Los docentes del siglo XXI se caracterizan por adaptarse a un entorno en evolución y por abrazar nuevas tecnologías y metodologías pedagógicas. Pero, ¿cuál es el perfil de un docente de la PUCE?
El doctor Carlos Corrales, director de Innovación Educativa, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), profundiza en el tema. Esto en el marco del Día del Maestro Ecuatoriano, una fecha dedicada a reconocer la labor invaluable de los educadores.
Actualmente, mucho se habla sobre transformación educativa, pero, ¿qué es y cómo ha evolucionado el papel del docente universitario en este contexto?
La transformación educativa implica la introducción de enfoques novedosos en diversos aspectos de la educación. Este cambio en la educación se observa desde 2000, cuando se adoptaron evaluaciones basadas en competencias en la educación. Estos procesos han alterado fundamentalmente nuestra perspectiva educativa.
Ya no nos centramos solo en establecer objetivos para nuestras clases. Ahora, definimos resultados de aprendizaje concretos que los estudiantes deben alcanzar. Este enfoque ha sido incorporado en la Legislación Educativa de Ecuador y ha sido adoptado en universidades a nivel global.
En cuanto al rol del docente universitario, esta transformación demanda un perfil académico en constante evolución. Así, se propone un nuevo perfil docente, que no solo se concentre en la formación profesional, sino que considere aspectos como el acompañamiento. Además, la creación de relaciones cercanas para guiar el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Cuando abordo una clase, no me pregunto qué objetivos debo cumplir, sino qué habilidades desarrollarán mis estudiantes al finalizar la misma. Esta perspectiva se centra en el estudiante y marca la diferencia en la educación del siglo XXI. Así, mi enfoque está en los logros del estudiante, en lugar de mis objetivos como docente.
La PUCE implementó un modelo educativo innovador. Dentro de este nuevo plan, ¿cómo se figura el perfil de un docente de la PUCE?
El perfil del docente de la PUCE se desarrolla a través de un proceso de reflexión cuidadoso. En nuestra institución católica, guiados por San Ignacio de Loyola, contamos con un modelo de persona que se compone de seis competencias trasversales. Estas hacen hincapié en aspectos humanistas y en la construcción de un proyecto de vida sólido.
Nuestra misión como docentes es que los estudiantes se conviertan en individuos que contribuyan positivamente a la sociedad. Competencias como las siguientes fortalecen este perfil del docente de la PUCE:
- creatividad,
- excelencia,
- comunicación efectiva,
- justicia,
- atención a la diversidad,
- espiritualidad,
- vocación y
- responsabilidad social.
Adicional a estas competencias transversales, se valoran competencias relacionadas con el crecimiento personal, como la flexibilidad, la autonomía y el empoderamiento. En términos de competencias orientadas a resultados en el aula, se destacan la minuciosidad, la investigación y la habilidad para inspirar a los estudiantes.
Es difícil que un docente posea todas estas habilidades de manera sobresaliente. Sin embargo, es importante desarrollarlas y aplicarlas en la enseñanza. De esta forma, se asegurará una educación superior de calidad.
El docente de la PUCE no solo es experto en una materia. También tiene la capacidad de comprender la educación y cómo esta influye en el proceso de aprendizaje.
Asimismo, demuestra compromiso, ya sea como mentor o tutor. Los docentes de esta comunidad universitaria llevan el legado de «Ser más para servir mejor» en todo lo que hacen.
La personalización del aprendizaje se ha vuelto fundamental en la educación superior moderna. ¿Cómo cree que un docente de la PUCE puede adaptarse y promover la personalización en el aula?
“Personalización”, esta palabra parece que se ha puesto de moda. No creo que exista una personalización del aprendizaje, porque convivimos en un entorno diverso, con variedad de estilos de aprendizajes. Resulta casi imposible adaptar una clase para cada estudiante si en el aula hay más de 10 jóvenes.
Nuestros docentes acompañan a los estudiantes a lo largo de su proceso de aprendizaje. Igualmente, los animan a explorar diferentes rutas académicas y los vinculan a proyectos de investigación. Todo esto con base en una formación integral.
En este sentido, implementamos grupos de 10 a 12 estudiantes con un mentor o mentora de diferentes carreras. Estos grupos están diseñados para apoyar el desarrollo integral de los estudiantes.
El objetivo es que los estudiantes reciban orientación y apoyo para tomar decisiones informadas. Esto, además de obtener información sobre sus carreras. Esta aproximación reconoce la complejidad de los seres humanos y el compromiso de la universidad para garantizar una experiencia educativa enriquecedora.
¿Cómo visualiza al docente PUCE en los próximos 10 años?
Definitivamente, es un desafío mirar hacia el futuro. Mucho más en un mundo donde los docentes enfrentan niveles de estrés y reconocimiento insuficientes en todas las instancias.
Mi llamado para todos los docentes, especialmente de la PUCE, es a construir una comunidad sólida. Así estaremos en capacidad de compartir experiencias y apoyarnos mutuamente, celebrando éxitos y aprendiendo de los fracasos. La escucha activa es esencial pero, lamentablemente, la carga de trabajo a menudo nos impide practicarla a todos los niveles.
Mi mensaje es claro, busquemos la unión, exploremos foros y trabajemos juntos. El futuro de la educación radica en la colaboración y en trascender las fronteras de nuestras áreas de conocimiento. Unidos podemos velar por la calidad de la educación superior.
La educación en la universidad es crucial para el desarrollo de habilidades académicas, profesionales y personales. Es importante que las universidades promuevan un enfoque equilibrado que combine la teoría con la aplicación práctica, fomente el pensamiento crítico y la creatividad, y aborde las necesidades cambiantes del mercado laboral fundamentales para una educación universitaria inclusiva y equitativa.
Me complace, sobre todo en los tiempos actuales, leer algo ben escrito, sin incorrecciones ortográficas ni gramaticales, con uso mínimo de muletillas. Además del trasfondo definitivamente sugerente e interesante que se presenta.
Ojalá la PUCE llegue a implementarlo debidamente, sin olvidar tampoco sus viejas tradiciones.