En 2019, en el corazón del Parque Nacional Yasuní, nació el Programa de Participación en Salud centrado en las comunidades waorani. Es una iniciativa del macroproyecto Comunidades Waorani Saludables, liderado por el Instituto de Salud Pública (ISP) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Este programa busca enfrentar los desafíos de accesibilidad y calidad en la atención sanitaria.

Cuenta con varios ejes de trabajo, como la cosmovisión en salud, relación con el otro y la diversidad, dialogo de saberes, activos comunitarios, determinantes de salud, desarrollo de microproyectos, gestión de recursos, metodologías y técnicas participativas que mejoren la relación entre el personal y las comunidades.

Este es un proyecto de salud intercultural. Se enfoca en el personal de salud que trabaja con las comunidades waorani de Orellana, Napo y Pastaza e incluye investigación y voluntariado universitario. El Mtr. José Cóndor explica que la idea nació como parte de su tesis de maestría.  Él es investigador del ISP y coordinador del Programa de Participación en Salud.

“Investigué la relación entre las comunidades waorani y los servicios de salud. Esta indagación reveló problemas significativos: la distancia a los centros de salud y la falta de acceso tanto geográfica como cultural. Muchos profesionales de salud no conocían las comunidades que debían servir. Se mantenían alejados y enfrentaban altas tasas de rotación, afectando la confianza y el acceso de los waoranis a la atención sanitaria”.

La tesis de José fue una de las primeras en abordar temas de salud en la estación Yasuní. Utilizó técnicas teatrales para investigar y comunicar problemas de salud en las comunidades. Con el teatro del oprimido, los waoranis representaron situaciones cotidianas, como los partos, permitiendo identificar falencias sin necesidad de entrevistas directas.

“Estas escenificaciones facilitaron la comunicación de problemas al personal de salud y promovieron el diálogo para encontrar soluciones”, expresó José.

El objetivo del programa es fortalecer las relaciones entre las comunidades y el personal de salud local. Así, será posible mejorar la accesibilidad cultural al servicio de la salud.

El programa es financiado por Adveniat (Alemania) y cuenta con la  colaboración de la Organización de la Nacionalidad Waorani – NAWE y la Dirección Nacional de Salud Intercultural y Equidad del Ministerio de Salud Pública. Esta iniciativa incluyó talleres presenciales y reuniones virtuales, en los cuales los participantes reflexionaron sobre sus relaciones con las comunidades.

“Un aspecto fundamental abordado fue la integración de los saberes ancestrales y la importancia del compartir en comunidad. Estos factores influyen profundamente en la relación entre médicos y pacientes waorani, quienes valoran los conocimientos tradicionales y la colaboración comunitaria en su cuidado de salud”. Explicó así la doctora  Karen Pesse – Sorensen, docente de la Facultad de Medicina de la PUCE, quien colaboró en la coordinación del Proyecto.

A pesar de las dificultades y limitaciones de tiempo y recursos, estos esfuerzos han comenzado a generar cambios significativos en las comunidades: Díkaro, Tiwino Waorani, Toñampare. Gareno, Miwaguno, Kawimeno. Se están desarrollando microproyectos participativos como por ejemplo: planes para mejorar el transporte de pacientes graves, diálogo intergeneracional sobre alimentación y guías interculturales para visitas domiciliarias en idioma wao terero.

Los talleres de formación que realizamos con la PUCE nos han servido mucho para relacionarnos más estrechamente con la comunidad waorani. Esto nos ha permitido atender mejor al paciente”, dijo Jairo Toscano, Médico Familiar del Proyecto de Fortalecimiento de la Salud Intercultural, Distrito de Salud 22D02 Orellana Loreto.

Este enfoque respetuoso ha llevado a una atención médica más eficaz y  ha fortalecido los lazos entre la comunidad y el personal de salud.

“En los talleres, planteábamos la pregunta ¿qué es la interculturalidad? Fue importante entender que este proceso se centra en encontrar semejanzas y también en reconocer y respetar las diferencias. El Programa de Participación en Salud ha demostrado que es posible enfrentar los desafíos de salud en las comunidades waorani y promover una transformación significativa. El diálogo intercultural y la integración de técnicas innovadoras lo han facilitado”, comentó Daniela Cadena, psicología clínica y voluntaria del programa.

David Méndez lleva su arte a la comunidad waorani

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