¡No hables con desconocidos en la calle! ¡No aceptes nada de extraños! ¡Nunca sigas a un desconocido! Estas frases de precaución siguen siendo fundamentales en la educación de niños y adolescentes. Sin embargo, en el mundo digital, donde la conectividad y la interacción son omnipresentes, surge una amenaza silenciosa que los asecha: el grooming. ¿Qué es y cómo prevenir que los menores sean víctimas de pedófilos en línea?
Con el avance de la tecnología, el grooming ha cobrado relevancia y ha levantado alertas en padres y maestros. Este término hace referencia a la práctica en la que un adulto trata de ganar la confianza de un menor para establecer relaciones de índole sexual.
Los acosadores en el mundo digital
La Mtr. Valeria Grijalva, psicóloga y coordinadora del área clínica del Centro de Psicología Aplicada (CPsA) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), explica por dónde se producen estos ataques.
“Los pedófilos siempre han existido. Tradicionalmente el acoso y engaño a menores solía ser en persona. Estos agresores se ubicaban en parques o a la salida de las escuelas. Hoy en día se produce de modo online. A través de plataformas digitales como redes sociales o videojuegos estos adultos operen de manera más eficiente y encubierta”, expresó la psicóloga.
Tras la pantalla
Para la experta, una de las plataformas principales donde sucede esto es Instagram ya que esta red exhibe contenido fotográfico. Pero no solo eso, la psicóloga explica que, niños y adolescentes entre 12 y 18 años pueden caer en trampas incluso a través de los videojuegos.
“El modus operandi de los agresores involucra la creación de cuentas falsas, adaptadas a los intereses de los adolescentes. La realidad virtual, los videojuegos en línea y otras formas de interacción digital también se han convertido en terrenos propicios para estos depredadores”, dijo la Mtr. Grijalva.
A pesar de las restricciones de edad en estas plataformas, muchos padres incumplen las normas y permiten que sus hijos se creen cuentas con edades falsas. Este incumplimiento abre la puerta a los acosadores, quienes aprovechan cualquier oportunidad para manipular.
El perfil del acosador
La persona que practica el grooming se presenta como un igual, un compañero de juego o un conocido, ocultando su identidad de adulto. Estos individuos muestran un interés exagerado en los perfiles de sus víctimas, investigando sus hábitos, gustos y lugares frecuentados.
“El acosador busca acercarse a través de la amistad virtual. Ofrece regalos digitales, monedas para juegos o incluso prometiendo ventajas en el mundo virtual. Se presentan como personas experimentadas que comparten intereses, creando así una conexión más profunda con el menor”, agregó la psicóloga.
Al generar un lazo, el agresor puede exigir fotografías íntimas del adolescente o incluso citarlo en lugares secretos para cometer su delito de abuso sexual.
El acosador no solo busca la confianza del menor, sino también alejarlo de su red de apoyo. Fomenta la desconfianza hacia los adultos cercanos, sugiriendo que no comprenderían o aprobarían la relación. Este alejamiento pretende evitar que el menor revele lo que está sucediendo. Así, se facilita la obtención de fotografías o incluso encuentros presenciales, afirma la experta.
Cómo proteger a los menores
Detectar que un menor está siendo víctima de grooming puede resultar desafiante, pero algunos signos pueden alertar a padres y cuidadores.
“Debemos estar alertas si nuestros hijos presentan cambios drásticos en el comportamiento, ocultan actividades en línea o expresan emociones extremas de aflicción. Estos pueden ser indicios de que algo no está bien”, comentó la Mrt. Grijalva.
La prevención se convierte en la clave para combatir el grooming. Por eso, la psicóloga recomienda:
- Establecer límites digitales.
- Supervisar la actividad en línea.
- Fomentar un ambiente donde los menores se sientan seguros para comunicar cualquier experiencia incómoda.
Además, recomienda a los padres buscar ayuda y educarse sobre los riesgos digitales. Esto les permitirá tener las herramientas necesarias para orientar estos temas con los menores.
El centro de ayuda en la PUCE
El Centro de Psicología Aplicada (CPsA) desempeña un papel crucial como recurso en la batalla contra el grooming. Además de brindar atención individual a víctimas y familiares, se están implementando grupos de trabajo para padres y adolescentes. Estos espacios buscan proporcionar orientación, compartir experiencias y fortalecer los lazos familiares, contribuyendo a la prevención de este peligroso fenómeno.
El CPsA de la PUCE atiende de lunes a viernes, de 7:00 a 19:00. Durante estos días, se les asignan citas a los visitantes según la disponibilidad de horarios y cupos.
“En un mundo cada vez más digitalizado, la conciencia y la acción son esenciales. La protección de los menores implica una colaboración activa entre padres, educadores y profesionales de la salud mental. Solo a través de la comprensión y el abordaje conjunto de este problema, podemos esperar construir un entorno digital más seguro para las generaciones futuras”, concluyó la Mtr. Grijalva.
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