El Cuerpo de Bomberos de Quito continúa su labor para controlar los incendios forestales que comenzaron el 24 de septiembre. Mientras tanto, el humo y los restos de vegetación quemada cubren la ciudad, afectando a los habitantes de barrios como Bellavista y Guápulo. En este contexto, es fundamental seguir ciertos consejos que nos ayuden a cuidar nuestra salud. 

La Dra. Valeria Araujo Lascano es coordinadora nacional de posgrados de Medicina de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Ella comenta los principales efectos de los incendios forestales en la salud de las personas y qué hacer para protegernos.  

La quema de grandes extensiones de bosque y la expansión provocada por los vientos generan daños más allá de las áreas cercanas al incendio. Un ejemplo es el incendio de Guápulo, que contaminó con humo y ceniza zonas del centro norte y norte de Quito. 

Los incendios liberan una gran cantidad de humo que contiene gases tóxicos y partículas finas de compuestos nocivos. La contaminación en el aire afecta al aparato respiratorio, la piel y los ojos. 

Principales afectaciones en la salud

Valeria explica que entre los síntomas más comunes están la irritación de la garganta y la nariz. Asimismo, se puede presentar rinorrea, tos, dificultad para respirar, ruidos respiratorios como «silbidos».  

También es usual que sufrir malestar general, fatiga, dolor de cabeza, mareos o irritación en los ojos, que provoca ardor o picazón. 

«Además, pueden presentarse repercusiones psicológicas, como altos niveles de estrés, ansiedad y trastornos de estrés postraumático. Esto especialmente en quienes han enfrentado situaciones de peligro o han sufrido pérdidas materiales», comenta. 

Es fundamental poner énfasis en la salud de los grupos de atención prioritaria, como niños y adultos mayores. Así nos aseguramos de que reciban la asistencia necesaria, si lo requieren.

Las personas con enfermedades preexistentes son más vulnerables, por lo que deben vigilarse de forma particular. Entre estas dolencias están la rinitis alérgica, asma, bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).  

¿Qué debo hacer para cuidarme? 

Con estas acciones, puedes proteger mejor tu salud y a la de tus seres queridos durante los incendios forestales:

  • Evita al máximo la exposición al aire contaminado. Permanece en casa de ser posible, cierra puertas y ventanas. Si debes salir, utiliza mascarilla y gafas para protegerte. 
  • Mantente hidratado. Bebe abundante agua para mantener hidratadas las vías respiratorias. Eso facilita la expulsión de partículas inhaladas. Adicionalmente, puedes ingerir bebidas hidratantes. 
  • Restringe las actividades físicas. Si experimentas molestias leves, reposa. Limita las acciones que demanden un mayor trabajo pulmonar. 

¿Cuándo acudir a un médico? 

La doctora Valeria explica que la exposición a corto plazo a altos niveles de contaminación puede provocar síntomas respiratorios inmediatos. Sin embargo, las exposiciones prolongadas o repetidas son más preocupantes.  

«Las partículas finas del humo pueden penetrar profundamente en los pulmones. Esto con el tiempo, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias crónicas, por ejemplo, EPOC o la rinitis”. 

Por esto, si las molestias persisten, debes consultar a un médico. También busca atención inmediata si experimentas dificultad respiratoria, ruidos respiratorios o si empeoran tus enfermedades preexistentes. 

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