El 4 de septiembre de 2024, Quito parecía un escenario de película apocalíptica. El cielo se tiñó de amarillo y una espesa capa de humo cubrió la ciudad. Asimismo, el ambiente se impregnó de un olor intenso, mientras pequeños restos de vegetación calcinada caían lentamente. En distintos puntos del Distrito Metropolitano de Quito, el Cuerpo de Bomberos se enfrentaba a las llamas, tratando de sofocar los incendios. 

Hasta el 9 de septiembre, Ecuador perdió cerca de 30.000 hectáreas de cobertura vegetal debido a incendios. Esto según el informe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Los expertos alertan que los incendios son cada vez más frecuentes e intensos. Por eso, nos preguntamos : ¿cuál es el impacto ambiental de estos sucesos? 

Conversamos con expertos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) sobre las afectaciones ecológicas de los incendios forestales. El Ph.D. Joseph Sánchez, docente investigador de la Facultad de Ingeniería, habló sobre la calidad del aire y el impacto atmosférico de estos sucesos. Mientras que el Dr. Santiago Burneo, coordinador de la maestría en Biología, comentó las afectaciones en los ecosistemas. 

¿Nos estamos intoxicando? 

Los incendios forestales afectan a la naturaleza y traen consecuencias en la salud de las personas. ¿Por qué? Elementos como el oxígeno, el carbono y el nitrógeno se encuentran libres en la naturaleza. Joseph explica que, en una combustión, estos elementos reaccionan con el oxígeno, produciendo dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso, carbono negro y marrón. Estos componentes son perjudiciales para la salud y el ambiente. 

 El carbono negro u “hollín”, por ejemplo, puede absorber la luz solar, contribuyendo al calentamiento del aire. El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero que atrapa el calor en la atmósfera. Además, el ozono es un contaminante que causa problemas respiratorios. 

De hecho, la Organización Mundial de la Salud señaló que los efectos en la salud pueden variar. Estos pueden incluir desde quemaduras e irritaciones de ojos y garganta, hasta enfermedades como problemas pulmonares y cardiovasculares. 

Las sustancias forman el material particulado fino, que es liberado a la atmósfera. Su permanencia en el aire depende de condiciones meteorológicas como la concentración y dirección del viento. 

Para determinar la concentración de este material en el aire tras los incendios, Joseph diseñó un modelo estadístico. El estudio utiliza datos de monitoreo en tierra y satelitales para calcular los niveles de las sustancias a lo largo del tiempo y en diferentes lugares. 

Impacto de los incendios en las emisiones de carbono 

Seguramente, debes haber escuchado sobre la huella de carbono. Santiago comenta que los incendios han ocurrido en la naturaleza desde siempre. Al secarse la vegetación, cualquier combustión puede iniciar las llamas. Actualmente, la mayoría de estos son provocados. El Municipio informó que el 99% de los incendios en Quito los causaron personas; muchas de ellas, intencionalmente.  

Entonces, los incendios son cada vez más frecuentes e intensos. Esto se debe principalmente al cambio climático y al manejo inadecuado de los bosques por parte del ser humano

Cuando los árboles y otras plantas se queman, el carbono que han almacenado durante años de crecimiento se libera rápidamente como gases. Contribuyen así al calentamiento global. Los incendios forestales globales emiten aproximadamente una quinta parte de las emisiones anuales de carbono de origen humano. Así lo señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)

“Al quemarse hectáreas de bosque, por un lado, se pierden árboles que absorben dióxido de carbono de la atmósfera. Por otro, los mismos árboles se convierten en nuevas fuentes de CO₂. Por eso, los incendios tienen un efecto considerable en el aumento de la huella de carbono”, comenta Santiago. 

Restauración ecológica, un proceso de largo aliento 

Es imposible determinar cuánto tiempo tardará en restaurarse la cobertura vegetal calcinada. El proceso se denomina sucesión ecológica y consiste en que especies pioneras crezcan rápidamente y creen sombra. Esto permite que otras plantas más adaptadas a condiciones de sombra puedan establecerse. Con estas condiciones, especies animales poblarán paulatinamente el nuevo ecosistema. 

Santiago indica que, idealmente, estas especies pioneras son nativas del lugar. “En el pasado, cometimos el error de plantar especies como el pino o el eucalipto en lugar de utilizar árboles nativos. Esto ha dificultado los procesos de restauración ecológica”. 

No obstante, es un proceso largo, el tiempo es particular en cada ecosistema. Por ejemplo, actualmente, investigadores de la PUCE trabajan en los bosques tropicales de Canandé (Esmeraldas). Ellos han observado que el proceso puede tomar más de 30 años.  

“Aunque no sabemos exactamente cuánto tiempo tomará la recuperación de los bosques perdidos, no es un proceso rápido. Lo más preocupante es que, sin medidas preventivas, el próximo año podríamos enfrentar incendios similares”, señala Santiago. 

Fauna afectada por los incendios

No hay cifras exactas sobre la población de animalitos afectados en los incendios, ya que no existen datos de cada especie. Para algunas especies, como los osos, es más fácil estimar su número porque son más visibles. Sin embargo, no existe un estudio que nos diga cuántos insectos hay en el mismo bosque.  

Lo que sí sabemos con certeza es que, si se perdieron 18 hectáreas de bosque, ahí no quedó nada. Aunque algunos animales lograron escapar, su supervivencia es incierta, porque podrían refugiarse en sitios donde enfrentan mayor competencia o depredación. Es un proceso muy complejo y llevará tiempo estimar”. 

Revertir la huella humana 

El cuidado de la Casa Común es una tarea impostergable que nos compete a todos. Los efectos del cambio climático cada vez son más profundos. Las variaciones climáticas, sequías, inundaciones y deshielo de glaciales son algunas de las señales más visibles.  

Entonces, revertir nuestra huella implica hacer algunos cambios en nuestros hábitos.  Las acciones para prevenir los incendios son indispensables indica Santiago. Una de las medidas es proteger los páramos, que retienen agua de la que depende nuestro suministro de agua potable.  

También necesitamos conservar los bosques tropicales, que son verdaderas máquinas naturales de captura de CO₂. Estas acciones ayudarán a mitigar el cambio climático y protegerán los recursos para nuestra supervivencia. 

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