¿Será un déjà vu? La época de sequía se acerca en Ecuador y una de las preocupaciones más complejas es la posibilidad de nuevos cortes de luz. En 2024, la suspensión de este servicio se prolongó hasta por 14 horas diarias y produjo alrededor de USD 2.00 millones en pérdidas económicas. Esto según reportó el Banco Central del Ecuador. Tras un año, ¿las medidas del Gobierno para una transición energética serán suficientes para evitar los apagones? 

Conversamos con el Ph.D. Joseph Sánchez, docente investigador de la Facultad de Hábitat, Infraestructura y Creatividad de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Para él, los apagones en lo que resta del 2025 serán muy probables. El Gobierno, por su parte, está tomando medidas para evitarlos. 

Sequías más intensas

El calentamiento global es una realidad tangible. Cada vez las temperaturas serán más altas, solo en lo que va del 2025 ya superan en un 1°C más que en años anteriores, según la ONU.  

Joseph comenta que en estas condiciones los veranos serán más calurosos y los inviernos más fríos. El Ecuador depende en el 80% de energía hidráulica eso hace que los cambios climáticos y fenómenos naturales con El Niño, nos hagan más vulnerables.  

Si nuestras hidroeléctricas no logran cubrir la demanda durante el próximo estiaje, el Estado tendrá que recurrir a la compra de energía eléctrica a países vecinos como Colombia. Frente a esta realidad, la gestión pública debe ser transparente 

Además, si continuamos dependiendo de la importación de electricidad, es probable que los costos para el consumidor aumenten. En ese caso será necesario explicar con claridad a la ciudadanía el porqué del ajuste. La gente entenderá que se trata de una medida para garantizar el abastecimiento. 

Por otro lado, es importante considerar que el mantenimiento de los proyectos energéticos demanda un alto costo que tiene que ser planificado e incluido en los presupuestos.

 

Transición energética 

El país no puede depender únicamente de la energía hidráulica. La transición energética no solo debe ser viable sino amigable con el medioambiente. En mayo de 2025, el Ministerio de Energía declaró como prioridad nacional el aumento de la producción de gas natural local y activó medidas urgentes para su importación, con el fin de garantizar el suministro eléctrico. 

El Campo Amistad (Bloque 6) será clave en esta estrategia. Por ello, el Ministerio ordenó a Petroecuador que ejecute acciones inmediatas para incrementar su producción y abastecer a la central termoeléctrica Termogas Machala

Además, se dispuso que Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) y Petroecuador coordinen esfuerzos para asegurar el suministro de gas, lo que incluye:  

  •  Posibles compras internacionales,  
  • construcción de infraestructura para transporte y almacenamiento y 
  • adecuaciones en la planta termoeléctrica para recibir el combustible. 

¿Por qué el gas natural es una opción? 

“Para transitar hacia otras fuentes, el país debió haber iniciado con anticipación procesos de prueba y pilotaje de nuevas tecnologías, especialmente al inicio de la temporada invernal”, comenta el experto. 

Sin embargo, implementar nuevas fuentes de energía no es sencillo. Requiere planificación técnica, infraestructura y sobre todo control. Al probar un nuevo tipo de energía, es fundamental conocer con precisión la carga efectiva que se inyecta al sistema eléctrico nacional. 

En este sentido, El gas natural ha demostrado ser una alternativa más limpia dentro del grupo de los combustibles fósiles. Diversos estudios científicos confirman que emite significativamente menos dióxido de carbono (CO₂) en comparación con otros derivados del petróleo, como la gasolina o el diésel. 

“Aunque no es una fuente de energía completamente limpia ni renovable, su uso representa un colchón para la transición energética que puede contribuir a reducir la huella de carbono del sector eléctrico”, explica Joseph. 

¿Es una solución la energía nuclear? 

Por otro lado, durante el discurso de posesión del presidente Daniel Noboa, se presentó el plan para la construcción de una planta nuclear. El mandatario recalcó que esta permitiría cubrir las necesidades energéticas del país. Además, es una energía limpia y moderna, una solución a largo plazo.  

No obstante, Joseph anota algunas desventajas que podría tener la implementación en el Ecuador. Ni Europa ni América del Norte han adoptado como principal a este tipo de energía. La razón: la inestabilidad de esta tecnología y la gestión de deshechos reactivos, que son altamente tóxicos para los humanos y el ecosistema. 

Ecuador debe aprovechar la energía del sol

Ecuador tiene una ventaja geográfica única. Al estar ubicado en la línea ecuatorial, recibe una radiación solar constante durante todo el año. A diferencia de otros países donde las estaciones afectan significativamente la cantidad de luz solar, aquí la inclinación del sol varía muy poco, lo que convierte a nuestro territorio en un lugar privilegiado para el desarrollo de energía fotovoltaica. 

De hecho, Joseph comenta que en una investigación publicada junto al experto José Luis Piñeiros, demostramos que, contra todo pronóstico, los paneles solares funcionan con mayor eficiencia en invierno que en verano. Esto debido a que la lluvia y el viento limpian de forma natural las superficies de los paneles, permitiendo un mayor aprovechamiento de la radiación.  

El reto es la eficiencia de los paneles fotovoltaicos aún es limitada. Actualmente solo se aprovecha aproximadamente el 20% de la energía solar que incide sobre ellos, el resto se pierde en forma de calor. Sin embargo, la buena noticia es que la ciencia y la tecnología están avanzando rápidamente para mejorar ese rendimiento. 

Muchos hogares ya han implementado paneles para solventar sus necesidades energéticas ante posibles cortes de luz. Sin embargo, el uso debe escalarse a nivel macro si se busca que represente una alternativa energética. 

Celec ha identificado un portafolio de siete proyectos de gran potencia fotovoltaica. Este ha sido presentado como Mapa Solar, no obstante, aún está en sus primeras etapas. 

Entonces, ¿qué debemos hacer? 

Hoy, nuevamente estamos cerca del estiaje, y aunque el Gobierno ha mostrado voluntad en buscar alternativas, los resultados concretos aún no se ven. No hay pilotos en marcha, no se han generado aprendizajes reales, y el tiempo para actuar se acorta.  

La discusión energética no puede centrarse solo en la oferta. Es decir, no basta con generar más energía si no se aborda también la demanda. Eso implica mirar de cerca los patrones de consumo de electricidad en hogares, industrias, instituciones y comercios”, explica Joseph. 

Fomentar el uso eficiente de la energía, educar al consumidor y cambiar hábitos de consumo son partes esenciales de una transición energética responsable. A la par, la transición energética no es una opción, es una necesidad urgente.  

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