En medio del ritmo acelerado de la vida moderna, la Cuaresma nos invita a hacer una pausa, a detenernos para reflexionar y prepararnos espiritualmente. Es un tiempo para la introspección y la renovación interior. Una oportunidad para reencontrarnos con nosotros mismos, con los demás y con Dios. ¿Cómo vivir este tiempo?

La Cuaresma nos invita a reflexionar sobre nuestro caminar con Cristo. Así lo menciona el Padre Bruno Roque Dos Santos, miembro de la Dirección Nacional de Identidad y Misión (DIM) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) quien nos guio en una conversación profunda sobre el verdadero sentido de este tiempo litúrgico.

“El origen de la Cuaresma se remonta a momentos claves en la historia de la fe. Entre ellos, los 40 años de peregrinación del pueblo de Israel en el desierto y los 40 días que Jesús pasó en el desierto con ayuno y oración antes de iniciar su ministerio público”, explicó el Padre.

El Padre Bruno nos recuerda que la Cuaresma es un tiempo de conversión, que inicia con el Miércoles de Ceniza y culmina con el Domingo de Ramos, dando paso a la Semana Santa.

“Es un período de introspección, en el que los creyentes se preparan para la celebración más importante del cristianismo: la Pascua. Un momento en que conmemoramos la resurrección de Jesús y la promesa de vida nueva”, agregó el Padre Bruno.

El Miércoles de Ceniza es un día que nos recuerda nuestra fragilidad y nos llama a la humildad. «Recibir la ceniza es un gesto simbólico de nuestra humanidad, de nuestra disposición a acompañar a Jesús en su camino de sacrificio y redención«, menciona el sacerdote. En este día, los fieles son invitados a comenzar la Cuaresma con un corazón dispuesto a la transformación.

El Padre Bruno destaca tres pilares fundamentales que guían la vivencia de este tiempo litúrgico:

  1. Oración: La conexión con Dios es esencial. «Si queremos estar con Jesús durante estos 40 días, debemos fortalecer nuestra relación con Él» . La oración nos ayuda a profundizar en nuestra fe y nos da la fortaleza espiritual para afrontar los desafíos diarios.
  2. Ayuno: Más allá de una práctica de sacrificio físico, el ayuno es un ejercicio de autocontrol y renuncia. «No se trata de hacerlo por salud o estética, sino de privarnos de algo que nos gusta por un bien mayor: unirnos a Cristo» . Aunque el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días obligatorios de ayuno, el Padre Bruno nos invita a reflexionar sobre cómo podemos practicar la abstinencia en otros aspectos de nuestra vida, como el uso del celular, las redes sociales o cualquier otro hábito que nos aleje de la espiritualidad.
  3. Limosna: La relación con los demás también es parte fundamental del camino cuaresmal. «No podemos decir que amamos a Dios si no amamos a nuestro prójimo» . La caridad y la solidaridad nos permiten compartir con quienes más lo necesitan y fortalecer los lazos de fraternidad.

En un mundo donde el ruido y la prisa muchas veces eclipsan el sentido de la espiritualidad, la Cuaresma se presenta como una oportunidad para hacer una pausa. «Quizás en tiempos pasados las prácticas religiosas eran una imposición, pero hoy la vivencia de la fe es una elección personal«, reflexiona el Padre Bruno. A pesar de que la sociedad moderna ha restado importancia a muchas tradiciones, también hay un resurgimiento del deseo de encontrar significado en la vida a través de la fe.

En el marco del Año Jubilar 2025, la PUCE ha elegido como lema para la Cuaresma: Peregrinos de Esperanza en Medio del Desierto. Este mensaje busca inspirar a los fieles a renovar su compromiso con Cristo, a encontrar esperanza en medio de las dificultades y a recorrer juntos este camino de fe. Durante la Cuaresma, la PUCE ofrecerá diversos eventos. Entre ellos:

1. Actividades semanales de reflexión

Durante las semanas de Cuaresma, se llevarán a cabo encuentros de oración y reflexión, cada uno centrado en un subtema específico que profundiza en el lema principal. Estas sesiones están diseñadas para fomentar el crecimiento espiritual y fortalecer el sentido de comunidad entre los participantes.

2. Celebraciones litúrgicas

La PUCE organizará misas y servicios litúrgicos en momentos clave de la Cuaresma, incluyendo el Miércoles de Ceniza. Estas celebraciones ofrecerán espacios para la oración, la contemplación y la renovación espiritual.

El mensaje final del Padre Bruno es claro: «Si hay algo importante en nuestra vida, es hacer camino. Y este camino debemos recorrerlo con esperanza y juntos» . La Cuaresma nos invita a reencontrarnos con Dios, con los demás y con nosotros mismos, a fortalecer nuestra fe y a prepararnos para recibir con corazón renovado la alegría de la Pascua.

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