Ecuador y México presentaron sus alegatos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a inicios de mayo de 2024 a raíz de la solicitud de medidas cautelares solicitadas por México. Ahora, se inicia la fase de deliberación de los jueces. Este proceso, caracterizado por su rigurosidad y confidencialidad, implica una revisión exhaustiva de las pruebas presentadas, los argumentos legales y los precedentes relevantes.

El doctor David Cordero Heredia analiza  las implicaciones de este caso para el país. ¿Qué deparará el futuro para Ecuador después de la decisión de la comunidad internacional? El doctor Cordero es director de la Revista RFJ – PUCE y profesor de la Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

Primero, hay que comprender la secuencia de eventos que se desarrollaron entre Ecuador y México. Es decir, desde la discusión inicial sobre el asilo político a favor de Jorge Glass hasta el posterior ataque a la embajada mexicana.

Es esencial destacar que, el ataque a la embajada tiene implicaciones más profundas para la comunidad internacional. Mientras que la decisión de México de considerar el asilo para Glass era objeto de controversia entre dos estados, el respeto por la integridad de las embajadas es un interés compartido por todos los países. La condena internacional a esta intromisión fue

Ecuador anunció el cierre de sus consulados en Ciudad de México y Monterrey. A partir del 16 de mayo, los trámites de los ecuatorianos residentes en ese país se atenderán desde las oficinas de Guatemala, Houston y Phoenix.

México presentó su demanda ante la Corte Internacional de Justicia con altas probabilidades de éxito. Eso debido a la falta de justificación legal por parte de Ecuador. La condena de Ecuador por violar el derecho internacional no implica la liberación de Glass. Tampoco, el fin de las investigaciones en su contra. La comunidad internacional debe distinguir entre la discusión sobre el asilo y la intrusión injustificada y violenta en la embajada, que desafía el orden internacional establecido. Por eso, resulta fundamental reconocer que Ecuador enfrentará consecuencias por sus acciones.

En ese momento, tenemos dos juicios pendientes. Uno es el que Ecuador presentó contra México, relacionado con el asilo concedido a Jorge Glass. Para mí, esto ya está fuera de tiempo y lugar. Ecuador debió actuar así en el momento en que se otorgó el asilo. Ahora, esa demanda parece más política que jurídica.

La otra demanda es la presentada por México contra Ecuador. En ella, se solicitan medidas cautelares, reparación y la expulsión de Ecuador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este último punto parece poco probable.

Ecuador minimizó las preocupaciones mexicanas con el argumento de que el ataque a la embajada de México fue una situación excepcional y que los bienes y personal de la delegación están seguros. Sin embargo, luego de ver en la práctica el tipo de acciones que realiza el gobierno Ecuatoriano al margen de la ley, no parece que estas preocupaciones sean infundadas.

Así, el costo por la defensa ante la CIJ en La Haya para Ecuador podría ser de varios millones de dólares. Aunque la cifra exacta no ha sido revelada públicamente, se consideran aspectos como honorarios legales, gastos de representación y administrativos.

México envió a su personal de la Cancillería y la Procuraduría para su defensa ante La Haya. Mientras tanto, Ecuador contrató a abogados externos expertos en derecho internacional de grandes firmas especializadas en el tema. Estos abogados cobran tarifas muy elevadas. Por ahora, estamos a la espera que la Asamblea Nacional solicite esta información para su divulgación.

Sobre los costos de indemnización que Ecuador tendría que pagar a México si pierde el proceso, es difícil estimar una cifra exacta. Estos valores dependerían de la determinación de los daños reales. Sin embargo, Ecuador tendrá que asumir el costo del trámite de dos procesos, lo cual podría superar los 10 millones de dólares aproximadamente. Esto incluiría los honorarios legales y gastos asociados, como pasajes de avión, hospedaje y el tiempo invertido por los funcionarios involucrados en el proceso. Ecuador podría ser condenado a pagar los costos de litigio en los que incurra México.

Si Ecuador pierde, enfrentará el costo económico de los honorarios legales y una posible indemnización a México. Esta última por daños a la embajada y el daño moral a los funcionarios afectados. Además de una condena que perjudicará su reputación en la arena internacional.

Si México pierde, deberá asumir los costos determinados por la Corte y la posibilidad de disculparse públicamente ante Ecuador. Aunque el impacto negativo en su imagen sería menor en comparación con el de Ecuador.

La mejor solución para este conflicto, lo más responsable y beneficioso para Ecuador, sería resolver este conflicto diplomáticamente. Sobre todo, considerando el momento actual y los desafíos económicos y sociales que enfrenta nuestro país.

Esto significaría asumir la responsabilidad por violar el derecho internacional, pedir disculpas públicas a México y buscar una salida diplomática mediante el diálogo. Claro está, al ser este un año electoral en ambos países, se requeriría un altísimo nivel de responsabilidad, compromiso y madurez política el enfrentarse a una salida diplomática. El conflicto es algo que se puede capitalizar con facilidad en una campaña electoral. El litigio internacional es costoso y, en última instancia, los ciudadanos serán quienes paguen por ello con sus impuestos.

México solicitó una medida cautelar para proteger sus archivos y pertenencias. Esta respuesta, probablemente, no se demore tanto y podríamos esperarla en los próximos meses. No obstante, este es solo el primer paso del proceso. Aún no se determina si Ecuador es responsable o no por violar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

La decisión sobre la responsabilidad de Ecuador tomará, al menos, cinco años (un proceso promedio en la CIJ toma siete años, pero existen procesos que han durado dos décadas), al igual que el otro proceso.

Espero que los gobiernos de Ecuador y México busquen una salida que sea lo más beneficiosa para todos. Recordemos que México apoyaba nuestras intenciones de unirnos a bloques de integración regional como la Alianza del Pacífico. México es uno de los mercados más grandes y de más rápido crecimiento en el mundo. Además, es un referente económico, cultural y político en la región.

Es importante señalar, además, la importancia para miles de migrantes ecuatorianos que tratan de ingresar de forma irregular a los Estados Unidos y que quedan varados en México, la importancia de contar con la asistencia de una delegación diplomática de su país. Por lo tanto, sostener este conflicto en el tiempo definitivamente no beneficia a la sociedad ecuatoriana.

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