¿Quién dijo que la ciencia no puede hacernos reír, pensar y actuar al mismo tiempo? En un país donde los papers muchas veces mueren en revistas indexadas, bibliotecas y congresos, Comciencia decidió darles una segunda vida… ¡con memes, reels, infografías y mucho, mucho humor! Este proyecto de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), fue galardonado por la Prefectura de Pichincha con la condecoración al Mérito Gobierno Provincial en el grado El Quinde. Un reconocimiento a iniciativas que aportan a la conservación y la educación científica mediante estrategias comunitarias e innovadoras.
La iniciativa, coordinada por el biólogo, docente y divulgador Esteban Baus, recibió el reconocimiento por su trabajo en educación científica y comunicación comunitaria. Esto al promover la conservación ambiental y traducir investigaciones técnicas en contenidos accesibles, creativos y profundamente cautivadores.
“Comciencia es un puente entre la academia y la comunidad, nace de la inconformidad de ese círculo vicioso donde los científicos solo se comunican entre sí, en inglés, y nadie más entiende lo que hacemos”, dice Esteban. “Yo quería explorar nuevas formas de comunicar y difundir la ciencia. Es así como se crea Comciencia en 2018 como un proyecto apoyado por la Dirección de Investigación de la PUCE”.

El laboratorio creativo donde la ciencia se vuelve viral
Con un equipo joven, multidisciplinario y con carta blanca para experimentar nuevos formatos, Comciencia ha producido más de 500 contenidos al año, entre videos sketch, infografías, historias, entrevistas, podcast y videos explicativos.
Con un estilo fresco, riguroso y visualmente potente, Esteban menciona que Comciencia ha construido la comunidad digital, enfocada en divulgación científica universitaria, más grande del Ecuador. Sus contenidos circulan activamente en plataformas como TikTok, donde ya superan los 249 mil seguidores, así como en Instagram, con más de 51 mil personas conectadas. En YouTube ya cuentan con una audiencia fiel de 2.5 mil suscriptores. Esta presencia sólida en redes les ha permitido conectar con un público joven, curioso y comprometido, convirtiendo la ciencia en un contenido accesible, viral y necesario.
El trabajo tras el lente
En su espacio creativo —una mezcla entre laboratorio y guarida artística— conviven disfraces, fotografías que narran historias y cámaras que aguardan la próxima idea. Al centro, una gran mesa funciona como núcleo de inspiración, ahí el equipo se reúne a soltar ideas, debatir conceptos y construir guiones.
Aunque el ambiente respira libertad, el proceso es meticuloso. Todo parte de investigaciones científicas reales, publicadas en revistas indexadas, que son diseccionadas y transformadas en cápsulas narrativas diseñadas para atrapar, informar y emocionar al público general.
@comciencia.ec En un mundo sin agua… #cambioclimatico #calentamientoglobal #ambiente #agua #parati ♬ sonido original – Comciencia PUCE
“Primero analizamos el artículo académico y lo convertimos en un contenido que emocione, eduque y enganche”, cuenta Esteban. Las temáticas más populares son: cambio climático, biodiversidad, contaminación, salud pública, entre otras urgencias del presente. «Este año empezamos con nuevos productos, esta vez en YouTube, para alcanzar otras audiencias con nuestros podcast En Shorts y videos explicativos Contexto porfa» .
La PUCE apuesta a la innovación
El equipo de Comciencia no se detiene. El sueño de su fundador es convertirlo en un nuevo modelo educativo: un laboratorio universitario donde estudiantes y docentes de todas las carreras creen proyectos de divulgación científica, visual, sensorial y transdisciplinar. Porque hacer ciencia también es narrar, provocar, emocionar.
Comciencia ha demostrado que el conocimiento no tiene por qué quedarse atrapado en tecnicismos inalcanzables. Hoy, la ciencia se explica en un meme o se comparte en un carrusel de Instagram. Y cuando eso ocurre, nace algo poderoso, una comunidad que no solo entiende el mundo, sino que se atreve a transformarlo.
Ese es el verdadero mérito de Comciencia, recordarnos que la ciencia también se siente.
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