Entre zumbidos, abejas nativas solitarias vuelan hacia el nuevo hotel diseñado especialmente para ellas. Estas estructuras les ofrece un lugar ideal para refugiarse, reproducirse y, de paso, polinizar las flores de los alrededores. El hotel es parte de un proyecto liderado por el Jardín Botánico Padre Julio Marrero de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) Sede Santo Domingo. A continuación, te contamos cómo funciona.
Conservación de las especies nativas
El hotel para abejas nativas solitarias es parte de un amplio plan denominado Nuestra Casa Común. Busca posicionar a la universidad como un referente en sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Esta iniciativa incluye varios elementos, como el manejo de residuos y la recuperación de una quebrada que atraviesa el campus.
“Coordinamos estas acciones y proyectos en el Jardín Botánico Padre Julio Marrero. Allí, trabajamos desde la lógica de la encíclica papal Laudato Si´en la investigación y conservación de plantas, hongos, mamíferos, aves e insectos.. A partir del inventario de insectos del jardín, hemos identificado algunas abejas nativas. Esto nos llevó a crear un plan de conservación de abejas nativas solitarias e instalar dos hoteles en los jardines del campus y varios hoteles para insectos en el Jardín Botánico”. Comentó así Santiago Bravo, director científico del jardín botánico.
Un refugio seguro
El hotel alberga diferentes especies de abejas nativas solitarias. Un ejemplo son las abejas del género Euglossa, con sus característicos colores metálicos y son polinizadoras específicas delas orquídeas.
“Aproximadamente, el 95% de las especies de abejas son solitarias. Estas abejas no producen miel ni viven en colmenas, pero desempeñan un papel crucial en la polinización de muchas plantas. Sin embargo, muchas de estas abejas nativas solitarias están en peligro por la pérdida de hábitat, el uso de pesticidas y las enfermedades. Por lo tanto, proporcionarles un lugar seguro para anidar ayuda a conservar estas especies”, explicó Bravo.
¿De qué está hecho?
El hotel para abejas tiene una estructura de metal reciclado de basureros antiguos. Además, cuenta con soportes de madera, pequeñas cañas, troncos y otros materiales, que las abejas utilizan para hacer sus nidos.
“En esta estructura, las abejas hembra recolectan polen y lo almacenan en pequeñas bolas. En cada orificio del hotel, construyen un tabique, en donde se encuentra una bola de polen y junto a ella depositan un huevo. De cada huevo, emerge una larva que se alimentará del polen”, agregó el director.
Educación y conciencia ambiental
El proyecto no solo busca conservar las abejas nativas solitarias, sino también educar a la comunidad universitaria sobre la importancia de estos polinizadores. El director del Jardín Botánico subraya que los estudiantes pueden aprender sobre la biodiversidad y el valor de conservar todas las formas de vida. Esto incluye desde las más pequeñas, como las abejas, hasta las más grandes, como los árboles en peligro de extinción.
“La siguiente fase de este proyecto será plantar especies nativas y en peligro de extinción, como por ejemplo magnolias tropicales. Queremos que el campus sea estéticamente agradable y también educativo, mostrando la biodiversidad local”.
Con proyectos como estos, la PUCE Sede Santo Domingo está marcando la diferencia siguiendo los principios de la encíclica papal Laudato Si´ para un futuro más sostenible.
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