Galo Enríquez cursa el segundo semestre de la carrera de Derecho de la Facultad de Jurisprudencia. En su adolescencia, a veces se sintió menos que sus amigos por no saber bailar. En PUCE Activa se puede explorar variedad de actividades, entre otras la danza tropical, que él practica desde hace dos meses y medio.
“En este club de danza me han enseñado a moverme, pero más que nada a liberarme. Me divierto y me siento más feliz”, comenta el estudiante. Admite que antes de inscribirse en PUCE Activa era tieso, pero aprendió a sacudir los hombros, las caderas y los brazos.
Las inscripciones están abiertas para los estudiantes, los docentes y el personal administrativo de la universidad. Con PUCE Activa pueden explorar en nuevas actividades artísticas, culturales, deportivas y recreativas. Entre otras opciones: coro y técnica vocal, danza nacional, guitarra, kendo, pilates.
¿Para qué sirven las actividades extracurriculares?
La docente Natalia Aguirre es profesora de danzas tropicales de PUCE Activa desde hace alrededor de nueve años. Responde que cualquier actividad permite generar cierta disciplina y habilidades, la actividad física ayuda a relacionarse con el cuerpo de modo sano y amoroso con uno mismo”.
Algunas personas evitan ser parte de clubes porque creen que no podrán cumplir con sus actividades académicas y laborales. Natalia les recuerda la importancia de acceder a una educación integral, de hacer ejercicio físico y mental.
La profesora de ritmos tropicales resalta que los seres humanos tenemos inteligencia matemática, física, espacial, pero también emocional y corporal. Requieren fusionarse para dar lugar a seres equilibrados.
Las experiencias
Naobe Ovando estudia el séptimo semestre de Ingeniería en Sistemas de Información. Dice que la experiencia le ha cambiado completamente la vida.
“Siempre me ha gustado bailar. Mi ritmo fuerte es el urbano, no había experimentado con danzas tropicales. En la clase nunca tenemos miedo a equivocarnos, pues la profe nos ha dicho que cada uno tiene un proceso particular».
Por su lado, Édgar Borja, entrenador de taekwondo, convocó a estudiantes, egresados, docentes y administrativos. Les invitó a revisar la agenda de PUCE Activa y a elegir actividades que pueden ser un complemento de su vida.
Una de las integrantes del club es Antonella, estudiante de quinto semestre de Arquitectura, Diseño y Artes. Ella entrena taekwondo desde los 14 años y ahora tiene 22. Nació en Esmeraldas y, al venir a un colegio de Quito, dejó el deporte. Pero hace poco volvió a organizar su tiempo para retomar el entrenamiento, esta vez en la PUCE. Recomienda a todos vivir la experiencia de ser parte de PUCE Activa.
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