¿Tienes 30 años y sigues soltero? ¡Si no te casas ahora no te casarás nunca! ¡Ya te quedaste para vestir santos! Muchas de estas frases han condicionado la vida de muchos solteros. Desde temprana edad, se nos enseña que la vida tiene un esquema preestablecido: nacer, crecer, encontrar pareja, casarse y formar una familia. Dentro de este modelo, la soltería muchas veces se asocia como una falta de éxito. Pero, ¿realmente es así o es la soltería la mejor etapa en una persona?

En Ecuador, según el Censo de Población y Vivienda 2022, hay 5,9 millones de personas solteras. El psicólogo clínico y neuropsicólogo Philip Engel, docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), afirma que la idea errónea de asociar la soltería con el fracaso es una creencia impuesta social y culturalmente.

«Nos han inculcado la idea de que, si una persona está sola, hay algo que no está bien con ella. A pesar de que pueda tener éxito profesional, amistades y una vida plena, la sociedad suele hacerle sentir que le falta algo», explica Philip.

Esta concepción también está influenciada por el miedo a la soledad. «La incertidumbre de no tener con quién compartir la vida en el futuro genera angustia. Nos preocupamos por lo que sucederá cuando nuestros padres falten, cuando no tengamos alguien con quien envejecer. Y esto nos empuja a entrar en relaciones no por amor, sino por miedo», agrega.

Desde una perspectiva cognitivo-conductual, el miedo a la soltería puede estar impulsado por pensamientos distorsionados.

«Tener ideas como ‘Si estoy solo, es porque nadie me quiere’ genera ansiedad y puede llevar a decisiones apresuradas. Estos pensamientos pueden afectar nuestro bienestar emocional y hacernos ver la soltería como algo negativo en lugar de una oportunidad de crecimiento», dice Philip.

El especialista también destaca que el miedo es una respuesta natural a una amenaza, y que la soltería se puede percibir como una de ellas. «Sin embargo, cuando aprendemos a ver nuestra propia compañía como algo valioso, el miedo desaparece. Es en la soltería donde podemos conocernos, reflexionar y desarrollarnos como individuos”, menciona Philip.

Aunque muchas veces se ve como una situación no deseada, la soltería tiene grandes ventajas:

Fortalecimiento de la autoconfianza, amor propio y autonomía

«Es una etapa ideal para fortalecer la autoconfianza, el amor propio y la autonomía. Cuando estás solo, no tienes que negociar cada decisión con una pareja, puedes explorar intereses personales, viajar sin restricciones y descubrir nuevas actividades», explica Philip.

Reducción del estrés y mejora en la salud mental

El psicólogo clínico también menciona que, desde un punto de vista biológico, la reducción del estrés al no estar en una relación complicada puede mejorar la plasticidad neuronal y prevenir el envejecimiento prematuro.

«El estrés prolongado afecta la salud mental y física. Cuando estamos solteros y aprendemos a disfrutarlo, reducimos la tensión y nos enfocamos en nuestro bienestar«.

Fortalecimiento de la identidad personal

Otro beneficio clave es el fortalecimiento de la identidad personal. Cuando estamos en pareja, muchas veces sacrificamos cosas que nos gustan por el bien de la relación. Al estar solos, tenemos la oportunidad de descubrir realmente qué nos apasiona, qué nos hace felices.

Uno de los puntos más importantes que menciona Philip es la necesidad de sanar después de una ruptura. «Hay personas que no pueden estar solteras y saltan de relación en relación sin tomarse el tiempo de procesar lo vivido. Esto genera una acumulación de patrones negativos y miedos que terminan afectando las nuevas relaciones.»

El tiempo de soltería entre relaciones es subjetivo y varía según la persona. «Algunos dicen que por cada año de relación se debe pasar un mes solo. Pero lo realmente importante es sanar antes de entrar en una nueva relación, porque si no, terminamos repitiendo los mismos errores y patrones».

Philip también destaca que es clave ver la soltería no como una falta, sino como una decisión consciente. «Cuando aprendes a disfrutar de tu propia compañía, ya no buscas una pareja por necesidad, sino por decisión. Y esto hace que las relaciones sean más sanas y equilibradas.»

La soltería no es una condena ni un signo de fracaso, sino una oportunidad de crecimiento y autodescubrimiento. «Es un tiempo para conocerse, para definir qué queremos en la vida y para fortalecer nuestra autoestima. Si aprendemos a disfrutar nuestra propia compañía, entonces cualquier relación futura será una elección y no será por miedos», concluye Philip.

Así, la soltería no debería verse como un período de carencia, sino como una fase valiosa en la vida de cualquier persona. Aprender a estar solo es aprender a ser completo.

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