Foto: Roxana Molina.
Por 42 años, la Dra. Bertha García dio clases en la Facultad de Ciencias Humanas de la PUCE. El 30 de junio del 2021 se jubiló y en noviembre de ese mismo año fue nombrada profesora emérita. De este modo sigue ligada a la universidad y coordina el boletín semestral Democracia, Seguridad y Defensa.
El tiempo ha pasado, ella tiene 75 años. Y aún es una de las voces más fuertes en temas de seguridad y rol de los militares. Al consultarle su opinión sobre una de las mayores preocupaciones de los ecuatorianos: que a diario se conozcan de casos de asaltos y de sicariato, se pone seria.
“La gente quiere que este rato, máximo mañana, todo cambie. Pero ese problema (la violencia) se ha instalado en el país”.
“El estado y sus instituciones tenían la responsabilidad de ver eso (la seguridad del país). Con un estado que funcione debíamos contar con un sistema de seguridad como se señala en la Constitución”, contesta.
¿De quién es esa responsabilidad?
Además, añade que: “las instituciones que debían funcionar están desbaratadas, cada cual va por su lado. Las instituciones no están interactuando entre sí, ni siquiera funcionan el Consejo de Seguridad Nacional y el sistema de inteligencia”.
En su opinión, cada año, desde el estado, debería trazarse una agenda de seguridad, para revisar lo ocurrido en el último período, cuáles son los problemas más importantes en esa materia, cómo atacarlos. Así como a qué instituciones les corresponde responder, para actuar también de forma articulada.
¿Qué le preocupa del sistema ahora?
Por ejemplo, la docente emérita señala el caso del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI). ¿De dónde sale?, se pregunta. Y responde que había un trazado institucional del estado, por el que se adjudicaba esas responsabilidades al extinto Ministerio de Justicia.
En ese sentido, la especialista en temas de seguridad, Bertha García, considera que es urgente tomar en cuenta la institucionalidad, desarrollar el sistema de rehabilitación social y las responsabilidades de cada sector.
“Ahorita es tan grande el problema que la gente espera que detengan a los delincuentes. Pero cada día hay más y pregunta ¿dónde los ubicamos? Hace falta –anota- un censo carcelario porque ni siquiera se conoce quiénes han cumplido su pena.
Un reconocimiento internacional
La Dra. García ganó el Alfred Stepan Lifetime Achievement Award in Defense, Public Security, and Democracy 2022. Lo entrega la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA). Esta tiene 13.000 especialistas de todas las disciplinas de América Latina. Más del 60 % reside fuera de Estados Unidos.
“Me siento honrada, es gratificante haber ganado este premio, que es para todos mis compañeros y alumnos. Es un reconocimiento también para la PUCE, yo me hice en esta universidad, que me ha apoyado, en el campo de la investigación”, dijo.
Bertha García, docente emérita de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador
Alfred Stepan, relata, es un distinguidísimo cientista político norteamericano, profesor de Columbia University, que ha estudiado América Latina. Murió en 2016.
El premio, detalla la doctora García, se estableció en 2017. Se ha entregado a seis cientistas sociales, tres latinoamericanos y con la docente emérita, ya son dos mujeres las reconocidas. Bertha García sigue ligada a la PUCE como profesora emérita. Y eso le brinda la posibilidad de seguir investigando y escribiendo.
De hecho, se interesó en el tema de seguridad y de militares cuando hacía su doctorado en el Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México. Es la primera mujer graduada allá. En esa época tenía 30 años. El programa duró cuatro años. Al volver al país se tardó cinco en la investigación de mi tesis.
¿Por qué se concentró en temas de seguridad y militares?
La tesis fue sobre el rol político que asumieron los militares, ellos trabajaron en desarrollo agrario e industrial. En los setenta, durante la dictadura militar, con los recursos petroleros hubo presencia del estado y en los años de gobierno militar, se veía eso, anota.
“Regresé de México y ocurrió la guerra del Cenepa. El general Paco Moncayo dirigió estratégicamente toda la campaña. Escribí un artículo en el que decía que él había redefinido la famosa doctrina de la seguridad nacional, para orientarla a la subsanación de problemas de desarrollo y desigualdad social”.
Según la doctora, en el discurso militar se repetía que los problemas internos eran producto de la desigualdad social y que el estado debía preocuparse por eso. No era un discurso político –subraya- en contra de adversarios. Había pensadores, como el general José Gallardo, quien fue Ministro de Defensa.
“Yo recuerdo que entonces, los indígenas conmemoraron 500 años de resistencia y se organizó una estrategia, en lugar de perseguirlos. Ciertos destacamentos militares importantes como el de Chimborazo se volcaron a servir a comunidades”, cuenta.
Algunos militares hacían de profesores y era muy interesante –precisa- ver a oficiales que enseñaban en una escuela agrícola.
Diálogo Civil Militar
En la Facultad de Ciencias Humanas de la PUCE se empezó, en esa época, con el programa Diálogo Civil Militar, con el apoyo de la American University de Washington. Convocaron a un grupo de académicos, Iglesia, empresarios y militares. Tuvieron el apoyo de Paco Moncayo hubo generales y estudiantes de la Academia de Guerra.
Ese y otros recuerdos se mantienen en la cabeza de la doctora García, quien se mantiene activa a la cabeza de Democracia Seguridad y Defensa, boletín semestral. Daniel Cabrera Borja es el investigador que la apoya en ese trabajo. Próximamente espera presentar el libro El Estado en América Latina ante el asedio del delito organizado, del que es editora junto a Sonia Alda Mejías, del Real Instituto Elcano de España.