Sierra Leona, ubicada en África Occidental, es una economía de renta baja, depende en gran medida de la agricultura y la minería. Más de la mitad de su población vive en la pobreza, con dificultades para cubrir necesidades básicas como alimentación, educación y salud. En este contexto, la Mgtr. Ana Sanmartín se mudó hace dos años para asesorar al Ministerio de Agricultura del país africano. 

Ella es economista graduada de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). A sus 31 años, es la primera ecuatoriana en formar parte del programa que la llevó a Sierra Leona. Mediante este programa, auspiciado por Reino Unido, profesionales con gran capacidad de liderazgo comparten sus conocimientos en países de renta media y baja.  

En el caso de Ana, se enfoca en el análisis de datos económicos para la toma de decisiones a nivel gubernamental. Esto con el objetivo de impulsar el desarrollo económico sostenible en Sierra Leona. 

Ana Sanmartín, “Ser más para servir mejor” 

Ana es muy amable y meticulosa. Menciona que su interés en las problemáticas sociales se formó desde sus primeros años, influenciado por el espíritu ignaciano. Esta perspectiva ha llevado a la riobambeña a comprometerse con iniciativas de desarrollo y bienestar comunitario a lo largo de su vida. 

“La formación jesuita, con su enfoque en el servicio, fomentó en mí, desde temprana edad, un interés en la realidad social. A través de experiencias como campamentos y el voluntariado, desarrollé una conciencia y compromiso social”, comenta la economista. 

Ana Sanmartín “Ser más para servir mejor”
Foto. Cortesía Ana Sanmartín.

Además, Ana comenta que desde joven se interesó en temas políticos y en las herramientas cuantitativas de las matemáticas, cálculo y econometría. “A partir de los datos, realizaba análisis fundamentados sobre diversos problemas sociales”.  

En ese sentido, en la PUCE participó en proyectos e investigaciones con docentes como Rubén Flores y Lenin Parreño. Destaca que con ambos mentores aprendió a ser muy rigurosa y a desarrollar múltiples habilidades de comunicación y resolución de problemas. 

“El trabajo que realicé con Rubén motivó mi tema de disertación. Este se enfocó en la concentración y desconcentración de tierras desde una perspectiva de política pública. Luego, esta tesis fue reconocida como una de las mejores de la Facultad de Economía en 2007”, indica Ana. 

La internacionalización, una oportunidad laboral 

Mientras cursaba su licenciatura en la PUCE, obtuvo una titulación reconocida en Ecuador y Francia en la Université Grenoble Alpes. Esto gracias a un convenio de la Facultad de Economía de la PUCE como parte de su línea de internacionalización. Luego, obtuvo una beca para estudiar su maestría en Economía del Desarrollo en la Universidad de Sussex en Inglaterra en 2019.  

En 2020, durante su estancia en Inglaterra, escuchó por primera vez del programa Fellowship de la Overseas Development Institute (ODI). Gracias a este programa viajaría después a Sierra Leona. Sin embargo, no aplicó en esa ocasión, sino que retornó al Ecuador donde trabajó en instituciones públicas y privadas. En el sector público, laboró en los ministerios de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca y de Inclusión Económica y Social. Además, fue coordinadora de la maestría de Econometría en la Universidad de las Américas. 

Rubén señala que el seguimiento a los estudiantes con potencial de liderazgo es muy importante. Por ello, realizar investigaciones y proyectos donde los estudiantes participen activamente les abre posibilidades para su desarrollo personal y laboral. Agrega que aunque ese seguimiento demanda un trabajo personalizado es gratificante ver los resultados.

En esa línea, los convenios con instituciones y universidades en el extranjero expande aún más las oportunidades para los estudiantes. El Rubén, como decano de la Facultad de Economía, comenta que continuamente busca este tipo de cooperación.

Ana Sanmartín, «fellow» pionera de la ODI  

En 2022, se convirtió en la primera ecuatoriana en integrar el ODI y la única latina en su cohorte. Este programa ofrece a economistas jóvenes la oportunidad de trabajar en Gobiernos de países de renta media o baja. El propósito es reducir la brecha del conocimiento para la toma de decisiones políticas en las economías en desarrollo.  

“El programa es altamente competitivo porque se diseñó inicialmente para ciudadanos británicos. Con mi experiencia como servidora pública en Ecuador, encontré en este programa una oportunidad muy interesante y desafiante. Pude aplicar mis conocimientos en un contexto completamente diferente, en otro idioma y continente. Al ver que cumplía con los requisitos, decidí postularme. Afortunadamente, fui aceptada en 2022″, cuenta emocionada Ana. 

Además, explica que el programa dura dos años. Está diseñado para fortalecer las capacidades de las instituciones gubernamentales mediante «fellows» (compañeros académicos).  Es así que los participantes aportan su experiencia y conocimientos en políticas públicas y análisis económico.  

Sierra Leona, una experiencia transformadora 

La economista señala que los fellows no escogen el país. Ellos son delegados de acuerdo con sus capacidades y las necesidades de las instituciones gubernamentales. Así, llegó al Ministerio Agricultura y Seguridad Alimentaria de Sierra Leona. Ahí, se encarga de asesorar para la toma de decisiones en términos relacionados con la economía. Para ello analiza datos, genera indicadores y planes para su ejecución.  

En Sierra Leona, la pobreza y la seguridad alimentaria son desafíos interrelacionados que afectan a una gran parte de la población. Más del 50% de los habitantes viven por debajo del umbral de pobreza, según el informe del Programa Mundial de Alimentos. Asimismo, gran parte de la población depende de la agricultura de subsistencia, amenazada constantemente por desastres naturales y plagas. El Gobierno y la cooperación internacional trabajan en planes para revertir la situación. No obstante, el progreso es lento debido a las limitaciones económicas y estructurales del país. 

Por eso, esta experiencia ha representado para ella varios desafíos en términos culturales y profesionales. Tuvo que aprender el idioma y cómo relacionarse culturalmente en un contexto distinto.  

“Estos años viviendo y trabajando en África Occidental ha sido la experiencia más transformadora de mi vida sin lugar a dudas. Usualmente, al enfrentarnos a entornos diferentes, asumimos que nuestras formas de vivir, nuestros sistemas de comunicación y nuestros métodos de trabajo son los únicos válidos. Pero adaptarse a estas nuevas formas, amplía nuestra perspectiva y nos enriquece profesional y culturalmente”, indica. 

Es así como Ana Sanmartín forma parte de la comunidad alumni de la PUCE que deja huella. Desde la econometría pone sus conocimientos al servicio de los más necesitados, promoviendo decisiones que transformen las realidades sociales a largo plazo. 

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