Reseña de juguetes, estilos de vida o actividades diarias. Los niños influencers se posicionan en redes sociales con diversas actividades que dejan al descubierto gran parte de su vida personal.
Cada vez, hay más niños que se convierten en estrellas digitales. Detrás de cada infante, hay un adulto manejando el contenido. Pero, ¿cómo influye este fenómeno en el desarrollo de los niños?
La Mtr. Claudia Bravo, coordinadora de la carrera de Educación Inicial de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), amplía el tema.
Actualmente, con frecuencia escuchamos hablar sobre niños influencers pero, ¿qué es un influencer?
Sin duda, este es un término que en la actualidad lo tenemos presente en nuestro lenguaje coloquial. Un influencer es una persona que destaca en las redes sociales y ejerce influencia en otros con publicaciones, contenidos y opiniones.
En marketing, por ejemplo, se utilizan a estas personas como aliados en ventas para que recomienden productos, hagan reseñas, entre otras cosas.
Por otra parte, a los niños que están inmiscuidos en este mundo digital se los conoce como kid influencer. Son pequeños de 1 a 14 años presentes en redes sociales que intentan formar una comunidad a través de su contenido. La mayoría de estas cuentas son creadas por sus padres o cuidadores. Sin embargo, en muchos casos, olvidan los riesgos que conlleva esta acción
¿Cuáles son los riesgos de ser un influencer menor de edad?
Cada red social (Facebook, TikTok, Instagram, YouTube, etc.), cuenta con términos de uso y una política de privacidad. Aquí, se especifica la edad mínima de 14 años para acceder a estas cuentas. Sin embargo, muchos de estos filtros pueden ser burlados por los niños o, lo que es peor, por sus padres.
Si se presentan estas políticas con un rango de edad accesible a cada red social ¿por qué hay niños expuestos en estas plataformas? Más allá de mentir sobre la edad y fecha de nacimiento, los cuidadores no perciben los siguientes peligros de la sobreexposición. Entre ellos están:
Los referentes
El problema está en que las “vidas perfectas” que se muestran en redes crean ideas distorsionadas de la realidad. Estas ideas asientan comportamientos y conductas superficiales. Por otra parte, la frustración que pueden sentir los niños al no vivir como sus referentes les puede causar ansiedad y depresión desde temprana edad.
Los likes
Segundo, los niños, aunque no parezca, perciben todo. Desde una mirada psicológica, en el mundo digital, los Me gusta y comentarios pueden determinar la aceptación social de una persona.
Un niño puede comprender, a medida que sube sus fotos o videos, si su posteo tuvo más corazones. Asimismo, identificar cuantas personas le escribieron para felicitarle o abuchearle.
De esta manera, para los pequeños, existe una clara tendencia a medir el éxito y sustentar la autoestima a partir de los resultados de las redes sociales.
Un trabajo a corta edad
Ante la idea de exhibir a los niños en redes sociales, los padres deberían preguntarse ¿a quién estoy complaciendo?, ¿por qué lo quiero hacer?, ¿este es el deseo de mi hijo o mi sueño frustrado?
Si la idea es hacer de esto un trabajo, hay que pensar que los niños son niños y no deberían perder su libertad. Los padres pueden caer en una sobreexplotación laboral por el capricho de cumplir con una parrilla de contenido en la red social.
Ciberacoso y otros factores
Igualmente, existe el riesgo de acercarse a desconocidos que pueden obligar al niño a hacer cosas que no quiere o de las cuales no es consciente.
Exhibir la vida diaria de los niños, su ruta al salir de la escuela, su uniforme de colegio, sus gustos, las vacaciones con trajes de baño, o incluso, fotografías en la ducha representa un peligro. Secuestradores están al asecho. Además, los padres no se dan cuenta de que ellos podrían estar abasteciendo de fotos y videos a pedófilos digitales.
¿A qué edad se recomienda que un niño use un celular y abra una cuenta en redes sociales?
Los bebés de cero a dos años no deberían tener contacto alguno con la tecnología. A los padres que acompaño en terapia psicopedagógica les recomiendo que los niños de tres a seis años accedan a las pantallas máximo 30 minutos diarios.
Es muy importante tener presente la hora. Por ejemplo, no recomiendo que los niños usen estas herramientas antes de dormir, esto perjudica su cerebro y las horas de sueño.
Por otra parte, considero que los niños menores de 14 no deberían estar presentes en redes sociales. Los niños tienden a frustrarse fácilmente. A veces, no saben manejar la frustración y caen en autocríticas por comentarios cibernéticos que resultan ser destructivas. Por esta razón, no recomiendo abrir cuentas a menores.
¿Cómo el acceso a estas herramientas tecnológicas a temprana edad afecta el cerebro de los niños?
La exposición excesiva a las tecnologías causa déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y de la falta de autocontrol. Además, los niños presentan una sobreestimulación cerebral y alteraciones en el sueño.
¿Cómo educar y apoyar a los niños en el entorno digital?
No se trata de satanizar las redes sociales o las herramientas tecnológicas. Decir a los niños: “no tienes Instagram y punto” solo causa confusión y frustración. Los padres deben acompañar a los niños en este proceso.
Si un infante quiere abrir una red social, dialoguen. Les recomiendo escuchar y hacer preguntas claves como: ¿por qué quieres estar en esta red?, ¿para qué?, ¿qué cosas quieres ver o qué fotos te gustaría subir? A veces, nuestros hijos desean algo solo por presión social. El entorno y hasta los amigos pueden influir en este deseo.
Igualmente, recomiendo explicar los peligros que presentan para los niños subir contenido privado. Ofrezcamos otro tipo de alternativas. Por ejemplo, si disfrutan grabándose o tomando fotos, permitamos que compartan el contenido bajo supervisión a su vínculo más cercano.
Finalmente, no olvidemos que los niños están bajo nuestra protección y cuidado. Si como padres tomamos la decisión de crear un perfil a nuestro hijo en redes sociales, debemos ponernos en sus zapatos.
Hagan este ejercicio. Recuerden la situación más vergonzosa que tuvieron en su infancia. ¿Les hubiera gustado que lo exhiban o suban a las redes sociales? ¿Cómo se sentirían ahora que ya son adultos? Viendo eso, imaginen a su hijo. Lo que exponen de sus pequeños podría tener una repercusión en el futuro.
Una vez que su foto o video llega a redes sociales, deja de ser suyo. Por esa razón, cuidemos a nuestros niños, ellos son el tesoro más valioso que tenemos en nuestras vidas.
Es una excelente publicación, previene muchas situaciones y aportar en el acompañamiento y crianza de nuestros hijos e hijas. Felicitaciones a Claudia B.