La crisis climática, económica y social que vive el mundo nos obliga como sociedad a que tomemos cartas en el asunto. En este sentido, uno de los desafíos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), hasta el 2025, es convertirse en una universidad Laudato Si’ a través de un eje de acción denominado: PUCE Sostenible.
“Como universidad, como centro educativo, como docentes y estudiantes, la vida nos desafía a responder a estas dos preguntas: ¿Para qué nos necesita esta Tierra? ¿Dónde está tu hermano?”. Así explicó el doctor Fernando Ponce, S.J., rector de la PUCE, la razón de este reto como universidad, en la posesión de los nuevos decanos.
¿Qué significa ser una universidad Laudato Si’?
En mayo de 2015, el Papa Francisco presentó su segunda encíclica llamada Laudato Si’. En esta carta, el Papa hace un llamado al mundo a cuidar el entorno natural, ver por el bien común. Además, cuidar la relación entre Dios, los seres humanos y la Tierra.
Fiel a su misión, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de las encíclicas Laudato Si’ y Frattelli Tutti, la PUCE se propone ser una universidad sostenible. Esto quiere decir gestionar el conocimiento para la transformación de la sociedad desde el enfoque de la ecología integral.
Esto implica que los miembros de la comunidad universitaria debemos ser agentes de cambio hacia una sociedad más equitativa, más responsable y solidaria con el ‘otro’ (ser humano, planta o animal). Así como, tener una práctica de acciones sostenibles como el ahorro del uso de luz, agua, manejo de los desechos, consumo de plásticos y combustibles fósiles.
“Ser una universidad Laudato Si’ es un reto. Significa un cambio en la cultura de quienes hacemos esta institución. Las acciones diarias cuentan y suman». Así explica la doctora Patricia Carrera, vicerrectora de la PUCE y coordinadora del proyecto PUCE Sostenible.
¿Cómo llegaremos a ser una universidad Lautado Si’?
Para cumplir con este desafío es necesario dar respuesta a los siete objetivos del Laudato Si’:
- Responder al clamor de la Tierra.
- Responder al clamor de los pobres.
- Promover la economía ecológica.
- Adoptar estilos de vida sostenibles.
- Ofrecer una educación ecológica.
- Motivar la espiritualidad ecológica
- Practicar la resilencia y empoderamiento de la comunidad.
Para esto, la PUCE identifica cuatro componentes: la educación ambiental, la investigación, las políticas internas y la infraestructura, el mantenimiento y extensión de los espacios verdes.
La PUCE y su camino hacia la sostenibilidad
Para impulsar la propuesta, PUCE Laudato Si’ se han planteados dos objetivos:
- Impulsar mediante la carbono neutralidad, una cultura sostenible en la comunidad universitaria PUCE como agente de cambio institucional y estudiantil.
- Diseñar un enfoque académico pertinente y contextualizado desde la perspectiva de la ecología integral.
Para dar cumplimento a estos dos objetivos, la PUCE realizó un estudio de su huella de carbono. Según el mismo, la universidad genera 6.000 toneladas de CO2 al año. Nuestro desafío es reducir las emisiones de carbono a través de acciones de mitigación, compensación, adaptación y reducción.
Además, se espera, en los próximos meses, incorporar la materia de ecología integral en la malla curricular de la universidad.
«La ecología integral debe ser transversal en todas las carreras para lograr que los graduados de la PUCE tengan presente en su práctica profesional la ética ambiental y ciudadana. Pero sobre todo, las buenas prácticas tanto sociales como ambientales, en todo amar y servir como dijo San Ignacio», agregó la vicerrectora.
Otros proyectos para reducir la huella de carbono
Para compensar la huella de carbono, la PUCE se ha propuesto sembrar un millón de árboles nativos a nivel nacional hasta el 2024. En el proyecto 1 millón de árboles participan todas las sedes participan y se mantienen convenios con instituciones seccionales y empresas privadas.
Además, la universidad pondrá paneles solares en la biblioteca la que gozará de energía limpia. Así como, reemplazar las luminarias de algunos de sus edificios por nuevas tecnologías para ahorrar energía.
Así también, se promueven acciones pequeñas como no utilizar plástico de un solo uso, el compartir el auto con miembros de la comunidad, caminar o utilizar otros medios más amigables con el ambiente como la bicicleta o el scutter.
Finalmente, durante el 2023 se efectuarán campañas para la clasificación de residuos, disminución de consumo de recursos como agua, luz y papel.
Con todo esto, se espera sensibilizar a la comunidad universitaria y conseguir resultados que reduzcan y mitiguen la huella de carbono.
“La comunidad universitaria está llamada a empoderarse del bienestar ambiental y social local y global. Solo así podemos hacer que el cambio tenga un significado. Nuestro camino hacia la sostenibilidad debe ser constante y permanente. Para eso debemos ser resilientes, si algo no funciona debemos continuar”, finalizó la vicerrectora.
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