El sueño de viajar a la Antártida resulta inalcanzable para muchos investigadores. El recorrido largo y los costos elevados hacen que esta travesía marítima sea casi imposible. Sin embargo, Camila Yánez, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) hizo realidad este sueño en hielo a sus 22 años.
Una pasión
Camila Yánez es estudiante de octavo semestre de la carrera de Biología de la PUCE. El amor y pasión por los mamíferos hicieron que centre su interés en la biología de la conservación.
“Desde pequeña, sentí una gran inquietud por explorar la fauna silvestre. Me interesa proteger y preservar la biodiversidad y los ecosistemas”, comentó la alumna de la PUCE.
Convocatoria
Esta pasión y entrega por la biología permitieron que Camila sea seleccionada para participar de la vigésimo sexta Expedición Antártica Ecuatoriana. Un proyecto dirigido por Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), que reúne a varias universidades y científicos del Ecuador.
En esta oportunidad, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la PUCE hizo hizo una convocatoria para seleccionar al estudiante que viajaría a la Antártida. De varios postulantes, Camila Yánez fue escogida.
“Me emocioné mucho al ser elegida para viajar a la Antártida. Siempre agradeceré por esta oportunidad. Además, parte del proyecto servirá para mi tesis”, agregó Camila.
El proyecto
La PUCE postuló con el proyecto Dinámica Poblacional de Pinnípedos en la Antártida. Se trata de una investigación continua que se lleva a cabo desde 2012. La lideran el Dr. Santiago Burneo y la Mtr. Alejandra Camacho, investigadores de la PUCE.
El objetivo de este proyecto es recopilar información de diversos mamíferos, para conocer cómo les afecta el cambio climático y las acciones humanas con el paso de los años.
La aventura sobre hielo
Camila inició su expedición el 10 de enero y regresó de la Antártida el 27 de febrero. En el viaje, documentó y fotografió a lobos marinos, elefantes marinos, focas leopardo, focas de Weddell y focas cangrejeras.
“Recorrí ocho puntos de Fort William e islas cercanas a la estación. Identifiqué a cada especie, porque cada una tiene manchas distintivas que son como las huellas dactilares de los humanos”. Así mencionó Camila.
También, la estudiante de Biología grabó videos para explicar el número de animales e identificar cuántos eran machos, hembras, juveniles o adultos.
Finalmente, esta información recopilada se comparará con datos anteriores, para saber el estado de la crisis climática y su efecto en estos animales.
“La expedición me ayudó a poner en práctica todo lo aprendido en mi facultad. A través de estas experiencias, podemos reforzar la teoría y seguir desarrollando más conocimientos”, concluyó Camila.
Así, este vasto desierto de aguas congeladas y oscuras llanuras de nieve continúan siendo una fuente de investigación para la PUCE. Además, el cuidado y conservación de la biodiversidad son componentes que reafirma el compromiso de la universidad con la sociedad.
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