¿Qué buscan hoy las empresas en un profesional? En un mundo donde el aprendizaje no se detiene, solo un título universitario ya no garantiza el éxito laboral. La demanda de habilidades concretas y actualizadas ha dado paso al auge de las microcredenciales. Pero, ¿qué son y por qué están transformando la educación y el empleo?

El Mtr. Carlos Corrales, de la Coordinación Nacional Innovación Educativa y Desarrollo Docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) explica que las microcredenciales son certificaciones de habilidades o destrezas adquiridas en un periodo determinado.

«Normalmente, estas microcredenciales llevan asociadas una insignia digital, que puede ser incorporada en plataformas como LinkedIn, permitiendo a los profesionales demostrar sus logros de manera rápida y verificable», señala Carlos.

El auge de las microcredenciales ha sido especialmente notorio en países como Estados Unidos, donde la educación superior tradicional es costosa y no garantiza el acceso inmediato al mercado laboral. Como resultado, cada vez más personas buscan certificaciones específicas que les permitan mejorar su empleabilidad.

En España esta tendencia empezó a notarse. Según el Eurostat, el 27 % de la población española utilizó internet para hacer algún curso en línea durante el año 2022. Por otra parte, un reporte de Statista, evidenció que el 49 % de la población estudiantil en todo el mundo afirmó haberse inscrito en un curso en línea. Esta tendencia aumentó tras la pandemia de la Covid-19.

El fenómeno también se ha discutido en foros académicos, como el Congreso de Innovación Educativa en Loja, Ecuador. Aquí se planteó la posibilidad de que las universidades evolucionen hacia modelos más flexibles como las microcredenciales.

En Ecuador, la PUCE ha tomado la iniciativa en la implementación de microcredenciales, diseñando dos tipos principales: transversales y disciplinares. Las primeras certifican habilidades blandas como comunicación asertiva, liderazgo, pensamiento crítico y resolución de problemas. Competencias fundamentales en el mercado laboral actual. Estas certificaciones se obtienen a través de experiencias académicas y extracurriculares, como la participación en actividades de PUCE Activa, representación estudiantil y proyectos de liderazgo social.

«Antes, los estudiantes desarrollaban estas habilidades, pero no se les reconocía. Ahora, estas competencias serán certificadas, permitiendo a los graduados demostrar un perfil más completo y competitivo«, explica Carlos.

Por otro lado, las microcredenciales disciplinares están enfocadas en certificaciones específicas dentro de cada carrera. Por ejemplo, en la carrera de Administración de Empresas, la PUCE ofrecerá certificaciones en Planificación Estratégica, Productividad, Logística Internacional y Análisis Financiero.

“En el modelo norteamericano, una microcredencial es un curso corto de 10 a 20 horas. Nosotros no lo vemos así. Consideramos que la carrera es la «macrocredencial», y las microcredenciales certifican competencias clave dentro de ella. Nuestras microcredenciales requieren haber cursado entre 3 y 5 asignaturas, lo que equivale a entre 360 y 500 horas. Son mucho más robustas que un curso corto. Eso le da un valor más fuerte a la certificación que otorgará la PUCE a sus estudiantes” agrega Carlos.

Las microcredenciales también representan una nueva forma de validación del aprendizaje, permitiendo a los estudiantes recibir certificaciones parciales a lo largo de su carrera en lugar de esperar hasta obtener su título.

«Ahora, mientras estudias, te vamos certificando logros. Esto complementa el título con certificaciones de competencias que realmente avalan la capacidad de los graduados en la PUCE», destaca Corrales.

En la PUCE, el sistema de microcredenciales entrará en funcionamiento el primer período académico 2025. Actualmente, la institución está realizando pruebas con un software propio que permitirá la certificación automática de los logros de los estudiantes. «Queremos desarrollar certificaciones externas por desarrolladores externos. Esto nos permite mantener el control total y adaptar el sistema a nuestras necesidades», explica Carlos.

La iniciativa de la PUCE es un ejemplo del cambio que está viviendo la educación superior, donde la flexibilidad y la adaptabilidad a las nuevas demandas del mercado laboral son clave. «Estamos ante una transformación que podría cambiar la forma en que concebimos la educación universitaria», concluye Carlos.

Sin duda, las microcredenciales han llegado para quedarse y podrían redefinir el futuro de la educación y la empleabilidad a nivel global.

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