Un proyecto de investigación de la PUCE, realizado por los artistas e investigadores quiteños Pilar Flores y Roberto Vega, pasa a la lista de finalistas en el conocido “ÓSCAR DE LA EDUCACIÓN”, el Wharton-QS Reimagine Education Awards 2021, que se está llevando a cabo en Londres, Inglaterra. El concurso, que promueve la innovación en la educación, este año ha recibido desde los cinco continentes, más de 1100 aplicaciones, en 16 categorías. Aprendizajes para la convivencia, el proyecto de investigación artística-pedagógica de Flores y Vega, pertenece a la categoría Nurturing Wellbeing & Purpose Award, y está siendo evaluada, en varias etapas, por diferentes jurados compuestos por académicos de todo el mundo.
Aprendizajes para la convivencia fue enviada con el apoyo de la Dirección de Investigación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), y es parte del trabajo de colaboración artística llevada a cabo por Flores y Vega a lo largo de cinco años.
Después de varios meses de construcción conceptual del proyecto, en junio 2021 Flores y Vega propusieron la creación de un equipo de trabajo que analice, evalúe y enriquezca la propuesta. Este equipo estuvo conformado por profesores y ex alumnos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Artes de la PUCE: Marie Combette, César Ferro, Giada Lusardi, Daniel Moreno, Ernesto Salazar y Belén Santillán.
A finales de septiembre se presentó al concurso el material compuesto por textos, imágenes y anexos, luego de haberse traducido al inglés alrededor de 100 páginas.
Aprendizajes para la convivencia parte de una estrategia propia de las prácticas artísticas, y utiliza una metáfora para pensar los procesos educativos: -el jardín, frondoso y diverso, un sistema vivo y complejo que crece en el intercambio, en la interdependencia y en la colaboración- es un símbolo de las dinámicas de comunidades reunidas, dinámicas inestables, diversas, y en cooperación continua.
Este proyecto parte del cultivo de jardines urbanos y su multiplicación –jardines de plantas nativas y jardines de lluvia- los que se convierten en una poderosa estrategia de acción para reconocer los ritmos y conexiones del mundo viviente, para fomentar la protección del suelo, del agua, de las plantas nativas, su recuperación y la creación de hábitats favorables para el sostenimiento de la vida.
Flores y Vega imaginan y ponen en práctica una constelación de acciones mínimas e ideas que se transforman en una propuesta pedagógica, artística y relacional, que se pregunta fundamentalmente sobre la convivencia en espacios de diversidad.
El jardín, un espacio de lo colectivo, de lo diverso, de encuentro, de reciprocidad, cuyas relaciones internas y con el entorno son primordiales; es un espacio de
resistencia, de espera, de paciencia. Cuidar de estas formas de vida y convivencia en interdependencia, además de, realizar paralelismos con los desafíos que se producen en el aula y en las comunidades reunidas, ha permitido a Pilar Flores y Roberto Vega imaginar estrategias de aprendizaje.
Aprendizajes para la convivencia busca reconocer que somos también naturaleza; que todo está enlazado entre sí; que la tierra es un ser viviente; que los procesos de vida están llenos de incertidumbre, de poder y a la vez de fragilidad; y que la coexistencia de esta inmensa red en el planeta, dependerá del esmero que pongamos en cuidar los vínculos que establezcamos entre todas las formas de vida.