¿Qué tienen en común una fotografía de 1870, una película del Quito de 1922 y cartas presidenciales del siglo XIX? Todas son piezas de nuestra historia. Estos y muchos más pedacitos de memoria estuvieron expuestos durante la Segunda Feria de Archivos Históricos del Ecuador. El espacio estuvo organizado por el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y sus archivos presidenciales. Te contamos más detalles de este encuentro.
La Feria de Archivos Históricos fue un punto de encuentro entre generaciones, disciplinas y documentos de todo tipo. Luego de visitarla del 10 al 12 de junio de 2025, la consigna es clara: la historia no es cosa del pasado, sino una herramienta viva para comprender nuestro presente y transformarlo.
Durante tres días, 24 stands de archivos públicos y privados, así como así como empresas que dan servicio de gestión documental e información, mostraron una variedad sorprendente de materiales: desde papeles amarillentos con tinta manuscrita hasta imágenes digitales en alta resolución. “Nos reunimos para pensar en la importancia de estos espacios, saber qué albergan, y en que la ciudadanía sepa cómo acceder a ellos”. Así lo explicó, la historiadora Doménica Sotomayor de los archivos presidenciales del Centro Cultural de la PUCE.
Archivos accesibles, archivos para todos
La Segunda Feria de Archivos Históricos del Ecuador se realizó en el marco de la Semana de los Archivos, propuesta por el Consejo Internacional de Archivos. Este año el lema del evento internacional es «Archivos accesibles, archivos para todos».
«Esta frase nos invita a repensar los archivos no como espacios lejanos, silenciosos o restringidos, sino como lugares vivos, abiertos y diversos, donde cualquier persona pueda encontrar algo que le interpele, le conmueva o le despierte una nueva pregunta», señaló Ana Mendoza, administradora de los archivos presidenciales de la PUCE, en el evento de inauguración.
A la presentación de la feria asistieron varias autoridades como el Sr. Jorge Cisneros, secretario de Cultura del Municipio de Quito, el Sr. Paúl Narváez, director del Sistema de Museos y Centros Culturales de Quito, el Dr. Patricio Espinosa del Pozo, rector de la Universidad Central del Ecuador, embajadores de Cancillería y autoridades de la Policía. Además, Ana María aprovechó para agradecer al equipo de trabajo del Centro Cultural conformado por 15 profesionales y un pasante.
Historia en todos los formatos
La memoria no está solo en los libros, también está en imágenes, en sonidos y en otros objetos cotidianos. Por eso participaron no solo archivos tradicionales, sino también museos como el del Carmen Alto, con su colección sonora. Además, la Casa Museo Trude Sojka, que compartió una muestra culinaria como parte de su fondo patrimonial. Cada exhibición fue una invitación a ver la historia con otros ojos y reflexionar sobre nuestra identidad.
Una de las exposiciones más llamativas fue el de la Cinemateca Nacional, que proyectó material fílmico del siglo pasado. “Es una locura ver cosas que todavía reconocemos en el presente. Por otro lado, sin estos archivos, ni siquiera nos imaginaríamos que existieron”, comentó Fernando Yanchapaxi, encargado del stand.
Ver, leer y sentir
Josué, alumno de la Facultad de Derecho y Sociedad, visitó la muestra. Aunque, recién empezaba el recorrido, compartió sus reflexiones sobre la historia. “Es interesante. Por ejemplo, nos comentaron algo del presidente Juan José Flores y de la importancia de buscar fuentes. No solo basarnos en un historiador, sino en dos o tres para corroborar la verdad”.


La feria también buscó romper con la idea de que los archivos son solo para investigadores. Talleres, conversatorios y proyecciones se abrieron al público, y la asistencia fue diversa. Ana María señaló que diversificar los públicos y actividades fue uno de los objetivos principales de la feria.
¿Por qué son importantes los archivos?

La respuesta está en entender que la historia no es estática, y que siempre hay nuevas formas de leerla. “Los momentos históricos pueden releerse de diferentes maneras, desde el género, desde las clases subalternas, etc. Hay mucho que hacer todavía”, explicó Doménica. La historia tradicional ha invisibilizado el rol de varios sectores sociales como mujeres, pueblos indígenas y población afroecuatoriana. Hacerlos evidentes contribuye a construir una identidad más justa y completa.
Cinthya Chica, del Archivo Fotográfico del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, insistió también en la importancia de lo visual. “Contamos con muchísimas placas de vidrio. Este soporte también es memoria histórica, porque no solo el papel habla”.
Una herramienta de esperanza
“La historia tiene el poder de decir ‘esto ya nos pasó’. ¿Cómo salimos de eso y qué hacemos para que no se repita?”, planteó Doménica. Agregó que, en un país y un mundo en crisis, regresar a las raíces puede ser un acto de resistencia, de reflexión y de esperanza.
La Segunda Feria de Archivos Históricos fue una conversación abierta con el pasado. Ese diálogo mientras más voces incluya, más fuerza tendrá para ayudarnos a construir un mejor futuro. Nos vemos en dos años, en la próxima edición.

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