La fisioterapia es una disciplina de «cuerpos». Las manos del terapeuta, en conexión directa con la piel del paciente, crean una relación cercana y bidireccional. ¿Cómo ha cambiado esta interacción con la incorporación de nuevas tecnologías? Descubre cómo los avances tecnológicos están redefiniendo esta práctica. 

Septiembre es el mes de la fisioterapia y surgen dudas sobre la transformación de esta práctica, debido a las nuevas tecnologías. A propósito, hablamos con dos expertos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador PUCE): el Lic. Daniel Wappenstein, docente de la Facultad de Enfermería y con el Dr. Leonardo González, de la maestría en Terapia del Deporte y Ejercicio

Daniel resalta la importancia de reconocer y valorar los saberes empíricos frente a la perspectiva ultracientificista occidental. Aun así, considera que tecnologías como la inteligencia artificial pueden ser herramientas muy útiles en los tratamientos. 

«Trabajar con cuerpos implica, literalmente, «poner el cuerpo». No es una metáfora, sino una realidad concreta en nuestra práctica diaria. Todas las interacciones, al final, son interacciones físicas, pero esta es particularmente cercana y cambiante», comenta Daniel. 

Por otro lado, Leonardo cree que la integración de tecnologías en la fisioterapia permite tratamientos más personalizados, eficientes y efectivos. Sin embargo, señala que es indispensable un experto que dé sentido a estas herramientas. 

Breve historia de la fisioterapia 

La realidad virtual, la inteligencia artificial y la robótica están revolucionando las terapias físicas. Pero los orígenes de la fisioterapia se remontan a prácticas tradicionales, como las de los sobadores en los mercados, aún vigentes. 

“Incluso hoy, en nuestro país, es común ver personas que acuden a los mercados para recibir masajes. Estas prácticas empíricas, no se ajustan a la lógica hipercientífica actual. No obstante, han sido fundamentales para el desarrollo y la sistematización de lo que hoy conocemos como fisioterapia científica y formal», señala Daniel.  

El experto agrega que estas prácticas se han transformado continuamente hacia una profesionalización enmarcada en la medicina tradicional. Es así como, en muchos países, el fisioterapeuta es un especialista de primera consulta. Es decir, que los pacientes con alguna lesión o malestar corporal acuden directamente a él y no es derivado por otro médico. 

Para Leonardo, la medicina, en general, tiene una perspectiva más holística. Por ello, la interacción de los fisioterapeutas con otros especialistas es constante y complementaria.  

“Hoy en día, colaboramos estrechamente con otros profesionales de la salud para ofrecer una atención más completa y efectiva. Esto mejora tanto la eficacia de la rehabilitación como la experiencia del paciente”, explica. 

Nuevas tecnologías 

Leonardo comenta algunas de las tecnologías que se utilizan actualmente en la fisioterapia:

  • La realidad virtual y aumentada, ayuda a crear entornos de rehabilitación inmersivos para los pacientes. 
  • Los sistemas de análisis de movimiento ofrecen una evaluación biomecánica más precisa. Esto facilita la identificación y corrección de patrones de movimiento anormales. 
  • La inteligencia artificial permite analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones. Lo cual ayuda predecir resultados y ajustar los planes de tratamiento de manera más precisa. 
  • La robótica también juega un rol importante en la rehabilitación. Los robots especializados ayudan a las personas a recuperar y mejorar la función de sus extremidades. 

“La integración de nuevas tecnologías en la terapia física representa un avance clave para mejorar la atención al paciente y la eficiencia de los tratamientos. Estoy entusiasmado por ver cómo estas innovaciones seguirán evolucionando y transformando nuestra profesión”, agrega el especialista. 

¿Un aporte para la democratización? 

Los avances tecnológicos amplían las posibilidades de atención en lugares de difícil acceso. Esto gracias a modalidades como la telemedicina o el uso de ciertos aparatos. Sin embargo, Daniel comenta que esto no asegura una atención oportuna ni una mayor democratización de la fisioterapia. 

“La tecnología, particularmente en el ámbito de la salud, suele ser costosa. Se genera así una relación entre las posibilidades económicas y el acceso a estas herramientas. Se limita su disponibilidad para quienes más lo necesitan”, indica Daniel. 

Por otro lado, señala que las lógicas del mercado tienden a estandarizar los tratamientos, dificultando su adaptación a las necesidades individuales de cada paciente. Es decir, aunque estas tecnologías pueden ampliar las posibilidades, no siempre están al alcance de todos. 

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