Suma todos tus ingresos, ya sea que tengas un trabajo o que el dinero provenga de tus padres
  • Clasifica tus gastos
  • Resta tus gastos de tus ingresos
  • Analiza tus resultados y toma decisiones

Ahorrar no significa guardar lo que sobra: Es por eso que en nuestras finanzas debemos implementar una planificación desde el inicio. Una técnica muy útil es la regla 50/30/20

  • 50% para necesidades básicas.
  • 30% para deseos o gustos personales.
  • 20% para ahorro o pago de deudas.

La docente asegura que debes separar tu ahorro apenas recibas tu ingreso. No esperar al final del mes.

Las deudas no son malas por sí solas para nuestras finanzas personales: lo importante es el propósito. Se considera deuda buena si te traerá beneficios a futuro, como una inversión educativa o productiva. Una deuda mala es aquella que no genera valor, como comprar cosas innecesarias a crédito. Diferenciarlas te permitirá tomar decisiones financieras más responsables antes de endeudarte.

Ser conscientes de nuestras finanzas no es solo cosa de adultos. Como universitarios, tomar el control de nuestro dinero puede marcar una gran diferencia en nuestro presente y en nuestro futuro. Empieza con pasos pequeños, infórmate y construye desde ahora una vida financiera saludable.

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