El agua, la tierra, los combustibles fósiles, algunas especies de animales y hasta la arena son algunos de los recursos que se están agotando. Ante esta problemática, la economía circular se posiciona como una de los caminos para abordar este desafío global.
El magíster Rubén Flores, decano de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), nos explica la importancia de esta modelo de producción.
¿Cómo definiría la economía circular y cuál es su importancia en el contexto actual?
Es importante dejar claro que el objeto de la economía es el estudio de los procesos productivos de bienes y servicios. Durante muchos años, el modelo de producción del sistema hegemónico actual es un modelo lineal basado en: extraer, fabricar, usar y desechar. Esto con base en una vida útil muy corta de los bienes (obsolescencia programada), incluida la industria textil. En contraste, la economía circular se enfoca en mantener y regenerar los recursos en uso durante el mayor tiempo posible. Se busca reducir la generación de residuos y desperdicios.
Ante los actuales desafíos ecológicos y la limitación de recursos finitos, la economía circular es clave para asegurar un desarrollo sostenible. Así como, para disminuir nuestra huella ecológica, y redistribuir de mejor manera los recursos. La idea es minimizar el impacto ambiental e impulsar un consumo responsable de recursos. Esto mediante el diseño de productos y procesos que eviten el desperdicio y la contaminación.
La economía circular es el primer gran paso para la construcción de un modelo de desarrollo basado en la bioeconomía. Para, de esta forma, potencializar nuestra riqueza en biodiversidad.
¿Cuáles son los principales beneficios económicos y ambientales de la economía circular?
Al aprovechar los recursos de manera eficiente, se pueden reducir los costos y generar nuevas fuentes de ingresos. Así como, fomentar la innovación en diseño de productos y procesos. Adicionalmente, se facilita la creación de empleo, reconociendo y visibilizando a los recicladores de base, que aportan a este proceso de reutilización. Al disminuir el desperdicio, se pueden preservar los recursos naturales y reducir las emisiones de CO2. Estas acciones contribuyen a la protección del ambiente y, además, aportan a la reducción de los efectos al cambio climático.
¿Conoce ejemplos exitosos de esta práctica en Ecuador?
Ecuador ha tenido diversas iniciativas relacionadas con la economía circular. Se han desarrollado proyectos de reciclaje y reutilización de plásticos, la promoción de la economía solidaria y comunitaria. Además, se han implementado políticas gubernamentales para fomentar la gestión sostenible de residuos.
Uno de los ejemplos destacados ha sido la gestión de residuos orgánicos en ciertas municipalidades para producir compost. Este material luego se utiliza para mejorar la calidad del suelo. También hay empresas que están adoptando modelos de negocio basados en la reutilización y reciclaje de materiales.
Podemos destacar que existen diversas iniciativas alrededor de la economía circular. Así tenemos, empresas como, Ecuaplastic, dedicada a la producción de madera plástica a través del reciclaje. También Ecocaucho, cuya labor se centra en la transformación de neumáticos. Asimismo emprendimientos muy pequeños como la elaboración de bioinsumos para las actividades agroproductivas.
Otro ejemplo exitoso de esta práctica es el manejo de residuos que se acumulan el río Portoviejo. Ahí, existe una red que atrapa los desechos y una cinta transportadora que facilita su clasificación, por el momento, manual. A futuro, se implementará la automatización y uso de la inteligencia artificial para optimizar la separación de residuos. Esta práctica ha generado empleo para los recicladores de base.
¿Cuáles son los desafíos más significativos que enfrenta la adopción de la economía circular en el país?
Los desafíos pueden ser diversos como, por ejemplo, el reciclaje requiere de una infraestructura adecuada que no siempre está disponible. Esto representa un desafío para la economía circular.
¿Cómo pueden las empresas, los gobiernos y la academia colaborar para promover la transición hacia una economía circular?
Para lograr una economía circular, se requiere la participación activa de los sectores público y privado. Los gobiernos tienen el rol de crear normas, beneficios tributarios, políticas, regulaciones y oportunidades de formación. Las empresas tienen la responsabilidad de innovar, implementar modelos circulares y sensibilizar al consumidor. Asimismo, es fundamental el diálogo y la difusión de experiencias exitosas.
La academia impulsa el conocimiento de la economía circular con programas de educación continua, diplomados y maestrías en economía circular. Igualmente, bajo la iniciativa del Proyecto Futuro Circular, la PUCE coordina la mesa académica. En ella participan 15 universidades que se concentraran en la iniciativa de campus sostenibles.
Así también, el observatorio de la política pública en economía circular impulsado por la mesa académica y la constante actualización de las mallas curriculares de las maestrías.
En términos de inversión y retorno de la inversión, ¿cómo se compara la economía circular con enfoques más lineales?
La economía circular implica una inversión inicial que puede ser mayor que la del modelo lineal. La razón es que requiere de tecnología o cambios en los procesos. Sin embargo, esta inversión se recupera con creces a largo plazo, por la disminución en los gastos de materiales y en la gestión de residuos. Por otro lado, facilita la creación de nuevas fuentes de ingresos.
¿Cómo pueden los consumidores desempeñar un papel activo en la promoción de la economía circular?
El poder de los consumidores es enorme. Tienen la capacidad de consumir menos y de elegir productos duraderos y que respeten el ambiente. A su vez, pueden reciclar y reutilizar lo que ya tienen.
También pueden reclamar a las empresas que se comprometan con la economía circular y respaldar a las que lo hacen. Así, generan una oferta y una demanda de productos y servicios que favorecen el ciclo de vida de los recursos.
¿Qué políticas gubernamentales o regulaciones son necesarias para fomentar la economía circular?
Los gobiernos pueden implementar políticas y medidas que impulsen la innovación y el progreso en este campo. Así por ejemplo, tasas de reciclaje, estándares de diseño sostenible, impuestos a la contaminación y regulaciones que promuevan la reutilización y el reciclaje. Es decir, normas que sancionen el derroche. Además, estimular el reaprovechamiento, beneficios tributarios para negocios circulares y campañas educativas para sensibilizar a la sociedad.
A su vez, pueden invertir en infraestructura de reciclaje y educación ambiental. Todo esto considerando que las partes encargadas de aplicar estas regulaciones tengan el apoyo necesario y, especialmente, el marco institucional adecuado.
¿Cuáles son las perspectivas futuras para la economía circular y su impacto en la economía global?
El modelo de economía circular propone un cambio radical en la forma de producir y consumir basado en el aprovechamiento máximo de los recursos y la minimización de los residuos.
Este enfoque puede generar beneficios tanto para el planeta como para las personas, al impulsar una economía más verde y competitiva. En un contexto de creciente presión sobre los recursos naturales y el ambiente, la economía circular se presenta como una alternativa viable y atractiva.
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