Por Jaime Costales 

El laboratorio de diagnóstico molecular de COVID-19 de la PUCE, que funciona en el CISeAL de la Escuela de Biología, con apoyo de la Dirección de Investigación y del DISerLAb de la Facultad de Medicina, ha procesado hasta la fecha más de 15,000 muestras. El laboratorio recibió autorización del ACESS tanto para tomar muestras (las cuales son tomadas por el DISerLAB) como para recibirlas directamente desde dependencias del Ministerio de Salud Pública. 

Por ello, se han procesado muestras tanto de pacientes particulares como de varios hospitales de Quito (Hospital Docente de Calderón, Hospital Pablo Arturo Suárez, Hospital Baca Ortiz, Hospital General Enrique Garcés, Hospital Eugenio Espejo). De la misma manera, se procesan muestras provenientes de dependencias del Ministerio de Salud en Imbabura (Otavalo y Atuntaqui), Latacunga, Ambato, Santo Domingo de los Tsáchilas, además de dos hospitales de la ciudad de Guaranda. Este apoyo ha sido trascendental, especialmente en los meses de julio y agosto, cuando ha existido muchísimos casos en Quito y en las ciudades vecinas, manteniendo los hospitales llenos al límite. Gracias al apoyo del CISeAL, que actualmente procesa alrededor de 400-500 muestras al día, y que entrega los resultados en aproximadamente 24 horas, los hospitales han podido ofrecer diagnóstico certero y oportuno, mantener una rápida rotación de camas, tener una separación efectiva de quirófanos y áreas de cuidados intensivos para evitar la contaminación con SARS-CoV-2 durante cirugías, partos, diálisis y otros procedimientos. Asimismo, las pruebas moleculares efectuadas han permitido que se reintegren al trabajo, después de cumplir su aislamiento, médicos y otro personal sanitario que había sido previamente diagnosticado. Todo esto sin ningún costo para los hospitales, gracias a subsidios gestionados desde la empresa privada por la Dirección de Investigación.

Por otra parte, se manejan convenios con el Gobierno de la Provincia de Pichincha, Policía Nacional, Agencia Metropolitana de Tránsito, el sistema de Trolebús, entre otras instituciones que reciben pruebas a precios bajos, subsidiados. Igualmente, hemos apoyado sin costo a comunidades de Huaoranis, Tsáchilas, Záparos, así como a comunidades indígenas de la Sierra y a las comunidades de San Pedro del Valle y Nayón, vecinas del CISeAL.  

Se provee también de servicios a particulares y a compañías, con un costo reducido, que permite mantener un margen de ganancia para la PUCE, el mismo que se destina a subsidiar pruebas adicionales a personas de bajos recursos. 

La pandemia es y seguirá siendo un riesgo para todos nosotros. La PUCE sigue aportando día a día a enfrentarla y a reducir sus efectos, a través del trabajo arduo de su personal comprometido y capacitado. La infraestructura y capacidad técnica para enfrentar a la pandemia no es algo que pueda improvisarse. La inversión de la PUCE en un centro de investigación de punta, como el CISeAL, nos permite contar investigadores capacitados con la infraestructura adecuada para responder a esta emergencia, incluyendo un laboratorio de bioseguridad nivel III, único el país.  Entre las personas que realizan directamente el análisis molecular, se encuentran cuatro graduados de nuestra Licenciatura en Ciencias Biológicas, dos de los cuales también son graduados de nuestra Maestría de Biología en Enfermedades Infecciosas. Adicionalmente, otros tres licenciados en Ciencias Biológicas participan en partes claves del proceso. Igualmente, el apoyo del personal del DISerLAB de la PUCE, ha sido clave para la toma de muestras y entrega de resultados. 

De esa manera, aportamos desde Biología y la PUCE en la lucha contra la pandemia: «Ser más para servir mejor». 

 

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