¿Cuáles son los desafíos y prioridades de política económica para la reactivación y la protección del bienestar poscovid en Ecuador? Representantes de seis facultades de Economía, invitados por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), debatieron en torno a esa pregunta.
La Tercera Edición del Coloquio de Facultades de Economía fue organizado por la PUCE, su Instituto de Investigaciones Económicas y la Maestría en Economía Mención Políticas Públicas, programa que se lleva junto a la Universidad Central y la Universidad Grenoble Alpes de Francia.
Los participantes:
- Juan Ponce, doctor en Estudios del Desarrollo, doctor en Jurisprudencia, máster en Ciencias Políticas, economista, profesor investigador titular de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
- Nancy Medina, doctora, economista y decana de la Facultad de Economía de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
- Víctor Aguilar, máster en Economía y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca (UC).
- Wilson Araque, Wilson Araque, doctor en Administración, economista, abogado y director del Área de Gestión y Observatorio PyME de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB).
- Gustavo Solórzano, doctor en Economía y profesor investigador de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).
- Andrés Mideros Mora, doctor en Economía y Protección Social, decano de la Facultad de Economía de la PUCE y coordinador del Instituto de Investigaciones Económicas.
Algunos de los panelistas coincidieron en resaltar que Ecuador vive un retroceso en cuanto a los índices de pobreza, desigualdad, desempleo. Concluyeron que se perdió lo avanzado en al menos una década.
La Facultad de Economía de la PUCE se ha destacado por aportar continuamente a las políticas públicas, con pertinencia, objetividad y buscando el bienestar común. Por eso mantiene sus seminarios web, para analizar temas que preocupan al país.
A continuación un extracto de las intervenciones de los panelistas invitados. Puede acceder a las presentaciones completas en este enlace.
Dr. Juan Ponce, Flacso
Con datos del Banco Central del Ecuador y del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Juan Ponce mostró que las cifras de crecimiento económico ya venían descendiendo desde 2011. Entonces, se registró un pico del 7,8. En 2016, hubo un decrecimiento de -1,23 y en el 2017 no se vio un crecimiento.
En el 2020, resaltó Ponce, la crisis produjo una tasa de crecimiento negativa de -7,75. En el 2021, se registró un ascenso al 3,6.
En cuanto a la evolución del empleo adecuado, recordó que en Ecuador nunca se ha superado el 50%. Entre 2010 y 2014, subió del 44 al 49%, pero luego se observó una tendencia al deterioro, cae, y en el 2020 la tasa tiene un declive pronunciado y llega a 30% de población con empleo adecuado.
En el 2021, hay una ligera recuperación, pero aún no llega a niveles anteriores a la crisis, lo mismo pasa con cualquiera de datos concurrentes, subempleo o la tasa de desempleo.
En relación a la tasa de pobreza, hubo una reducción del 2010 al 2014, cuando la cifra bajó en 10 puntos. Se quedó en ese nivel entre 2014 y 2017 y luego empezó a ascender, entre 2017 y 2019 subió en cuatro puntos, para retornar a los niveles iniciales.
“Se perdieron 10 años, en el 2020. Ya la recuperación no será automática”, subrayó el economista Ponce. Igual pasó con los datos de desigualdad, del INEC. Hay una caída del índice en la primera década del 2000, que se mantuvo entre 2010 y 2014, pero se disparó de 2018 a 2020. “Llegamos al 0,50%, que es mayor al índice con el que iniciamos la década”, explicó con cifras.
Dra. Nancy Medina, UCE
“Hemos sufrido un retroceso en términos de pobreza, desigualdad y desempleo”, señala la doctora Medina, decana de Economía de la Universidad Central. La recuperación, en definitiva, no es suficiente para restablecer la economía de acuerdo a los años anteriores.
En esa línea, la economista Medina concluyó que el retroceso es de una década y comentó que el desempleo afecta más a las mujeres. La tasa de empleo adecuado a nivel nacional ha bajado.
El uso de la política fiscal es necesario, dice, para enfrentar desafíos pospandemia. Los retos son promover la transformación productiva, universalizar la protección social, incorporar la perspectiva de género en políticas y considerar los efectos redistributivos de ingreso y gasto.
Los cambios tributarios que hizo el Gobierno, opina la decana de la UCE, se hicieron sin pensar que afectaría a la clase media más que a las empresas. Más del 4% del total de empresas podía colaborar.
Otros retos son reducir problemas de pobreza y desnutrición, seguir con el plan de inmunización, frenar el narcotráfico y la crisis de inseguridad, ya que en la actualidad son frecuentes los robos y los crímenes.
Andrés Mideros, PUCE
Según el decano de Economía de la PUCE, la pandemia exacerbó las brechas económicas. Como antecedente se debe anotar que la desaceleración económica, la crisis, la recesión vienen desde el 2015. Entonces, hubo una reducción del crecimiento económico, de la inversión pública y un estancamiento de indicadores sociales.
En ese escenario nos golpea la pandemia y nos lleva a la crisis más profunda registrada en las cuentas nacionales.
En cuanto a manejo de la política pública, hay que decir que en el gobierno anterior hubo una pésima gestión de la pandemia y del inicio de la vacunación. Fueron incapaces de movilizar recursos.
Tampoco hizo que sectores económicos que ganaron, como el financiero inyectaran liquidez para dar holgura. Si bien, con el cambio de gobierno se acelera la vacunación, el país ya quedó rezagado y recién en septiembre se logra iniciar la fase de reactivación.
«La pandemia nos dejó una economía más dependiente, más desigual y una sociedad con mayores injusticias. La crisis profundizó la desigualdad, la reducción del ingreso per cápita, entre 2019 y 2020, en el 10% más pobre fue del 35%, mientras que en el 1% más rico fue de apenas del 3%; y existieron sectores que ganaron», dijo el economista Andrés Mideros.
Los efectos económicos de la crisis son empobrecimento y mayores vulnerabilidades económicas en sectores que ya estaban en malas condiciones. El mayor impacto se da en los sectores intensivos en mano de obra; y la reactivación profundiza está dinámica porque estos sectores de activan con mayor lentitud.
Es así que la reactivación del empleo concentra en hombres urbanos dentro del sector informal, agravando las brechas de género y territoriales, y dejando como saldo una economía más vulnerable.
Mgtr. Víctor Aguilar, UC
«Las empresas familiares son un objeto de estudio sobre el que no se ha investigado suficiente. Son negocios que se rigen o se sostienen por una coalición familiar dominante. Son un espacio vivo de investigación y como voy a demostrar, ha sido poco explorado.
¿Qué va a ocurrir con esas estructuras en un ambiente de pandemia y pospandemia? El declive de las empresas familiares en Azuay, constituidas en grupos económicos familiares, tendrían efectos fuertes.
Son escasas las investigaciones sobre su dinámica. Funcionan condicionadas por relaciones emocionales. He investigado y se conoce que en grupos económicos familiares, aunque el más importante del grupo está retirado, aún toma decisiones importantes».
Dr. Wilson Araque, UASB
Según la ONU, durante este 2022, en el mundo cerca de 274 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria. Ese es el resultado de diferentes tipos de crisis. Vivimos un desafío global. Comparado con el 2021, el crecimiento es de alrededor del 17%.
Se observa que la pandemia aumentó los niveles de riqueza de algunos grupos, mientras en el resto generó un proceso de empobrecimiento.
Expertos españoles hablan de la necesidad de usar la prudencia al tomar decisiones sobre reactivación, ya que la pandemia aún no ha pasado.
En el caso de Ecuador, el tema es que los ingresos sean utilizados correctamente. El gasto debe ir a lo prioritario: educación, salud, combate a la inseguridad, que se ha desbordado, no es solamente física sino digital.
Hay que seguir cuidando la dolarización, que ya cumplió 22 años y ha pasado su prueba de fuego. Los dólares frescos llegan de exportaciones. Hay que mejorar competitividad y productividad, tres ámbitos esenciales.
Dr. Gustavo Solórzano, Espol
«Las cifras reportadas en el boletín de Cuentas Nacionales del Banco Central del Ecuador muestran que hay un proceso de reactivación. Se observa que se ha registrado un comportamiento cíclico y con la pandemia se regresa a niveles anteriores en algunos índices.
Sobre la recaudación tributaria, para el segundo trimestre del 2020 hubo una caída fuerte, de alrededor de de USD 1.500 millones a USD 900 millones. Pero luego se observa una recuperación. El empleo pleno cayó también.
En la composición de exportaciones ecuatorianas se puede ver una clasificación por diferentes tipos de industrias. Hay varios colores y pueden notar un segmento agropecuario; en cuanto a productos primarios transformados, también aparece el petróleo.
Incluso en servicios, el más importante es el turismo, pero si convocamos a visitar las Islas Galápagos, en realidad es un producto primario, hay una infraestructura hotelera pero es parte de lo mismo, nos falta trabajar más.
Otras industrias como la textil, la química que incluye medicinas o la automotriz y de herramientas, son muy pequeñas en nuestra oferta de exportación.
Sobre patentes presentadas vemos que Ecuador está solo mejor que Venezuela. Se nota que no hay cultura que promueva la invención, la innovación, el desarrollo de nuevas ideas y productos a patentar».
Revisa el video completo del encuentro aquí