Vuelve la Feria Maki Solidaria en su décimo segunda edición. Allí podrás encontrar todos los regalos que necesitas para Navidad y así apoyar a pequeños comerciantes y emprendedores. Desde 2017, la Feria Maki se ha convertido en una tradición en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Pero más que una feria de productos es una propuesta que invita a repensar el valor del dinero, la colaboración y la solidaridad.  

 

Feria Maki, más que una feria comercial  

Para este 2025, se han planteado cambios en el proceso de la Feria Maki con el objetivo de que se convierta en un Programa de acompañamiento a los emprendimientos. Para participar en el espacio de comercialización, los participantes tienen que ser parte de un acompañamiento técnicoy capacitaciones que aporten con competencias y herramientas que fortalezcan las iniciativas y su sostenibilidad.     

“Queremos que la feria sea el cierre de un proceso formativo, que los emprendimientos que lleguen aquí hayan fortalecido sus capacidades administrativas, financieras y sociales”, explica Sebastián.  

Este programa ofrecerá capacitaciones virtuales sobre temas como formalización tributaria, manejo financiero, presentación de productos y habilidades blandas para la venta. Se busca generar una comunidad de aprendizaje en la que los emprendedores no compitan, sino que cooperen.    

Una mano a quienes más lo necesitan 

Cada edición ha reunido un promedio de 60 emprendimientos de productores prioritariamente de sectores vulnerables. Se ha contado con la participación de artesanos de Tigua, mujeres emprendedoras, personas con discapacidad o en situación de movilidad humana y personas privadas de libertad que están en proceso de reinserción social. También con asociaciones y organizaciones de sectores donde la PUCE realiza actividades de vinculación con la sociedad.  

De igual manera, funciona como un laboratorio de aprendizaje para los estudiantes a través de sus prácticas preprofesionales de servicio comunitario. Ellos son parte activa de la preparación logística para el programa y la feria, y acompañan a los emprendedores al revisar sus postulaciones, apoyan las ventas de los participantes y realizan sus cierres de caja diarios.

Así, la universidad convierte la vinculación en una experiencia viva que fortalece las competencias profesionales adquiridas en los espacios formales de enseñanza-aprendizaje.  “La Feria Maki no solo impulsa negocios, sino que forma ciudadanos conscientes y empáticos frente a las realidades del país”, subraya Sebastián.  

Un acto de comunidad  

La Feria PUCE Maki Solidaria está abierta a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general. Este espacio busca ser un punto de encuentro y afianzamiento de la escucha mutua, la participación y el tejido de horizontes compartidos para nuestra sociedad. Más allá de los productos o las ventas, la Feria Maki representa la puesta en práctica de la máxima ignaciana Ser más para servir mejor.

En palabras de Sebastián, “la feria es un aporte a la consecución de la visión de la universidad: es un espacio que aporta a la transformación personal y social, al servicio de un mundo fraterno, justo y sostenible, en permanente diálogo con su entorno”. 

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